tag:blogger.com,1999:blog-72125508904772969492024-02-06T18:04:34.052-08:00El ecologismo radicalUnknownnoreply@blogger.comBlogger38125tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-80101244167656076112009-04-28T09:49:00.001-07:002010-03-04T20:15:47.371-08:00¿Qué es la deep ecology?<div align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWgf6oVqDpBb7y7f_bs95o3qfJynEhDNzxEe9ww-nB-ARe7eBpEdVxnpKCFHwQ22xFZoLK4icUQCd3qUErSK0WqWCd2wzag70S7yZxryGWnLEakTX-sMWCa4AeE4m7VVAgCSp9ShmCAYI/s1600-h/gashumed.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5329786010527210658" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 279px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWgf6oVqDpBb7y7f_bs95o3qfJynEhDNzxEe9ww-nB-ARe7eBpEdVxnpKCFHwQ22xFZoLK4icUQCd3qUErSK0WqWCd2wzag70S7yZxryGWnLEakTX-sMWCa4AeE4m7VVAgCSp9ShmCAYI/s400/gashumed.jpg" border="0" /></a>Una de las filosofías más radicales de la <strong><a href="http://00nomataras.blogspot.com/">“cultura” de la muerte</a></strong> la constituyen los partidarios de la <em><strong>deep ecology</strong></em> (Peter Singer, Devall/Sessions, Guattari, Serres), para los que la reducción o aún eliminación de vidas humanas es indispensable para la subsistencia de la vida en general. En ellos hay una exaltación de la naturaleza salvaje, y el olvido de la naturaleza cultivada por el hombre.<br />El término <em>deep ecology</em> aparece en una célebre conferencia pronunciada por el filósofo noruego <strong>Arne Naess </strong>en Bucarest en 1972, en la que contraponía tal término al de <em>shallow ecology</em>. Pero el libro más significativo en esta dirección es el publicado con este título por Devall y Sessions, en 1985.<br />La oposición al monoteísmo va unida a la oposición a la agricultura y su visión del tiempo como lineal, y no circular, y en general la concepción de las relaciones hombre- naturaleza como algo basado en el cuidado y la administración. Por ello, para la deep, la idea de administración es inadmisible en cuanto se basa en la jerarquía hombre-tierra, que está totalmente fuera de lugar.<br />La deep dirige contra el monoteísmo la misma acusación que contra el humanismo: el dualismo – con olvido de que ¡somos y debemos pensar como una montaña! O como una serpiente – y el chovinismo humano – con olvido del igualitarismo biocéntrico. En esta posición, el humanocentrismo es visto como chovinismo humano.<br />Se trata de defender ante todo la diversidad de todas las especies, teniendo en cuenta no sólo la diversidad genética, sino también la diversidad regional, que incluye el respeto al hábitat, así como la diversidad de culturas. A tal efecto, resulta esencial la defensa de la vida salvaje, en cuanto que los animales salvajes deben servir de ejemplo al hombre para su mejor hominización. A su vez, <em>“la diversidad de las especies y el proceso de su evolución no pueden ser mantenidas conservando plantas y animales en zoos y laboratorios”,</em> como pretende la mentalidad tecnocrática, ya que lo importante es la evolución de la relación de las especies en el ambiente. Para ello hay que tratar de volver al modo de vida propio del paleolítico, con la caza y pesca, como único modo de conservar la biodiversidad regional (aquí puede verse la convergencia con el darwinismo social).</div><div align="justify">La <em>«deep ecology»,</em> es en el fondo una cierta forma de paganismo, o una vuelta a la sociedad precristiana. Los germanos y los bárbaros adoraban a bosque y al árbol, y ahora se vuelve un poco a esto. De hecho hay también, en el fondo, un rechazo a la cultura moderna, que tiene unas raíces cristianas, y que ha causado según ellos una crispación de la naturaleza. Se quiere volver a un estado pre-cristiano, de supuesta «armonía» con la naturaleza. Detrás de estas propuestas e iniciativas hay un cierto odio al hombre, al que se culpabiliza de ese deterioro de la naturaleza. No hay que olvidar que la primera legislación ecológica fue la que promulgó Hitler, y además era para él un asunto muy personal. En los años 30 se legisla en la Alemania nazi para proteger la naturaleza, y por primera vez en la historia de Occidente se considera a los animales como sujetos de derechos. En la tradición occidental grecorromana, cristiana e incluso ilustrada, el animal no es sujeto de derechos sino que el hombre tiene deberes hacia el mundo animal, debe respetarlo, cuidarlo… se pueden matar animales con un motivo justificado, no se acepta matar o maltratar gratuitamente. El hombre que hace tales cosas se hace indigno, pero por la naturaleza de sus actos, no porque los animales tengan derechos. Desde este planteamiento nuevo, el hombre ya no es un ser privilegiado, que es lo que afirma el sentido común y la fe cristiana, sino una especie más entre otras. Es más, con frecuencia se dice que el hombre es un depredador y un destructor de la naturaleza. En todo este planteamiento hay una gran incoherencia, porque la idea de «equilibrio natural» es algo que se ha inventado el hombre, en la naturaleza lo que hay es una sucesión de estadios, lucha por la supervivencia, catástrofes, evolución… ¿quién dice que un estadio es mejor que otro? Esa es una idea exclusivamente humana. </div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-3064707910539907972009-04-28T09:47:00.000-07:002010-03-05T10:08:27.460-08:001. El antropocentrismo tecnocrático<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6QualPJLRBNyj_Qf04PfYR4SPEckqK6b-3Fy66OL15O3wiaCzr-gGpAye0zeq_gKGBZm9ZqF_dbmu9Fszu_uZyjE7Df0yVMnQlFn96ZIyAoztG8z2T6yQS2_9bWZhpchuz4JIu1UjLBE/s1600-h/contaminacion%2520aire.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5445213140715108818" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 274px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6QualPJLRBNyj_Qf04PfYR4SPEckqK6b-3Fy66OL15O3wiaCzr-gGpAye0zeq_gKGBZm9ZqF_dbmu9Fszu_uZyjE7Df0yVMnQlFn96ZIyAoztG8z2T6yQS2_9bWZhpchuz4JIu1UjLBE/s400/contaminacion%2520aire.jpg" border="0" /></a>Las concepciones fundamentales de la relación entre el hombre (entendido como ser humano, incluyendo a varón y mujer, tal como será utilizado siempre a partir de ahora en este espacio) y la naturaleza pueden resumirse en las tres siguientes:<br /><strong>a) Antropocentrismo tecnocrático,</strong> que considera al hombre como independiente respecto a la naturaleza.<br /><strong>b) El biologismo,</strong> que considera al hombre exclusivamente como un animal más desarrollado.<br /><strong>c) El pensamiento de inspiración monoteísta,</strong> que considera al hombre como formado de la tierra y al mismo tiempo como imagen de Dios (Ruiz de la Peña, 1989).<br /><br />Esta división tripartita habría sido ya intuida por Schiller:<br /><br /><div align="justify"><em><span style="color:#660000;">“El salvaje desprecia el arte y reconoce la naturaleza como su dominadora absoluta. El bárbaro encarnece y deshonra la naturaleza, pero, aún más despreciable que el salvaje, a menudo acaba por ser esclavo de su esclava. El hombre cultivado hace de la naturaleza una amiga, enalteciendo su libertad y poniendo un freno a sus caprichos”. Schiller</span></em></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-81796190336694328632009-04-28T09:46:00.000-07:002010-03-05T10:11:55.320-08:001.1. La naturaleza como esclava generosa. El carácter ilimitado de los recursos<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicFD3hixxiB4vpaXGd9iu8N0JAiotOQ0IekUGvZvG-feEPNz6LgOy6Co23Sx3NPIL8kfNxiBEb6wOGjGxspcS16PpOFCZAdTlrWUTN3geRZIzO4kp4twdjpGvRI72-yzSabP_GBBDlNXA/s1600-h/hombre_y_maquina.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5445213662484097378" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 300px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicFD3hixxiB4vpaXGd9iu8N0JAiotOQ0IekUGvZvG-feEPNz6LgOy6Co23Sx3NPIL8kfNxiBEb6wOGjGxspcS16PpOFCZAdTlrWUTN3geRZIzO4kp4twdjpGvRI72-yzSabP_GBBDlNXA/s400/hombre_y_maquina.jpg" border="0" /></a>La primera de las posiciones ha sido la dominante durante la Edad Moderna, a partir de las intuiciones de Bacon y Descartes, para quienes el sentido del conocimiento no consistía en hacer al hombre capaz de desvelar el sentido de la realidad ni de hacer buena la vida, sino de dominar sin condiciones la naturaleza. Esta concepción persigue la <strong>autosuficiencia </strong>del individuo, la <strong>autarquía,</strong> y para ello cree necesario dominar incondicionalmente la naturaleza, a la que considera como una <em><strong>esclava generosa.</strong></em> Desde este perspectiva se niega tanto al dependencia del hombre respecto a la naturaleza como la necesidad del cuidado de la misma por el hombre.<br />La razón aparece como intemporal, no condicionada por las circunstancias, dado el carácter ilimitado del espacio y de los recursos. Es la mentalidad que puede designarse como dominiocéntrica y crematíustica, la cultura de la megamáquina y de la mercancía.<br />Se trata de una actitud optimista, en cuanto cree que basta con la industria para acabar con la escasez, ya que los recursos naturales son infinitos y las guerras y las armas desaparecerán con el puro desarrollo industrial.<br />A diferencia de lo que ocurría en la mentalidad anterior, en la que el hombre veía la naturaleza como un don precioso, del que dependía para supervivencia y que debía compartir con los otros, ahora el hombre se ve distanciado de la naturaleza, y también respecto a su propio cuerpo. Éste es un objeto, una <em>res extensa</em>, frente al verdadero sujeto, que es el espíritu, la <em>res cogitans</em>. La relación entre ambas es una relación de subordinación, de dominio. El sujeto es dueño del objeto, la naturaleza es un puro tener al servicio del sujeto.<br />En el cartesianismo se enfatiza la diferencia del hombre respecto a la naturaleza, al considerar que el hombre es <em>res cogitans</em> olvidando su dependencia respecto a la naturaleza (<em>res extensa</em>). <em>“Yo soy una cosa que piensa o una sustancia, cuya esencia es el pensar y carente de extensión. Tengo un cuerpo, que es una cosa extensa que no piensa. De ahí que mi alma, por la que yo soy, es completamente distinta de mi cuerpo y puede existir sin él” (Descartes, 1641),</em> con lo que propende a confundir la libertad con la independencia, respecto al orden de la creación hecho en el que incidirá en nuestro siglo Sastre. A su vez la tarea de la filosofía práctica consistirá <em>“en hacernos dueños y poseedores de la naturaleza” (Descartes, 1637).<br /></em>La naturaleza queda reducida a simple objeto, a fuente de recursos, lo que abrirá paso a la mentalidad industrialista depredadora, que ve al hombre dependiente sólo de la civilización, pero no de la tierra: <em>“Lo cuál es muy de desear, no sólo por la intervención de una infinidad de artificios que nos harán gozar sin ningún esfuerzo de los frutos de la tierra, y de todas las comodidades que hay en ella” (Descartes, 1637).<br /></em>A su vez, la propiedad se concebirá como el ius abutendi de los romanos, lo que posibilitará el dominio de la megamáquina (Mumford).<br />Las características del hombre en su relación con la naturaleza son las del dominio incondicionado, así como las del optimismo progresista respecto a las condiciones del futuro. Éste siempre será mejor que el pasado, por el avance del dominio. En cualquier caso, el artefacto creado por el hombre podrá sustituir a la naturaleza a través de la simulación, y lo simulado es superior a lo originario, porque carece de sentimientos, de impulsos, de debilidades.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-16045745813473121932009-04-28T09:35:00.000-07:002010-03-05T10:58:57.234-08:001.2. El Homo faber: el hombre como señor despótico de la naturaleza<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhb8jIQuCS1NUroAcJRLuwLD_1IFet6YEUsb9KG3jpbKbX28Q6K88mQBguJlTzx96GBBy4izZwlBR4EaVu8TZe_KC5aIoPjWsY8yQKY54uDntuG1aVPUO7nlSu5GpxuZvsLVY8g8sAyL-I/s1600-h/contaminacion_industrial.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5329784570026659314" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 268px; CURSOR: hand; HEIGHT: 305px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhb8jIQuCS1NUroAcJRLuwLD_1IFet6YEUsb9KG3jpbKbX28Q6K88mQBguJlTzx96GBBy4izZwlBR4EaVu8TZe_KC5aIoPjWsY8yQKY54uDntuG1aVPUO7nlSu5GpxuZvsLVY8g8sAyL-I/s400/contaminacion_industrial.jpg" border="0" /></a>Esta concepción de las relaciones entre hombre y naturaleza se manifiestan de un modo elocuente en Locke (sec. 36, 45 y 50). La naturaleza y la tierra son claramente desvalorizadas en cuanto proporcionan solamente los materiales en bruto y apenas tienen valor en sí mismas; por ello los pueblos de América que abundaban en tierras escaseaban de todas las comodidades, debido a su desvalorización del trabajo productivo. Por ello los reyes de aquellos pueblos vivían peor que los peones de la sociedad moderna.<br />El trabajo para Locke, constituye el 99 por 100 del valor de cada producto. Por eso exalta al <em>homo faber,</em> en cuanto productor de mercancías, como culminación de lo humano. Y se entusiasma con la creación del dinero, en cuanto hace posible la acumulación de bienes, y su duración y permanencia en determinadas manos, lo que contribuye al bienestar general, daba la abundancia de tierras existentes que deben seguir siendo ocupadas. A través de la acumulación, el hombre añade un valor a la naturaleza, y con ella crea una riqueza, que le hace ver mucho más allá de la pura supervivencia, de la preocupación por las necesidades efímeras del comer y vestirse, en las que se encuentra limitado el animal laborans, u hombre primitivo.<br />En línea con Locke, Smith (I, pp. 53 y 173) subraya el intercambio de mercancías como distinción radical del hombre respecto al animal: <em>“nunca he visto un perro intercambiar un hueso con otros”.</em> Este intercambio está basado en el egoísmo: <em>“la leche del lechero, el pan del panadero o el jornal del empresario […] los espero a cambio de algo que yo puedo ofrecerles”.</em> Análogamente piensa Kant, para el que la plenitud de derechos va unida a la capacidad de libre disposición de propiedades (1793, p. 34) considerando al propio tiempo que el hombre no tiene deberes con la naturaleza (1797, parag. 17, p. 88), ya que de las cosas puede disponer a su antojo. Al mismo tiempo postula el uso privado de las cosas, (frente a Tomás de Aquino que defendía el uso público) hasta donde llega la posibilidad de su defensa (p. 81), <em>“hasta donde llega la posibilidad de su defensa (p. 81), “hasta donde llegan los cañones”.</em> La imposibilidad de protección y de alimentación por cuenta propia de las mujeres y de los niños (46, p. 144), el carecer de <em>sibi sufficientia,</em> le lleva a negar sus derechos <em>“No pueden ser sujetos de derecho todas las mujeres y cualquiera que no pueda procurarse por sí mismo el alimento y la protección”. (1797, 46, p. 146)<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5445224694275171186" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 247px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3H7n9dX-YSjULTDlo8ec6jqJVJ7d4HtknmLgg9bmUJ5YCCiGrkicHmT8zKnRzBnsJWBFh1xsqDC-_kA_vlcNK-r7DW5hucxXDINkNJ66qeUoNkvJ5wHBJSX-nK0AODaALxBoJZAaiBHQ/s320/repopulation.JPG" border="0" /></em><br /><span style="font-size:85%;">En la mentalidad tecnocrática las políticas poblacionistas son esenciales en cuanto permiten a una nación el poblamiento y domino de porciones de terreno para su explotación. Durante el s. XIX el colonialismo se sustentó en un crecimiento exponencial de la población de las naciones colonizadoras siendo así que las gentes son empleadas como mano de obra productiva, y como carne de cañón en la guerra. Napoleón instauró la mili obligatoria como deber del ciudadano hacia su "Madre" patria.</span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-2593372575689760162009-04-28T09:34:00.002-07:002010-03-05T10:26:11.054-08:001.3. El predominio de la razón instrumental e instantánea. La barbarie de la megamáquina<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGu1ZV7kbke7EZ_nsdtm5nPpy4Hx1p2AEfo3FKrOxazcm0tNBlNKJDjWVcOjU109j-hUyuMdchVrPbRkvq7QcVUXHKQmVi63zSpVR5Y7fOJ0xXWNdtcdjFaa0xW8R0yFM8hRG2zE-F9d0/s1600-h/Saint-Simon.gif"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5445216463822950082" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 255px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGu1ZV7kbke7EZ_nsdtm5nPpy4Hx1p2AEfo3FKrOxazcm0tNBlNKJDjWVcOjU109j-hUyuMdchVrPbRkvq7QcVUXHKQmVi63zSpVR5Y7fOJ0xXWNdtcdjFaa0xW8R0yFM8hRG2zE-F9d0/s320/Saint-Simon.gif" border="0" /></a>Pero es en Saint-Simon en quien culmina esta mentalidad tecnocrática. En 1817 pondera el papel de la producción o del <strong>“ejército industrial”</strong> como clave de la prosperidad social presente y futura. En 1820 dirá que el dominio sobre la naturaleza implica el fin de la lucha del hombre contra el hombre. El desarrollo tecnológico industrial de las armas (p. 489) acabará con las guerras, al poner a los militares bajo la dependencia de los científicos y técnicos, claramente pacifistas. Cree además que el sistema industrial acabará con la miseria y el hambre, pese al incremento de la población (p. 488). El carácter maravilloso de la sociedad como colaboradores, y no como subordinados. De este optimismo industrialista participará también Marcuse (pp. 29-31, 149 y 226), que considera que el industrialismo moderno ha acabado con la escasez, con la ananke clásica.<br />Esta mentalidad tecnocrática suponía la <strong>idea de la infinitud de los recursos, y la consideración de la naturaleza como material disponible ilimitadamente para la producción,</strong> de tal modo que los bienes naturales son devaluados por su abundancia, serían bienes libres, en la terminología económica; lo que cuenta son las mercancías, y desde la crisis del 29, su venta, dado que la depresión se produce por un exceso de productos que no logran ser vendidos. Junto a la producción, se fomenta desde ese momento cuanto incentive la venta, el marketing.<br />El ser humano es visto como un ser activo, pero cuya actividad se concreta sobre todo en la producción técnica de mercancías. <strong>Interesan las personas en cuanto pueden ser compradores y las riquezas naturales en cuanto pueden ser utilizadas como recursos.</strong> La biodiversidad debe ser protegida a través de la conservación de los diferentes genes, que haga posible su reproducción futura. <strong>El pluralismo cultural, en cambio, es considerado un mal, ya que existe un único modelo de civilización: el que defiende la administración ilimitada de los recursos.<br /></strong>En esta posición, no existen problemas ecológicos de carácter ético pues serán resueltos por el sistema económico. Esta <strong>filosofía de la frontera, o “ética del cowboy”,</strong> es la posición dominante en la Modernidad y en el mundo nordoccidental. Confía plenamente en el poder tecnológico y considera que los pretendidos problemas ecológicos se resuelven todos ellos gracias a la ciencia y la técnica, y en concreto gracias a la simple extensión del modelo de la economía de mercado.<em> “Si se pudiera desarrollar la energía de fusión, los problemas energéticos se resolverían; si pudiéramos convertir petróleo en proteínas, se acabaría con el hambre; el desarrollo de nuevos medicamentos alejará cualquier amenaza de crisis sanitaria”,</em> comenta irónicamente Schumacher (1981, p. 183). (De esta mentalidad participa el propio informe Bruntland, Nuestro futuro común, que considera que el Sur es el principal responsable de la contaminación a causa de su pobreza, así como el conjunto de las obras del pretendido pensador ecológico Lovelock, autor de la hipótesis Gaia, que atribuye todos los problemas ecológicos a la explotación arcaica del Sur).<br /><div align="justify">La posición tecnocrática puede ser calificada de bárbara, debido a su carácter etnocéntrico, al pretender aparecer como <em>the best one way</em> posible de civilización, con desprecio para el resto de culturas. De ahí también sus limitaciones para combatir la guerra, principal factor de destrucción ecológica, tal como se ha visto recientemente en experiencias como Vietnam o Irak. Por lo que se refiere al problema del hambre, los medios propuestos son inadecuados para resolverlo, dada la creencia en el carácter ilimitado de los recursos naturales, que conduce a la sobreexplotación del suelo y, con ello, a la desertización, a la contaminación del agua y del aire.</div><div align="justify">El problema ecológico es visto sólo como un problema técnico, que se resolverá de suyo sin necesidad de reducir el consumo, mediante el fomento de los productos considerados verdes. </div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-17742788863843392262009-04-28T09:34:00.001-07:002010-03-05T10:50:12.170-08:002. La vuelta al salvajismo y el culto a la "Madre Tierra"<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIkYkHa1eZP_t5ti9D0znUYG8eGXbO2H2l_2nVdzt4VWjGsK_snP3DpO7jTtmdxZ8VArdxOuL0OKRKKR67uy4dr52_bQpZ50qw0BQsvhmE8zX2mZrjFsFqSZxj54woP-a2ayN6wK_lE14/s1600-h/Gea_(Madre_Tierra).jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5445223624278265922" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 278px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIkYkHa1eZP_t5ti9D0znUYG8eGXbO2H2l_2nVdzt4VWjGsK_snP3DpO7jTtmdxZ8VArdxOuL0OKRKKR67uy4dr52_bQpZ50qw0BQsvhmE8zX2mZrjFsFqSZxj54woP-a2ayN6wK_lE14/s320/Gea_(Madre_Tierra).jpg" border="0" /></a>La posición del biologismo considera al hombre exclusivamente como un animal más de la naturaleza, un poco más desarrollado. En esta postura la Naturaleza se convierte en una Madre Tirana que determina quien vive y quien muere. Quien está destinado a la supervivencia, mediante el crecimiento y la reproducción, y quien por sus taras o inferioridad biológica está determinado a extinguirse y perecer.<br />Las relaciones humanas se reducen a formas de depredación animal en las que el más fuerte domina al más débil.<br />Asi por ejemplo lo considera<strong> Malthus</strong> cuando establece el principio de población por el que solo los industriosos y trabajadores tienen derecho a participar en el banquete de la naturaleza. Aquellos que por su inferioridad física o por su pereza innata, no contribuyen al progreso son considerados parásitos, y la naturaleza les ordena que se vayan. La selección darwinista en realidad es el enunciado biológico de esta ley propuesta por el economista inglés: supervivencia del más apto, y eliminación de las formas más débiles.<br />Influido por la teosofía <em>(New Age)</em> y las tradiciones religiosas orientales surge en los años 60 la <strong><em>deep ecólogy</em></strong>. Esta corriente defiende la eliminación del "exceso humano" para conseguir la supervivencia de la raza humana y del resto de vida del planeta. Partiendo del un panteismo inhumano, desprecia la dignidad humana poniendo al mismo nivel a todos los seres vivos incluidos los humanos. La deep ecology ataca a las religiones monoteistas por ser demasiado humanistas, al situar al ser humano como centro de la creación. En esta línea defenderán los derechos de los animales, especialmente de los simios "superiores".<br />Una tercera corriente representativo del salvajismo la constituye la <strong>sociobiología</strong> de E.O. Wilson y el socialdarwinismo de R. Dawkins. Para estos autores la violencia forma parte de la agresión natural del hombre como animal en lucha por el territorio. El control del espacio y la disminución de la población en un 90% forman parte del objetivo "humanista" de este materialismo científico para acabar con las guerras y la violencia.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-26352649506158917042009-04-28T09:33:00.000-07:002010-03-05T11:12:49.663-08:002.1. Malthusianismo: el crecimiento de la natalidad como carga insostenible<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjP_HRIBoNdCdyKLyQjJ0Xmr-oStZZ1nocQsofYsSR-Jsg12tqtYTqg27zdl_TXkWEPMVxdWrdoodARjUnjDpUTMjrYxyi1R4Vwusgp1vmN4sHD2GsLUgDK9S02WqRwzLvb3APGZtv184I/s1600-h/calles+de+Londres.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5445226898332131522" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 302px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjP_HRIBoNdCdyKLyQjJ0Xmr-oStZZ1nocQsofYsSR-Jsg12tqtYTqg27zdl_TXkWEPMVxdWrdoodARjUnjDpUTMjrYxyi1R4Vwusgp1vmN4sHD2GsLUgDK9S02WqRwzLvb3APGZtv184I/s400/calles+de+Londres.jpg" border="0" /></a>La obra de <strong><a href="http://04malthusianismo.blogspot.com/2009/04/1-thomas-malthus-y-el-principio-de.html">Malthus</a></strong> <em>Ensayo sobre la población</em>, de 1789, puede considerarse como transición entre la mentalidad antropocentrista reseñada con anterioridad y el biologismo del que después hablaremos. Malthus continúa defendiendo el egoísmo y el dominiocentrismo (p. 214) pero, a diferencia de los tecnócratas optimistas antes citados, considera que el desarrollo industrial no es capaz de aumentar la producción humana de modo que pueda hacer frente al incremento de la población. Se le podría considerar un dominiocentrista pesimista, que tiende a ser consciente de las limitaciones que la naturaleza establece para el desarrollo del hombre. La naturaleza ha dejado de ser un don abundante, debido a que la capacidad germinativa es inferior a la generativa humana, lo que lleva a la ley de hierro de los rendimientos decrecientes de la tierra. Tampoco el trabajo humano es capaz de crear la riqueza con que habían soñado autores como Locke o Smith.<br />El planteamiento de <a href="http://04malthusianismo.blogspot.com/2009/04/1-thomas-malthus-y-el-principio-de.html">Malthus</a> es inhumanista en cuanto no cree en el hombre, ya que considera que no es capaz de encontrar los alimentos que requiere para su supervivencia. En ese sentido su visión es totalmente homeostática (Dryzeck, pp. 35 ss.), como quizá la de Marx, al ver al hombre como <em>animal laborans</em> (Arendt), y sin duda la de Freud, al verle en tendencia siempre al reposo (Frankl). Este pesimismo continúa el planteamiento lockiano de la superioridad de la mercancía, sólo que ahora el <em>homo faber</em>, el productor, ha quedado arrumbado ante el <em>animal laborans</em>, el consumidor incapaz de hacer frente a su sustento.<br />Su conciencia de la dependencia del hombre respecto a la naturaleza es certera así como la conciencia de límites de los recursos naturales (sobre ello, Jonás, p. 176). Lo enteramente discutible es la inevitabilidad de su pretendida ley del crecimiento exponencial de la población y sólo aritmético de los alimentos, que no se ha cumplido de hecho nunca a nivel del planeta, aunque sí a nivel de determinadas regiones, donde generalmente está presente la guerra. De hecho su teoría de la lucha por la vida y la supervivencia de los más aptos responde a la dinámica capitalista, y por tanto continúa con la posición señalada en el apartado anterior, aunque transformando el optimismo en pesimismo. Por ello Juan Pablo II se ha referido al continuo utilitarismo-neomaltusianismo. En ambos las personas acaban siendo menos valoradas que las mercancías. El neomaltusianismo había sido ya criticado por H. Arendt (p. 420), considerando que el consumismo puede llevar a la pasividad más mortal y estéril de todas las conocidas por la historia.<br />Efectivamente resulta muy fácil pasar del maltusianismo al biologismo. El hombre es una especie de animal más, en la que la escasez conduce a la lucha por la vida. De hecho <strong><a href="http://06darwinismosocial.blogspot.com/2009/04/1-charles-darwin.html">Darwin</a> </strong>reconocerá su deuda con Malthus en la formulación de su tesis de la supervivencia de los más aptos.<br />De otro lado, el propio Darwin enfatiza el biologismo o equiparación entre la especie humana y las especies animales al negar la existencia de diferencia cualitativa alguna entre el hombre y el animal (cap. IV, pp. 121 ss.).<br />Este planteamiento claramente pesimista e inhumanista será después continuado, entre otros, por <strong><a href="http://06darwinismosocial.blogspot.com/2009/04/2-herbert-spencer.html">Spencer</a></strong>. Subordina la justicia a la supervivencia de los más adaptados, partiendo de la hegemonía de la libertad de comercio y la usura, aun en relación con el sustento, y negando a los salarios cualquier tipo de reglamentación. Se muestra contrario a la participación de las mujeres en la política dado que tienden a juzgar no por el mérito (lucha por la vida), sino por la compasión, y no tienen presencia en el Ejército. Para estos autores, como para sus sucesores los socialdarwinistas y los partidarios de la <em>deep ecology</em>, el hambre aparece como algo inevitable, al estilo de la ananke griega, como algo fatal, inexorable. “la lucha por la existencia entre los adultos – escribe Spencer – ha multiplicado el hambre y la guerra desde el principio de la evolución de la vida”.<br />El único modo de hacer frente a la crisis alimentaria es limitando la población humana ya que el hambre es sólo consecuencia de la superpoblación (en ello consiste la herencia maltusiana), así como considerando al hombre como un animal más, para evitar que deprede todavía más (en ello radica la herencia darvinista, recogida por los etólogos). La <em>deep ecology</em> continuará y radicalizará el biologismo de Darwin.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-75472544166100164642009-04-28T09:32:00.000-07:002014-12-18T15:50:25.120-08:002.2. Ernst Haeckel: Las raíces nazis del ecologismo<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicVLDqHX5cMXQ8IVf26x7foH33iv4oBXmmzZUo6Y3tw_8xMDvjb6EzoIiiAYDev1aQ944U5LgAeabTkTUSkWv3CxKIxlCl2cZOEq3743HrGFgSA5ab8x8RkM0AoeMD31zCvLDgt98omT0/s1600-h/Ernst+Haeckel.jpg"><img alt="" border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicVLDqHX5cMXQ8IVf26x7foH33iv4oBXmmzZUo6Y3tw_8xMDvjb6EzoIiiAYDev1aQ944U5LgAeabTkTUSkWv3CxKIxlCl2cZOEq3743HrGFgSA5ab8x8RkM0AoeMD31zCvLDgt98omT0/s400/Ernst+Haeckel.jpg" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5450064479430266130" style="cursor: hand; float: right; height: 400px; margin: 0px 0px 10px 10px; width: 298px;" /></a>Ernst Haeckel (1834 - 1919), zoólogo de la Universidad de Jena fue el principal divulgador de las teorías darwinianas a Alemania y se convirtió en figura eminente en la eugenesia y la biología racial de ese país durante el siglo XIX. En su libro más influyente,<em> “El enigma del Universo” (1899)</em>, Haeckel proclamó que la civilización moderna, con sus enormes avances tecnológicos y científicos, había adquirido un nuevo carácter evolutivo pero no había realizado ningún progreso en el campo de los principios sociales y morales.<br />
Haeckel observaba que “una inquieta sensación de desmembramiento y falsedad” cundía por Europa en el último año del siglo XIX, suscitando temor a “grandes catástrofes en el mundo político y social”. Según Haeckel, esta inquietud derivaba de la misma raíz que todos los errores que afectan la cultura europea tradicional: tenían su base en la idea antropocéntrica de que el hombre es especial y está al margen del resto de la naturaleza. Señala Haeckel: “La desmedida arrogancia del presuntuoso hombre le ha hecho creer erróneamente que es ‘la imagen de Dios’, dueño de una vida eterna... y poseedor de un ilimitado libre albedrío”.<br />
Por tanto, el hombre moderno debía abandonar “esta ilusión insostenible” y, por tanto, la religión y sus tabúes, especialmente los sexuales, si quería realizar su auténtico destino. El nuevo hombre debía ser uno con la naturaleza y la “ecología”, término inventado por Haeckel. Para él, toda la historia de la civilización occidental era sólo una parte de la “historia de la rama de los vertebrados”, que él dividía en veintiséis etapas evolutivas, desde la formación de las moléculas de carbono hasta el Homo erectus.<br />
Si Charles Darwin había presentado la evolución biológica en función de la selección natural, que era el auténtico mecanismo del cambio en la naturaleza, en la filosofía de Haeckel ocurre lo contrario. La selección natural, la lucha a muerte por el dominio y el poder, está en función de la evolución, la cual corresponde a un sistema de crecimiento orgánico que impregna toda la naturaleza y que Haeckel llamó “monismo”. De esta forma, el monismo era un vitalismo profundamente determinista donde todas las fuerzas se desplazaban hacia una sola totalidad, incluida la comunidad humana.<br />
Haeckel fundó así la <strong><em>“Liga Monista”,</em></strong> que pregonó el evangelio de la evolución y la selección natural en los círculos obreros alemanes. En este contexto, Haeckel también se convirtió en vocero de la eugenesia como clave para una nueva humanidad unificada y biológicamente apta. No obstante, aunque Haeckel negó enfáticamente que sus opiniones fuesen prototalitarias, la idea de la crianza científica selectiva, la eutanasia y las defensas contra los elementos degenerados tales como los judíos y los negros se convirtieron en imperativos sociales a los cuales debía recurrir el estado moderno para salvar la civilización.<br />
Sin más, teniendo a Ernst Haeckel como presidente honorario, en 1904 se funda la <strong><em>“Sociedad de Higiene Racial”,</em></strong> institución que a comienzos del siglo XX ya tenía más de cien filiales en Alemania. Así, después de la primera guerra mundial, muchos eugenistas y biólogos raciales se sumaban al creciente consenso de que el futuro político de Alemania requería un socialismo de Estado. Sostenían que una de las prioridades de ese Estado futuro tendría que ser una política eugenista de “selección controlada” para preservar la raza alemana.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-85688331841481100682009-04-28T09:29:00.000-07:002010-03-18T12:50:38.037-07:002.3. Deep ecology: la equiparación de la especie humana al resto de las especies<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBKdrt_sJ3nW-vmf9z1uav_ecU3V4G8gC3h29A8PJP05xAuiVbHyd1ZUp2tcyyGkx8xMjiYlFvupG4Ds5BgwcoDeCyGcfdO-DX25NHInOtDGZGqczqvWPLbGISy-mSuVWCfm-XGmZ46BY/s1600-h/liberacion+animal.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5445230451728044130" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 166px; CURSOR: hand; HEIGHT: 254px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBKdrt_sJ3nW-vmf9z1uav_ecU3V4G8gC3h29A8PJP05xAuiVbHyd1ZUp2tcyyGkx8xMjiYlFvupG4Ds5BgwcoDeCyGcfdO-DX25NHInOtDGZGqczqvWPLbGISy-mSuVWCfm-XGmZ46BY/s400/liberacion+animal.jpg" border="0" /></a>En el extremo opuesto al cartesianismo, en las tradiciones religiosas orientales, hinduismo, budismo, taoísmo, se pierde de vista la diferencia entre el hombre y el resto de la creación y se enfatiza el igual respeto por todo lo viviente. Ello es especialmente evidente en la versión del budismo que se conoce como jainismo o jinismo. Esta actitud será compartida parcialmente por autores como Schweitzer, según la cual sería ilícito atentar contra la vida en general. Es verdad que de hecho en esta posición se reconoce implícitamente la jerarquía de seres vivos, y se acepta eliminar otras vidas si ello es inevitable para salvar la vida humana (Skolimowski).<br />Mucho más radical es el punto de vista defendido por los partidarios de la <em>deep ecology</em> (Devall/Sessions, Guattari, Serres), para los que la reducción o aún eliminación de vidas humanas es indispensable para la subsistencia de la vida en general. En esta última posición hay una exaltación de la naturaleza salvaje, y el olvido de la naturaleza cultivada por el hombre. Nada más alejado del cristianismo que esta nueva gnosis, que expulsa del hombre su consideración de <em>imago Dei:</em> no hay libertad, ni intencionalidad, ni proyecto en el hombre; por tanto, ni culpa, ni responsabilidad.<br />El término <em>deep ecology</em> aparece en una célebre conferencia pronunciada por el filósofo noruego Arne Naess en Bucarest en 1972, en la que contraponía tal término al de shallow ecology. Pero el libro más significativo en esta dirección es el publicado con este título por Devall y Sessions, en 1985.<br />Parten de un panteísmo de signo spinosiano, que resacraliza la naturaleza, conectando con el budismo y el taoísmo (Devall/ Sessions), y culpan al pensamiento monoteísta de dualismo y de expolio de la naturaleza. Así, Sheppard (en Devall, cap. 10, pp. 177 ss.) considera que el monoteísmo ha roto los lazos sagrados del hombre con la tierra y ah conducido al capitalismo, fascismo e imperialismo, al establecer una jerarquía entre el hombre y la tierra, ya que lo más grave es que <em><span style="color:#660000;">“los hombres sean considerados individual o colectivamente más valiosos que las especies amenazadas” (p. 127).</span></em><br />La persona se disuelve en la naturaleza: <em><span style="color:#660000;">“Las partes de las que soy constituido siempre han existido y continuarán existiendo mientras exista la vida sobre la tierra. Lo que cambian son las relaciones implicadas entre especie y ambiente”.<br /></span></em>La oposición al monoteísmo va unida a la oposición a la agricultura y su visión del tiempo como lineal, y no circular, y en general la concepción de las relaciones hombre- naturaleza como algo basado en el cuidado y la administración. (pp. 121 ss.). Por ello, para la deep, la idea de administración es inadmisible en cuanto se basa en la jerarquía hombre-tierra, que está totalmente fuera de lugar. (p. 126).<br />La deep dirige contra el monoteísmo la misma acusación que contra el humanismo: el dualismo – con olvido de que ¡somos y debemos pensar como una montaña! O como uan serpiente – y el chovinismo humano – con olvido del igualitarismo biocéntrico – (pp. 126 y 178). En esta posición, el humanocentrismo es visto como chovinismo humano (Devall/Sessions, cap. 3 y cap. 10).<br />Se trata de defender ante todo la diversidad de todas las especies, teniendo en cuenta no sólo la diversidad genética, sino también la diversidad regional, que incluye el respeto al hábitat (p. 127), así como la diversidad de culturas (p. 83). A tal efecto, resulta esencial la defensa de la vida salvaje, en cuanto que los animales salvajes deben servir de ejemplo al hombre para su mejor hominización (cap. 7, 1 y 2, p. 167). A su vez, <em>“la diversidad de las especies y el proceso de su evolución no pueden ser mantenidas conservando plantas y animales en zoos y laboratorios”</em> (p. 127), como pretende la mentalidad tecnocrática, ya que lo importante es la evolución de la relación de las especies en el ambiente (p. 127). Para ello hay que tratar de volver al modo de vida propio del paleolítico, con la caza y pesca, como único modo de conservar la biodiversidad regional (p. 180) (aquí puede verse la convergencia con el darwinismo social).<br />Calidad de vida (p. 81) se opone sobre todo a cantidad de vidas humanas. <em>“Todos los esfuerzos deben ser dirigidos a reducir la población, utilizando medios pacíficos”</em> (p. 171) aunque se discute sobre tales medios, anticonceptivos, aborto, (cap. 5, 4º principio, p. 80). Por otro lado, y lo que es más importante, <em>“la prosperidad de la vida humana exige una disminución de la población humana” (cap. 5, p. 78).<br /></em>De ahí la propuesta de A. Naes de reducir la población humana mundial a un máximo de cien millones de habitantes. Lovelock se había conformado con reducirla a quinientos millones. Desde tal perspectiva se recupera radicalizándola al máximo la tradición maltusiana (pp. 79, 78, 239), incidiendo en la stesis de Catton/Dunlap sobre la limitación de la capacidad de carga de la tierra (p. 239), la tesis de Aldoux Huxley, de Broker (pp. 107 ss.), fundador del Sierra Club, y de Amigos de la Tierra, de Paul Ehrlich, y de Garret Hardin, cons u hostilidad a toda política asistencial que pueda favorecer la natalidad, El más explícito en los métodos a seguir para lograr esta reducción drástica de la población ha sido hasta ahora William Airen: <em>“Una mortalidad humana masiva sería una buena cosa. Nuestro deber es provocarla. El deber de nuestra especie frente al medio ambiente es eliminar al 90 por 100 de nuestros efectivos”</em> (cit. En A. Berque, pp. 63 ss.).<br /><br /><span style="font-size:180%;color:#660000;"><em>“Una mortalidad humana masiva sería una buena cosa. Nuestro deber es provocarla. El deber de nuestra especie frente al medio ambiente es eliminar al 90 por 100 de nuestros efectivos” William Airen</em></span><br /><br />El bien a proteger es la diversidad genética y cultural. Pero, para la deep, no basta con defender sólo los genes de cada especie humana para su eventual reproducción futura, sino que es necesario defender los nichos ecológicos, especialmente las selvas, (pp. 127 ss.). Lo verdaderamente básico es la evolución de las especies. (cap. 10 al final, p. 182).<br />Lo valioso sigue siendo el evolucionismo, y no la genética. La deep es esencialmente evolucionismo; de ahí su entusiasmo por autores como G. Santayana o A. Huxley.<br />En esta línea se encontrarían autores como Lévi-Strauss, quien declaraba que “el único sentido de lo sagrado que poseo está vinculado a la contemplación de una planta o de un animal. Todo lo que amenaza su supervivencia me hace sufrir”. Y más radicalmente Cioran, quien considera que la principal amenaza del planeta está constituida por la multiplicación de la especie humana.<br />Lo desacertado de este planteamiento es la defensa de un igualitarismo de la biosfera en que se equiparan los derechos de los hombres con los de las plantas. De este igualitarismo biocéntrico parecen participar las ecofeministas del Norte, como Carolin Merchant, que defiende la igualdad de los sexos, pro analogía con la igualdad de las partes del ecosistema, lo que no puede resultar más inhumanista.<br />Por tanto, esta defensa de la biodiversidad ecológica debe ser nítidamente diferenciada de la realizada por los países del Sur, concretamente en la reciente Cumbre de Río, cuya finalidad sería conseguir compensaciones económicas y tecnológicas, especialmente de carácter farmacéutico, de los países del Norte a cambio del permiso para utilizar sus reservas biológicas (y que no logró el apoyo de Estados Unidos). Aquí la finalidad era humanista, mientras que en los defensores de la deep ecology, la finalidad es inhumanista, o biocéntrica, concretamente darvinista.<br />La deep no hace por tanto sino continuar la línea abierta por Malthus, autor al que citan con reverencia (p. 59), y que habría sido seguida por neomalthusianos como Paddock, W y R. Ehrlich, Hardin, los sociobiólogos Potter (1988) o Eugen Odum (1989), que consideran necesario controlar la natalidad para hacer posible la supervivencia de los individuos humanos más aptos (selección natural). Paddock clasificaba los países según su posibilidad de autosuficiencia alimentaria, considerando que no deben ser ayudados salvo aquellos que puedan ayudarse a sí mismos. G. Hardin cree que la ayuda alimentaria, en cuanto tiende a incrementar la población, es más peligrosa que la bomba atómica. Es más coincidiendo con los postulados de la sociobiología, considera que “la asignación de derechos al territorio debe ser defendida si se quiere evitar una ruinosa carrera a la procreación. Es improbable que la dignidad y la civilización puedan sobrevivir en todas partes. Es mejor entonces que se asegure en algunas partes que en ninguna. Minorías privilegiadas deben actuar como fiduciarios de una civilización, amenazada por buenas intenciones desinformadas” (componer, p. 353).<br />Ehrlich propone un gobierno mundial para hacer frente a los problemas ecológicos, en los que de hecho se establecería una dictadura de los países desarrollados, los más aptos, sobre los subdesarrollados, basada en un control demográfico radical. Se considera que el incremento de la natalidad es injustificable ya que la supervivencia de la especie requiere control y reducción del número de sus miembros (Odum, p. 270). Hay por tanto una indiferencia por la suerte de los sujetos individuales considerados imposibles de proteger. No hay posibilidad de solidaridad sincrónica total: sólo en relación con los más aptos.<br />Lo más positivo de esta posición puede estar en la conciencia de la exigencia de ecologizar la economía, extendiendo la preocupación del corto al largo plazo, y adaptándola a la cadena trófica mediante el reciclado de residuos. Hay en este sentido una cierta solidaridad diacrónica con las nuevas generaciones, descendientes naturalmente sólo de los más aptos.<br />Lo más acertado de la deep ecology puede estar en la idea de la pluralidad de usos de la naturaleza distintos del económico, por ejemplo el estético, el del equilibrio interior (sobre ello, Leopold).<br />La <em>deep ecology</em> yerra al considerar que existe un conflicto entre hombre y naturaleza, igual que la tecnocracia pero al revés. La conexión entre ambas posturas ha sido captada por Al Gore (pp. 199 ss.). En ambos casos se presenta a los seres humanos como seres extraños a la tierra, como depredadores, sólo que en una cosa eso se valora positivamente y en la otra negativamente. El verdadero conflicto se produce entre hombre y megamáquina crematística. En ambos casos se desprecia que el hombre sea el único ser capaz de cuidar de la naturaleza, como se ha subrayado desde el Génesis, ya que ello va unido a la aborrecida agricultura.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-88041329132780581062009-04-28T09:27:00.000-07:002010-03-05T11:23:36.382-08:002.3. Sociobiología o socialdarwinismo: la liquidación de la naturaleza humana en la tribalidad<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdPHp3RE0Pb9Ir7Cv_UfdNAscPJQww9EQf4p_JLWj_HgeFcDhe52RMJPTlFXx_yS0ql0K4mSl3xQzqqH5qHEzr6hoGwI0JzWuPZvPZ-uuwjq6iUPhb_IX5CUc7h0i_U_eillQqXKYk5TM/s1600-h/Sociobiology_cover.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5445231852295785634" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 208px; CURSOR: hand; HEIGHT: 238px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdPHp3RE0Pb9Ir7Cv_UfdNAscPJQww9EQf4p_JLWj_HgeFcDhe52RMJPTlFXx_yS0ql0K4mSl3xQzqqH5qHEzr6hoGwI0JzWuPZvPZ-uuwjq6iUPhb_IX5CUc7h0i_U_eillQqXKYk5TM/s400/Sociobiology_cover.jpg" border="0" /></a>La conexión entre ecología y socialdarwinismo, ideología que defiende la tesis de la “lucha por la vida” como elemento clave en la explicación de las sociedades humanas, es bien antigua. Se remonta al origen del término mismo “ecología”. Como es bien sabido, <a href="http://06darwinismosocial.blogspot.com/2009/04/4-ernst-haeckel.html">Haeckel</a> fue un gran defensor de las ideas darvinistas. Su obra Welträtsel (Enigmas del universo”, de 1899, defendía la necesidad de aplicar medidas drásticas para acabar con la superpoblación y defender el paisaje, ideas que parecen haber influido en el OEIN Kampf de Adolf Hitler. Es más, el socialdarwinismo divulgó en la Alemania prenazi la idea del retorno a la tierra, con obras como la de Alfred Rosemberg y su defensa del Lebensraum; todo ello justificaría las críticas a tales usos de la ecología en política (sobre ello, certeramente, L. Ferry).<br />Posteriormente el socialdarwinismo mostraá su rostro más radical, en Dart, Robert Ardrey (1976) o Moscovici, que son en extremo antihumanistas, en cuanto tienen al hombre por un chimpacé más evolucionado debido a su capacidad de matar por su carácter cazador y carnívoro. De ahí que vean con especial preocupación el paso del cazador <em>Australopithecus,</em> al agrícola homo sapiens, ya que aquel se consideraba razonablemente un animal más y éste se ha creído el amo de la naturaleza. “Desde que el hombre ha dejado de considerarse un animal más – escribe Ardrey –, no cabe más camino de retorno que el hambre, la destrucción , y la muerte” (p. 224). Este inhumanismo fue anticipado por el entomólogo Fabre, que veía al hombre como un insecto y a la guerra como algo inevitable. De ahí lo acertado del calificativo de “etólogos tremebundos” (Sanmartín, p. 275 ss.). Pese a su aparente coincidencia en el pesimismo, y la inevitabilidad de la violencia, estos autores invierten a Hobbes, que postulaba el predominio de la sociedad civil sobre la natural, ya que son radicalmente biologistas; sería Behemoth quien triunfa, según ellos (Viola).<br />Tales planteamientos van unidos, a su vez, a la exaltación del dominio del macho sobre la hembra, y por tanto al patriarcalismo, que pasa a ser considerado igualmente como inevitable por un autor como Goldberg. En el fondo la sumisión de la mujer es la otra cara de la moneda de la inevitabilidad de la guerra, de la que la mujer queda excluida como sujeto (Shiva, 1993, pp. 64-65 y 128).<br />Mucho más moderadas son las posiciones de Edgar Morin o de Honrad Lorenz, que aparece como un auténtico humanista al oponerse a la domesticación del hombre (propia del conductismo de Skinner), y el mismo<a href="http://06darwinismosocial.blogspot.com/2009/04/72-la-sociobiologia-de-e-o-wilson.html"> E. O. Wilson</a>, que al final de su capítulo sobre la agresión (p. 173, nota) se adhiere a las tesis de Margaret Mead sobre el mestizaje como intento de paliar la violencia, y a Horowitz, en su lucha contra la pureza étnica… Bien es verdad que tal tarea es sumamente dificultosa por la tendencia de los genes a su conservación (p. 237).<br />Pese a su menor inhumanismo en relación con los etólogos más radicales, <a href="http://06darwinismosocial.blogspot.com/2009/04/72-la-sociobiologia-de-e-o-wilson.html">Wilson </a>(pp. 160 ss.), lleva a cabo la liquidación de la idea de la unidad de la especie humana, debido al hecho de la diferenciación inexcusable entre nosotros y ellos, por razones ecológicas, de pura supervivencia, tal como él mismo dice comentando a Vayda, <em>War in ecological perspectiva</em> (cit. En p. 169). Las razones de la violencia son siempre la superpoblación y la lucha por el territorio. De ahí que se considere como el elemento central de la organización animal y humana la territorialidad (Wilson, pp. 155 ss.). Es el elemento que vertebra el grupo e impide que se espanda o se derrumbe. Su no respeto conduce necesariamente a la guerra. La territorialidad, según K. Lorenz, surgió con la agricultura y la superpoblación. De ahí la necesidad de separar a los otros en amigos o enemigos.<br />En cualquier caso, todos los sociobiólogos se refieren a la sociedad como algo ceñido a un lugar (biotopo) y a unas fronteras determinadas que no es posible trascender, y por ello aceptan el etnocentrismo como una característica fundamental del hecho social. De ello sería manifestación el hecho de que gran número de pueblos se autodeterminan “los hombres”, dando a entender que son superiores a todos los demás, mientras que califican de modo peyorativo a los otros pueblos (ib., p. 31). Este etnocentrismo es el que para los representantes de la sociobiología resulta afianzado por los resultados de otras recientes ciencias, como la genética, desde Mendel a Dawkins. Pero es extraordinariamente dudoso que de la genética puedan desprenderse consecuencias a favor del determinismo (sobre ello consúltese el libro de Suzuki).<br />Los problemas ecológicos deberían por el contrario llevar a superar la morfología social basada en el etnocentrismo y a lograr la unida planetaria, tal como propusieron diferentes etólogos y antropólogos destacando la necesidad de reflexionar sobre la exigencia de acabar con la idea de enemigo para hacer frente a los riesgos de supervivencia, idea que impregna los últimos informes mundiales sobre la problemática ambiental. Esa exigencia conduce, a su vez, hacia lo supraterritorial y supranacional en la defensa de los derechos humanos.<br />Como vemos, en la tecnocracia se hace hincapié en la producción y en el individualismo; en la sociobiología, en las armas y en los genes. Pero las propuestas concretas pueden converger en lo peor: la inevitalidad de los complejos militares industriales y el neomaltusianismo. Los socialdarwinistas tienden, como vemos, al determinismo genético y coinciden totalmente con los tecnócratas en lo que se refiere al egoísmo humano, que consideran inevitable y fuente de bienes en ambos casos, aunque por modos diversos.<br />Resumiendo, la sposturas biocéntricas olvidan la diferencia cualitativa del hombre consistente en su mayor movilidad respecto al vegetal y al animal, así como en su posibilidad de cultivar la naturaleza y administrarla cuidadosamente. Por ello rechazan que la principal riqueza biológica sea el hombre. Pueden contribuir a corregir la economía teniendo en cuenta el largo plazo y las necesidades de futuras generaciones, pero no las necesidades actuales, dado que no atienden a las exigencias de la solidaridad planetaria con todos los seres humanos. Respecto a la política, discrepan abiertamente las posturas de los partidarios de la sociobiología y de la deep ecology. Los primeros subrayan el carácter cerrado de la convivencia humana, al insistir en la territorialidad, mientras que los segundos son cosmopolitas y pacifistas, al buscar su inspiración en Kropotkin y Gandhi (Devall/Sessions). Los primeros consideran inevitable el chovinismo en las relaciones interhumanas, los segundos consideran el chovinismo rechazable incluso el del humanismo planetario. Podría decirse, en términos de los ecosistemas, que la deep valora por igual todos los elementos del biotopo, mientras que la sociobiología considera que la biocenosis queda limitada a un determinado espacio. La deep insiste en la igualdad biológica; sería, en este sentido, de extrema izquierda, por decirlo ideológicamente. La sociobiología insiste en la diferenciación espacial; sería de extrema derecha. Sus consecuencias son, sin embargo, idénticas. Su dependencia de <a href="http://04malthusianismo.blogspot.com/2009/04/1-thomas-malthus-y-el-principio-de.html">Malthus</a> y de <a href="http://06darwinismosocial.blogspot.com/2009/04/1-charles-darwin.html">Darwin</a> les conduce en ambos casos al inhumanismo.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-74810431700781466782009-04-28T09:20:00.000-07:002010-03-05T11:27:25.667-08:003. Las filosofías utilitaristas<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikS0x1Kux7XMFik71m3AlDbVqYeAKYfCo-FXX-lXT9fEklLVOW1mWfAetm52GY96R98YQUq2vScyYE4pHvnSgBPbPOWXDBDA54HTUm5r5foSVM82XqXStrk9usx1wqSR3F_gydl4oQvp0/s1600-h/pragmatismo.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5445233410861550402" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikS0x1Kux7XMFik71m3AlDbVqYeAKYfCo-FXX-lXT9fEklLVOW1mWfAetm52GY96R98YQUq2vScyYE4pHvnSgBPbPOWXDBDA54HTUm5r5foSVM82XqXStrk9usx1wqSR3F_gydl4oQvp0/s400/pragmatismo.jpg" border="0" /></a>El utilitarismo es un marco teórico para la moralidad, basado en una maximización cuantitativa de consecuencias buenas para una población. La moralidad de cualquier acción o ley viene definida por su utilidad para la humanidad. Utilidad es una palabra que significa que las consecuencias positivas deben estar maximizadas. Estas consecuencias usualmente incluyen felicidad o satisfacción de las preferencias. El utilitarismo es a veces resumido como <em>"el máximo bienestar para el máximo número de personas".</em> En resumen, el utilitarismo recomienda emplear métodos que produzcan más felicidad o aumenten la felicidad en el mundo.<br /><div align="justify">Desde de Bentham y John Stuart Mill desarrollaran esta filosofía en el siglo XIX, varios han sido los filósofos que han continuado por este camino de pensamiento.</div><div align="justify">En la actualidad, dos de sus máximos representantes <a href="http://personajesculturadelamuerte.blogspot.com/2009/09/peter-singer.html">Peter Singer </a>y Engelhardt, nutren de la base argumentativa para legitimar el "derecho" al aborto, al infanticidio, a la eutanasia activa, a la experimentación con embriones, a los derechos "humanos" para los animales... y otras barbaridades inhumanistas.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-26883240567874305062009-04-28T09:19:00.000-07:002010-03-05T14:33:34.099-08:003.1. Cada hombre ¿es persona?<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghnO0sQCmESB5gK6BifOXhHJQT6z8nvTdaSPPkUug0K2gmnUK-982cAcNl2CPW5hstjkYoziSZaj6qA-dNahFHIMQm9xDpP5pakXfswPLPMc5I2mVm9-eiZhyphenhyphenxNwJuUy6H6HqEpDTwbQY/s1600-h/carousel23.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5445281348163892274" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 296px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghnO0sQCmESB5gK6BifOXhHJQT6z8nvTdaSPPkUug0K2gmnUK-982cAcNl2CPW5hstjkYoziSZaj6qA-dNahFHIMQm9xDpP5pakXfswPLPMc5I2mVm9-eiZhyphenhyphenxNwJuUy6H6HqEpDTwbQY/s400/carousel23.jpg" border="0" /></a>En debates sobre el aborto, la eutanasia, la medicina, la bioética, los “derechos de los animales”, algunos defienden que existe una diferencia entre dos conceptos: “hombre” y “persona”.<br />En otras palabras, según algunos autores, no todo ser humano, no todo miembro de nuestra especie, es persona. A la vez, podría ser que existan “personas” que no sean seres humanos (por ejemplo, algunas especies de orangutanes, o extraterrestres dotados de inteligencia).<br />Vamos a concretar esto con el ejemplo de dos profesores que enseñan bioética. El primero se llama Hugo Tristram Engelhardt, profesor de filosofía en la Rice University de Houston (Texas), y en el departamento de medicina del Baylor College of Medicine de Houston. Según Engelhardt, es posible establecer una escala para clasificar a los seres humanos según sean más o menos personas. ¿Cómo? Distinguiendo <strong>cinco niveles de “personeidad”</strong> (o de lejanía de la condición personal) entre los hombres.<br />Estos cinco niveles son los siguientes:<br /><strong>-Persona 1:</strong> cualquier agente moral, es decir, un individuo (humano o no humano) capaz de entender y de tomar decisiones morales, de establecer acuerdos o contratos, etc.<br /><strong>-Persona 2:</strong> atribución que reciben algunos (niños pequeños, por ejemplo) de cierta condición personal, de ciertos derechos, según un acuerdo establecido por las personas tipo 1, pero sin llegar a la plenitud propia del grupo anterior.<br /><strong>-Persona 3:</strong> individuos que reciben un cierto reconocimiento como “personas” porque lo fueron en el pasado, pero ya no lo son. Un ejemplo sería un familiar que ha sido persona 1 y que ahora sufre diversas formas de demencia.<br /><strong>-Persona 4:</strong> aquel que recibe un reconocimiento social sin que nunca haya sido persona 1 y sin poder desarrollarse jamás como persona 1. Este es el caso de niños y adultos que han nacido con formas graves de incapacidad mental y sin posibilidad de curación.<br /><strong>-Persona 5:</strong> individuos que reciben un cierto reconocimiento o respeto, pero que se encuentran totalmente imposibilitados a dar muestras de relación con quienes se encuentran a su lado. Un enfermo en estado vegetativo persistente sería “persona 5”.<br />Está claro que en esta clasificación son plenamente personas sólo los individuos del primer grupo (“persona 1”). Los demás, en cambio, serán más o menos apreciados, más o menos reconocidos como personas, según las opciones y la mentalidad de quienes viven a su lado, o de la sociedad con sus leyes y principios.<br />¿Qué ocurre cuando un grupo social no ve necesario proteger la vida de quienes son “personas 2-5”? En tal caso, según Engelhardt, sería probable que se llegue a opciones como las del aborto, el infanticidio o la eutanasia no voluntaria (no pedida por el enfermo, sino por sus familiares). El Estado, sigue Engelhardt, no debería intervenir a favor de la vida de estos seres humanos (que son “personas” en un sentido muy frágil, pues dependen en todo del reconocimiento de los demás). Igualmente, si una “persona 1" pide, por ejemplo, un “suicidio asistido” (da permiso para que le eliminen), se encuentra plenamente en su derecho de recibir tal “asistencia”, pues puede disponer libremente de su vida y de su muerte. Lo único que debería prohibirse siempre en la vida social es cometer cualquier forma de violencia física contra la voluntad expresa de las “personas 1".<br />De un modo semejante a Engelhardt, pero desde un planteamiento muy diferente, encontramos las propuestas de Peter Singer. Este autor, nacido en Australia, es actualmente profesor de bioética en la Princeton University (New Jersey, Estados Unidos).<br />En una de sus obras más famosas, <em>Repensar la vida y la muerte</em>, Singer defiende que es necesario abolir la distinción “discriminatoria” entre hombres y animales. Tal abolición sería posible a partir de un criterio “objetivo”: el nivel de conciencia y de relacionalidad que descubrimos en alguien (animal o ser humano) que se presente delante de nosotros.<br />Para Singer ser persona significa poseer ciertas características, por ejemplo, racionalidad y autoconciencia, o manifestar deseos de seguir viviendo y de realizar proyectos en el futuro. Tales características se dan en algunos animales no humanos (como ciertos orangutanes), y no se dan en algunos seres humanos (un embrión, un niño recién nacido, un enfermo en estado de coma cerebral).<br />El comportamiento humano debería asumir esta distinción, de forma que pueda ser más grave eliminar a ciertos orangutanes (que serían más “personas”) que no a algunos enfermos humanos que se encuentran en unidades de reanimación y que no son mínimamente “personas”...<br />Engelhardt y Singer son dos modelos de una mentalidad que, si bien no llega a los extremos de estos autores, se va difundiendo poco a poco en diversos países del mundo, especialmente entre los países de cultura occidental. La admisión del aborto (primero tolerado, luego legalizado) ha significado el primer paso, pues el aborto implica reconocer que algunos seres humanos (los no nacidos) merecen menos respeto y protección que otros seres humanos (los sí nacidos, y con un cierto nivel de salud y autosuficiencia). La eutanasia, presente ya en Bélgica, Holanda y Oregon (Estados Unidos), es el siguiente paso: los médicos pueden acabar con la vida de algunos seres humanos que han perdido (por pedirlo ellos, por pedirlo otros) la condición de seres dignos de un respeto inviolable de la propia vida.<br />Estos errores sobre el valor personal de cada vida humana son posibles como resultado de algunos modos de actuar que violan la dignidad humana. Superarlos será posible desde ideas y comportamientos que recuperen el valor (personal) de cada existencia humana.<br />Ya otras veces, en el pasado, fue posible destruir mentalidades discriminatorias que provocaron infinidad de dolor y de crímenes inhumanos. Cuando se reconoció que todo esclavo, por ser hombre, era también persona (alguien digno de respeto), se dio un paso fundamental para eliminar la esclavitud en el mundo.<br />Ahora estamos llamados a redescubrir, desde la biología y la filosofía, que todo ser humano, desde el inicio de su concepción hasta su muerte natural, goza de la misma dignidad, es persona por pertenecer a nuestra familia humana. Podemos llegar a esta convicción desde la ciencia y desde la vida cotidiana, cuando defendemos la vida de los no nacidos o de los enfermos terminales, y cuando les damos, a ellos y a quienes están a su lado, aquella asistencia y aquel amor que merecen simplemente por ser lo que son: personas siempre dignas de respeto.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-57516283020398469332009-04-28T09:17:00.000-07:002010-03-05T14:40:39.621-08:003.2. Peter Singer y los derechos de los animales<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhq5AfnmIUF2niSfdGODzg6IhVEuQGLv-xPXh1z-1GYOC4rvWEdhdP0JXZbp9bH49CNXOW33l2x8j6RGFj3XBGCSpPSAzl0bHl4PYhfwq08KmRkcgqMlEseByojyk9FFpq_5ZHrWq9mvsM/s1600-h/peter+singer.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5445282175735464466" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 250px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhq5AfnmIUF2niSfdGODzg6IhVEuQGLv-xPXh1z-1GYOC4rvWEdhdP0JXZbp9bH49CNXOW33l2x8j6RGFj3XBGCSpPSAzl0bHl4PYhfwq08KmRkcgqMlEseByojyk9FFpq_5ZHrWq9mvsM/s400/peter+singer.jpg" border="0" /></a>El fundador del movimiento a favor de los “derechos” de los animales es un filósofo australiano, llamado <strong><a href="http://personajesculturadelamuerte.blogspot.com/2009/09/peter-singer.html">Peter Singer</a></strong> afirmó que algunos animales son más sensibles al dolor que los fetos y por lo tanto la sociedad les debe dar el reconocimiento que merecen.<br />En 1975 escribió el libro <strong><em>“Liberación de los animales”.</em></strong> Debido a esto, ciertos defensores de los derechos de los animales ahora se oponen a todos los experimentos con éstos en los laboratorios, aunque dichas investigaciones estén destinadas a salvar vidas humanas.<br />Años después de haber escrito la “Biblia” del movimiento pro derechos de los animales, Singer escribió otro libro aún más controvertido titulado “Ética práctica”. En él afirmó que “características como el raciocinio, la autonomía y la autoconciencia, son las que definen a un ser humano”. Como según Singer se supone que los niños “defectuosos” no tienen esas características, no pueden entonces ser considerados “normales” y por tanto no deben tener el derecho a la vida.<br />Singer pasó de defender el derecho al aborto, a tratar de justificar la práctica del infanticidio al afirmar: <em><span style="color:#660000;">"No puedo comprender cómo uno puede defender el argumento de que los fetos se pueden reemplazar antes de que lleguen a nacer, pero los niños no se pueden reemplazar después que nacen".</span></em> Singer afirma que los padres de la criatura nacida con graves defectos, luego de consultar a su médico, deben decidir si darle tratamiento o dejarla morir. Añade que en su opinión, "al tomar la decisión de no prolongar la vida, en lugar de permitir que el infante muera lentamente de la enfermedad o a consecuencias de que se le retire el agua y los alimentos, debía permitirse que se le diera muerte de una forma rápida y humanitaria". Singer es uno de los "expertos" en bioética en Estados Unidos que opinan que los niños ya nacidos no deben ser considerados "viables" hasta pasado un mes de su nacimiento para que los padres puedan tener la oportunidad de decidir si dejarlos vivir o no.<br />Lamentablemente, en Estados Unidos muchas veces los animales tienen más protección que los niños (sobre todo los que no han nacido). ¿Recuerda el lector el caso de la pareja de jóvenes amantes que mataron a su recién nacido en un motel de New Jersey y lo tiraron a la basura?<br />Recibieron una sentencia de cárcel de alrededor de dos años. Sin embargo, Barry Herbeck, de Madison, Wisconsin, recibió una sentencia de 12 años de prisión por torturar y matar a cinco gatos.<br />El hecho de que el infanticidio sea actualmente un tema de debate en prestigiosas universidades norteamericanas, muestra hasta qué punto la "cultura" de la muerte se ha infiltrado en las más altas esferas académicas de países llamados "desarrollados" como Estados Unidos. Era de esperarse, pues el falso "derecho" a matar seres humanos antes de su nacimiento (enfermos o sanos), quedó establecido en Estados Unidos mediante la legalización del aborto provocado en l973. Es indudable que una sociedad que legaliza la práctica del aborto provocado y permite que los niños no nacidos puedan ser destruidos como si fueran molestos mosquitos, tarde o temprano traspasa el umbral que lleva del aborto al infanticidio. Las sabias palabras del ya fallecido Dr. Albert Schweitzer han resultado proféticas en todos los países donde se ha legalizado el aborto provocado: "Cuando se le pierde el respeto a la vida en cualquiera de sus etapas, también se le pierde el respeto a la vida en su totalidad." En Estados Unidos, People for the Ethical Treatment of Animals (Personas por el Trato Ético de los Animales) cuenta con 750.000 socios y simpatizantes.<br /><br /><strong>La prioridad de los derechos de los animales sentientes sobre los seres humanos no sentientes</strong><br /><br />El utilitarismo coincide con el dualismo en su visión "desligada" del ser humano, pero es aún más decididamente inhumanista, al negar la distinción entre el ser humano y el animal. Según el utilitarismo, el prejuicio ideológico fundamental que debe ser combatido es precisamente el humanismo, narcisismo de la especie humana o "especieismo", según la terminología de R. Ryder, es decir, la creencia en la discontinuidad entre la especie humana y los animales. El especieismo, según el utilitarismo, derivaría del monoteismo y llevaría a valorar más "un diminuto e insensible trocito de tejido embrionario", antes que todo el conjunto de los gorilas. Para el utilitarismo, por el contrario, el embrión no es nada en cuanto no es sensible, el gorila lo es todo en cuanto es sensible.<br />El elemento decisivo para ser persona y titular de derechos es el ser capaz de placer y / o sufrimiento, y ello es común a seres humanos (pero sólo a algunos) y animales (pero sólo a algunos). Por ello, el utilitarismo aproxima al ser humano y al animal, al mismo tiempo que enfatiza la separación de unos seres humanos respecto a otros.<br />El fundador del movimiento utilititarista, Bentham, había escrito, a fines del XVIII, que <em><span style="color:#990000;">"un caballo que ha alcanzado la madurez o un perro es, más allá de cualquier comparación, un animal más sociable y razonable que un recién nacido de un día, de una semana o incluso de un mes. Supongamos, sin embargo, que no sea así. La pregunta no es ¿pueden razonar? sino ¿pueden sufrir?"<br /></span></em>El utilitarismo amplía el número de los titulares en derechos respecto al dualismo, al exigir tan sólo la existencia de una vida estructurada por un cerebro y capaz de sufrimiento. Los titulares de derechos pasan a ser ahora todos los capaces de gozar y de sufrir. Aparecen así como titulares de derechos los animales, capaces de sufrimiento, como los grandes mamíferos, y en especial los grandes simios, y concretamente los chimpancés.<br />El gran representante del animalismo es <strong><a href="http://personajesculturadelamuerte.blogspot.com/2009/09/peter-singer.html">Peter Singer</a></strong>. Para él, la titularidad de derechos deriva de los intereses, y éstos de la capacidad de sufrimiento, razón por la no pueden ser titulares de derechos las piedras o los árboles, como pretenderá la deep ecology.<br />Para Singer, el criterio básico en la ética y el derecho es la continuidad hombre-animal, negar la frontera entre "nosotros- hombres" y "ellos- animales", ya que ambos usan y fabrican herramientas, utilizan el lenguaje, al modo de los sordomudos, y algunos tienen mayor autoconciencia que los seres humanos retrasados.<br />A partir de ahí, Singer pasa a establecer la prioridad de ciertos animales sobre ciertos seres humanos. Esta prioridad produce a su vez la ruptura de la unidad de la especie humana, ya que considera como titulares de derechos a los embriones sólo desde la formación de la corteza cerebral en la tercera semana desde la concepción. Los embriones, antes de los 14 primeros días, son considerados material biológico utilizable. La proyección del utilitarismo en el ámbito biojurídico tiene su aparición en el <strong>informe Warnock</strong>, aprobado en el Reino Unido en 1985, que establece la licitud del aborto y /o de la manipulación en relación con el mal llamado preembrión, esto es, el embrión hasta el día 15 de embarazo. Por otro lado defiende los derechos de los ancianos y los enfermos, pero niega el derecho a la vida a los que que se encuentran en coma. E1 criterio decisivo para el utilitarismo es la eliminación de todo sufrimiento como algo indigno. Ello legitima la eutanasia o la manipulación genética como medida eugenésica para eliminar el sufrimiento, ya que es preferible morir a sufrir.<br />Basándose en tales premisas afirma Singer: <em>"No hay razón para matar chimpancés antes que a niños anencefálicos".</em> Es más, según Singer, sería más razonable matar a los niños para hacer frente a los problemas ecológicos producidos por la superpoblación humana. Por otro lado, Singer propone realizar experimentos con niños anencefálicos, que sean huérfanos, ya que en tal caso, no hay sufrimiento alguno de los padres. Tal utilización sería, según él, más razonable que la de simios, monos, perros, gatos, o ratas, que son más inteligentes y sufren más.<br />El animalismo de Singer posee hoy una fuerte influencia práctica en el <strong><em>Frente de Liberación Animal, </em></strong>que ha contaminado tortas con plaguicidas en Florencia y Bolonia (l2.12.98), así como en extremistas como el británico Barry Horne, que cumple prisión de 18 años por daños causados en la isla de Wigh en 1994, y que se opone a la vivisección. El Frente de Liberación Animal, que él preside, ha amenazado con matar a los científicos que practican la vivisección, si Horne muere en su huelga de hambre. A este movimiento se opone el grupo "Enfermos graves a favor de la investigación médica", que preside André Blake, un enfermo de 36 años, incapacitado por una enfermedad degenerativa, la ataxia de Friederich. Blake ha sido amenazado por el frente por defender la vivisección de ratones de laboratorio, como condición indispensable en la lucha contra su enfermedad. Polly Toynbee, columnista de <em>The Guardian</em> subraya el odio al hombre como base de las posiciones del Frente, ya que hacen objeto de ataque a la ciencia, en vez de a la caza u otros espectáculos, cuando la ciencia es el ámbito en el que está más justificado el sacrificio de animales para salvar vidas humanas, y ademas ello se produce en un porcentaje muy bajo; sólo un 5% de los experimentos recurren al sacrificio de animales.<br />El animalismo es una forma de biologismo - según el cual todo lo humano se reduce a lo natural- y, en consecuencia, de inhumanismo, que no tiene en cuenta la realidad de la cultura en cuanto capacidad de proyecto basada en la libertad humana. En realidad, sólo la cultura puede fundamentar deberes con los otros, ya que, de modo irreflexivo, el ser humano tiende a negárselos tanto a los otros seres humanos como a los animales. Los animalistas parecen continuar la mentalidad del Tercer Reich, que hizo esclavos a los "bosquimanos" de Namibia para proteger a los animales.<br />Recuperar el humanismo supone no interpretar la inteligencia como una secreción de la masa cerebral, no ver los procesos mentales como si tuvieran una explicación meramente material. Eccles considera que debe ser superado el darwinismo en cuanto emergentismo, ya que la aparición de la conciencia tiene algo de misterioso. Por eso considera estúpido que el cerebro humano sea considerado como un ordenador. Más estúpido aún es atribuir derechos a los robots, como hace Engelhardt. Del mismo modo lo es atribuir derechos a los animales, como hace Singer, afirmando que hablan. Según Chomsky, el lenguaje es privativo del hombre, en cuanto también es privativo el pensamiento. El animal puede emitir fonemas, pero no sabe lo que dice. Como señala Andorno, "la persona es una realidad que supera la actividad neuronal". El animal carece de memoria y por tanto de capacidad de proyecto; el ser humano, por el contrario, es capacidad de proyecto, respuesta al reto del ambiente, "reabsorción de la circunstancia".<br />Frente a la tesis central del utilitarismo, que niega dignidad a la vida que sufre, sigue en nuestra opinión manteniendo su vigencia la afirmación del pensador judío Herman Cohen, según el cual "la suprema dignidad del ser humano se manifiesta en el sufrimiento" . No en balde el sufrimiento es uno de los componentes esenciales de la memoria y del proyecto y hace posible el ejercicio de la piedad ajena (Mitleid).<br /><br /><em><span style="color:#990000;">“Lo que distingue a las personas es su capacidad [en el sentido de ser en acto] de ser auto-conscientes, racionales y preocupadas por el mérito de la reprobación o del elogio. [...] no todos los seres humanos son personas. No todos los seres humanos son auto-concientes, racionales y capaces de concebir la posibilidad de la reprobación y del elogio. Los fetos, los recién nacidos, los impedidos mentales muy profundos y los comatosos sin esperanza [y podríamos agregar los seniles] ofrecen ejemplos de no-personas humanas. Son miembros de la especie humana pero no tienen en y por sí mismas un lugar en la comunidad moral laica”. Engelhardt, La fundación de la bioética 1996</span></em><br /><br /><strong><span style="font-size:130%;">Declaración Universal de los Derechos del Animal 1978</span><br /></strong><br />- Considerando que todo animal posee derechos<br />- Considerando que el desconocimiento de dichos derechos ha conducido y sigue conduciendo al hombre a cometer crímenes contra la naturaleza y contra los animales<br />- Considerando que el reconocimiento por parte de la especie humana de los derechos a la existencia de las otras especies animales, constituye el fundamento de la coexistencia de las especies en el mundo<br />- Considerando que el hombre comete genocidio y existe la amenaza de que siga cometiéndolo<br />- Considerando que el respeto hacia los animales por el hombre está ligado al respeto de los hombres entre ellos mismos<br />- Considerando que la educación debe enseñar, desde la infancia, a observar, comprender, respetar y amar a los animales<br /><br />SE PROCLAMA LO SIGUIENTE:<br /><div align="justify"><br />1. Todos los animales nacen iguales ante la vida y tienen los mismos derechos a la existencia.<br /></div><div align="justify">2. a) Todo animal tiene derecho al respeto.<br />b) El hombre, en tanto que especie animal, no puede atribuirse el derecho de exterminar a otros animales o de explotarlos violando ese derecho. Tiene la obligación de poner sus conocimientos al servicio de los animales.<br />c) Todos los animales tienen derecho a la atención, a los cuidados y a la protección del hombre. </div><div align="justify"><br />3. a) Ningún animal será sometido a malos tratos ni a actos crueles.<br />b) Si es necesaria la muerte de un animal, ésta debe ser instantánea, indolora y no generadora de angustia. </div><div align="justify"><br />4. a) Todo animal perteneciente a una especie salvaje, tiene derecho a vivir libre en su propio ambiente natural, terrestre, aéreo o acuático y a reproducirse.<br />b) Toda privación de libertad, incluso aquella que tenga fines educativos, es contraria a este derecho.<br /></div><div align="justify">5. a) Todo animal perteneciente a una especie que viva tradicionalmente en el entorno del hombre, tiene derecho a vivir y crecer al ritmo y en las condiciones de vida y de libertad que sean propias de su especie.<br />b) Toda modificación de dicho ritmo o dichas condiciones que fuera impuesta por el hombre con fines mercantiles, es contraria a dicho derecho.<br /></div><div align="justify">6. a) Todo animal que el hombre ha escogido como compañero, tiene derecho a que la duración de su vida sea conforme a su longevidad natural.<br />b) El abandono de un animal es un acto cruel y degradante.<br /></div><div align="justify">7. Todo animal de trabajo tiene derecho a una limitación razonable del tiempo e intensidad del trabajo, a una alimentación reparadora y al reposo.<br /></div><div align="justify">8. a) La experimentación animal que implique un sufrimiento físico o psicológico es incompatible con los derechos del animal, tanto si se trata de experimentos médicos, científicos, comerciales, como toda otra forma de experimentación.<br />b) Las técnicas alternativas deben ser utilizadas y desarrolladas. </div><div align="justify"><br />9. Cuando un animal es criado para la alimentación debe ser nutrido, instalado y transportado, así como sacrificado, sin que de ello resulte para él motivo de ansiedad o dolor.<br /></div><div align="justify">10. a) Ningún animal debe ser explotado para esparcimiento del hombre.<br />b) Las exhibiciones de animales y los espectáculos que se sirvan de animales son incompatibles con la dignidad del animal. </div><div align="justify"><br />11. Todo acto que implique la muerte de un animal sin necesidad es un biocidio, es decir, un crimen contra la vida.<br /></div><div align="justify">12. a) Todo acto que implique la muerte de un gran número de animales salvajes es un genocidio, es decir, un crimen contra la especie.<br />b) La contaminación y la destrucción del ambiente natural conducen al genocidio. </div><div align="justify"><br />13. a) Un animal muerto debe ser tratado con respeto.<br />b) Las escenas de violencia en las cuales los animales son víctimas, deben ser prohibidas en el cine y en la televisión, salvo si ellas tienen como fin el dar muestra de los atentados contra los derechos del animal.<br /></div><div align="justify">14. a) Los organismos de protección y salvaguarda de los animales, deben ser representados a nivel gubernamental.<br />b) Los derechos del animal deben ser defendidos por la Ley, como lo son los derechos del hombre.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-20736707275743724162009-04-28T09:13:00.000-07:002010-03-06T02:10:58.069-08:003.3. Peter Singer y su "nueva" ética<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXRZeRI3lmEB89OEjb8qsx6FqliKxDbzR8_HVr3Of3yXrOMsRbwf2nyS9D-whR2m8o-lMeehLekSNRSenux-pf9eKHqp6ZxPqQUI0fgN3ocz_OHKAvsef3WFxlWG0z27kFXDjgD4BfzN8/s1600-h/eticapractica.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5445284667988895890" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 283px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXRZeRI3lmEB89OEjb8qsx6FqliKxDbzR8_HVr3Of3yXrOMsRbwf2nyS9D-whR2m8o-lMeehLekSNRSenux-pf9eKHqp6ZxPqQUI0fgN3ocz_OHKAvsef3WFxlWG0z27kFXDjgD4BfzN8/s400/eticapractica.jpg" border="0" /></a><em><span style="font-size:85%;">“Después de haber elaborado reglas para disciplinar nuestra manera repensar y decidir sobre la vida y la muerte durante casi dos mil años, la ética tradicional de Occidente se ha derrumbado”. Peter Singer</span></em><br /><br />Con esta afirmación triunfalista, el profesor <a href="http://personajesculturadelamuerte.blogspot.com/2009/09/peter-singer.html">Peter Singer</a> abre su obra capital, <em><strong>Repensar la vida y la muerte: </strong></em>el derrumbe de nuestra ética tradicional, donde pone de manifiesto una actitud de revolucionaria confianza que nos trae a la memoria otro iconoclasta ateo, Derek Humphry, que dijo: <em>“Estamos intentando derribar dos mil años de tradición cristiana”.</em><br />La nueva tradición a la que Singer da la bienvenida está fundamentada en una ética de la “calidad de vida”. De ella se afirma que reemplaza la moralidad saliente, basada en el “carácter sagrado de la vida”. Wesley J. Smith afirma que<br /><br /><em><span style="color:#660000;">Repensar la vida y la muerte puede considerarse justamente como el Mein Kampf del movimiento proeutanasia, en cuanto que se deshace de muchos de los eufemismos característicos de la literatura proeutanasia y no tiene reparos en reconocer lo que es la eutanasia: matar.</span></em><br /><br />Un movimiento en pro de los derechos de los minusválidos que lleva por nombre <em>“Aun No Estamos Muertos”</em> se ha opuesto rotundamente a los puntos de vista de Singer sobre la eutanasia. Algunos le llaman el <em>Profesor Muerte.</em> Otros han llegado a compararlo con Josef Mengele. Troy McClure, un defensor de los derechos de los minusválidos, le considera <em>“el hombre más peligroso que existe hoy en el mundo”.</em> Hay, efectivamente una rotundidad en los pronunciamientos de Singer que dan a su pensamiento una cierta transparencia. Esto hace que su filosofía, en términos comparativos, sea fácil de entender y evaluar.<br />A pesar de la vehemencia de algunos de sus oponentes, en otros círculos el profesor Singer es considerado un respetado y eminente filósofo y especialista en bioética. Sus libros tienen muchos lectores, sus artículos son recogidos con frecuencia en antologías, está muy solicitado en todo el mundo como conferenciante y ha dado conferencias en prestigiosas universidades de diferentes países. Actualmente ocupa la Cátedra Ira W. DeCamp de Bioética en el Centro para el Estudio de los Valores Humanos de la Universidad de Princeton. Y ha escrito un artículo de relevancia para la Enciclopedia Británica.<br />La filosofía de Singer arranca de un amplio igualitarismo y culmina en un estrecho preferecialismo. Su igualitarismo le ha ganado muchos partidarios; su preferencialismo, detractores. De ahí que sea a la vez objeto tanto de profunda admiración como de sólidas críticas. En su conocido artículo “Todos los animales son iguales”, Singer expresa su desprecio por el racismo y el sexismo. Aquí se sitúa sobre terreno firme. A Partir de ahí, invita a sus lectores a conquistar “la última forma de discriminación contra los animales. Se refiere a esta forma de discriminación, utilizando un término acuñado por Richard Ryder, como “especiesismo”. Esta forma de discriminación se basa en el presupuesto, absolutamente sin fundamento según Singer, de que hay especies superiores a otras. “Es esencial”, escribe, “que extendamos a otras especies el básico principio de igualdad que la mayoría de nosotros consideramos debe extenderse a todos los miembros de nuestra propia especie”. Aquí Singer se conquista a los activistas que luchan por los “derechos” de los animales. En 1992 escribió Liberación animal, un libro dedicado por entero a esta cuestión.<br />A partir de lo visto, debería resultar evidente que lo que Singer hace es llevar el darwinismo a sus últimas conclusiones. Como hemos visto, el darwinismo eliminó cualquier distinción esencial entre seres humanos y otras especies, colocándolos a todos en el mismo espectro evolutivo. Como Darwin rechaza la comprensión tradicional de la dignidad única de la especie humana – que los seres humanos, hechos a imagen y semejanza de Dios, tienen un alma inmortal e inmaterial –, el darwinismo no puede sino rechazar cualquier distinción moral basada en la idea tradicional del carácter distintivo de la naturaleza humana.<br />No puede por tanto sorprendernos que Singer rechace lo que considera maneras no filosóficas de aproximarse a la comprensión de los seres humanos y los animales no humanos. De este modo, encuentra que nociones como “carácter sagrado de la vida”, “dignidad”, “creados a imagen de Dios” y otras por el estilo son nociones espurias. “Las bellas palabras”, nos dice, “son el último recurso de los que se han quedado sin argumentos”. Siguiendo a Darwin, considera que la naturaleza humana no es más que otra fase en el flujo constante de la evolución. Por tanto, rechaza la idea de que los seres humanos tengan una naturaleza determinada. Como resultado, no asigna significado moral o filosófico alguno a términos tradicionales como “ser”, “naturaleza” o “esencia”. Se enorgullece de ser un filósofo moderno que se ha desembarazado de esos “grilletes metafísicos y religiosos”.<br />Para Singer, lo verdaderamente relevante es la capacidad de sufrir que tienen tanto los humanos como los animales no humanos. Está claro que los animales no humanos, y especialmente los mamíferos, sufren. En este punto, Singer añade a sus seguidores igualitaristas otro grupo: el de los que basan su ética en la compasión. Lamenta el hecho de que los humanos sometamos y utilicemos de forma cruel y desconsiderada a los animales no humanos comiendo su carne y experimentando con ellos. Por tanto, aboga por una dieta vegetariana para todos y un recurso muy restringido a la experimentación con animales.<br />Al juzgar como iguales la capacidad de sufrir de los animales humanos y no humanos, Singer sustituye la ética del carácter sagrado de la vida por una ética de la calidad de vida, la cual, según su punto de vista tiene unos cimientos más sólidos y realistas. De este modo, Singer posee aparentemente una multitud de virtudes modernas. Tiene una mente abierta, es razonable, no discriminatorio, compasivo, innovador, iconoclasta y coherente. Lo que cuenta es la calidad de vida, no unas nociones abstractas y gratuitas que no pueden ser corroboradas a través de un análisis racional.<br />En una ocasión, Charles Darwin supuso que <em>“los animales, nuestros hermanos en el dolor, en la enfermedad, en el sufrimiento y en el hambre (…) quizá compartan con nosotros un origen común en un ancestro remoto (…) quizá todos estemos mezclados unos con otros”.</em> Singer asume la “conjetura” de Darwin y la convierte en una convicción. De este modo, añade a los darvinistas y a todo género de evolucionistas a su cohorte de seguidores.<br />Tanto los animales humanos como los no humanos son fundamentalmente seres que sufre. Poseen consciencia, lo que les confiere la capacidad de sufrir o disfrutar de la vida, de ser desgraciados o de ser felices. Este hecho incontrovertible da a Singer una base, paradójicamente, para una nueva forma de discriminación, que es más injusta que las que las que él condena sin paliativos. Singer identifica el estado de sufrimiento o disfrute de todos los animales con su calidad de vida. De ahí se sigue, por tanto, que los que sufren más que otros tienen una menor calidad de vida, y que los que no poseen una consciencia suficientemente desarrollada no llegan al nivel de personas. Argumenta, por ejemplo, que en el caso de un bebé con síndrome de Down, o cuya “vida haya comenzado en muy malas condiciones”, los padres deberían ser libres de matar al niño durante sus veintiocho primeros días de vida. Aquí se muestra fundamentalmente de acuerdo con Michael Tooley, un filósofo al que admira, que afirma que “los humanos recién nacidos no son ni personas ni cuasipersonas, y su destrucción en modo alguno es algo intrínsecamente malo”. Tooley entiende que matar a un niño se convierte en algo malo cuando éste adquiere “propiedades moralmente significativas”, algo que en su opinión ocurre alrededor de tres meses después de su nacimiento.<br />Al haber desechado toda distinción relevante entre seres humanos y animales, Singer no tiene más remedio que declarar que algunos humanos son no personas, mientras que algunos animales no humanos son personas. La clave no está en la naturaleza o en el hecho de pertenecer a una u otra especie, sino en la consciencia. Un humano aún carente de consciencia no puede sufrir tanto como un caballo dotado de consciencia. Al tratar con animales sólo nos preocupa su calidad de vida. Liberamos de su desgracia a un caballo al que se le ha roto una pata lo más rápido posible. Este acto de misericordia ahorra al animal una cantidad sin cuento de sufrimiento innecesario. Si vemos a los animales humanos del mismo modo,, nuestra oposición a matar a los que sufren comenzará a disolverse. La ética de la “calidad de vida” tiene un correlato tangible cuando se toma como medida el sufrimiento; la ética del carácter sagrado de la vida” tiene como referencia poco más que vapor.<br />Aquí es donde Singer se gana una multitud de detractores. Según este pensador de vanguardia, los niños no nacidos o recién nacidos, la carecer de la necesaria consciencia que les dota de la condición de personas, tienen menos derecho a continuar viviendo que un gorila adulto. Por la misma regla de tres, un niño enfermo o disminuido tendría menos fuerza en su pretensión de no ser eliminado que un cerdo maduro. Singer escribe en Repensar la vida y la muerte:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"Los bebés humanos no nacen conscientes de sí mismos ni capaces de valerse por sí mismos durante un cierto tiempo. No son personas. De ahí que su vida no parezca ser más digna de protección que la vida de un feto".</span></em><br /><br />Y escribiendo específicamente sobre los bebés con síndrome de Down, aboga por cambiar al niño discapacitado o defectuoso (que estaría aparentemente condenado a un sufrimiento excesivo) por un bebé con mejores perspectivas de ser feliz:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“Puede ser que no queramos que un niño emprenda el viaje de la vida si sus perspectivas son sombrías. Cuando esto puede saberse en un momento muy temprano del viaje, quizá podamos aún tener la oportunidad de empezar desde cero. Esto significa desprendernos del bebé que ha nacido, cortar los lazos que han empezado a atarnos a nuestro hijo antes de que se haga imposible. En lugar de seguir adelante y poner todo esfuerzo en hacer lo posible, podemos todavía decir que no y comenzar de nuevo desde el principio”.</span></em><br /><br />No es necesario decir que al nacer todos nos embarcamos en un incierto viaje. La vida está llena de sorpresas. Helen Keller puede vivir una vida plena; Loeb y Leopold pueden llegar a convertirse en asesinos sin piedad, a pesar de haber nacido como privilegiados de la fortuna. (Richard A. Loeb y Nathan F. Leopold: adinerados estudiantes de la Universidad de Chicago que en 1924 asesinaron a un joven de catorce años, pretendiendo así probar que su superioridad intelectual les capacitaba para cometer un crimen perfecto) ¿Quién puede predecirlo? Los seres humanos no pueden pasar controles de calidad como los que se emplean en las fábricas. La preocupación de Singer por la calidad de vida le hace perder de vista la realidad y el valor de la vida misma.<br />Paradójicamente, el hombre que afirmó estar conquistando el último reducto de discriminación estaba ofendiendo a sus lectores precisamente debido a su tendencia a la discriminación (o incluso debido a su uso incorrecto de la discriminación). Algunas afirmaciones que aparecían en la primera edición de su Ética práctica fueron eliminadas en la segunda. Entre ellas se incluye su degradación de las personas con síndrome de Down, su calificación de las personas con desórdenes mentales como “vegetales”, su clasificación de la mente de un humano de un año por debajo de la de muchos animales irracionales, y su afirmación de que “no (…) todo lo que hicieron los nazis fue horrendo; no podemos condenar la eutanasia sólo porque los nazis la practicaron”.<br />Para Peter Singer, un ser humano no es un sujeto que sufre, sino “un sufriente”. El error de Singer en este punto es confundir al sujeto con su consciencia. Es un error que tiene su origen en el cartesianismo del siglo XVII, condensado en la famosa frase de Descartes “pienso, luego existo” (lo cual significa identificar el ser con el pensar). Descartes definió al hombre solamente en términos de su consciencia como cosa pensante (res cogitans9 en lugar de cómo sujeto que posee una consciencia.<br />En contraste, en el corazón del personalismo del papa Juan Pablo II (su filosofía de la persona) se encuentra su reconocimiento de que es la persona individual el sujeto de la consciencia. Ese sujeto puede existir antes de su consciencia (como ocurre en el caso del embrión humano) o durante lapsos en su consciencia (como en el sueño o en un coma). Pero el sujeto no puede ser identificado con la consciencia, que es una operación o actividad del sujeto. El Santo Padre rechaza lo que denomina la “hipostatización del cogito” (la reificación de la consciencia), precisamente porque ésta ignora la realidad fundamental del sujeto de la consciencia – la persona – que es también el objeto de amor. “La consciencia misma” debe ser considerada “ni como un sujeto individual ni como una facultad independiente”.<br />Juan Pablo II se refiere a esta elevación de la consciencia al equivalente al mismo ser de la persona como a “el gran salto antropocéntrico de la filosofía”. Al hablar de un “salto” quiere expresar un movimiento de alejamiento de la existencia hacia una especie de absolutización de la consciencia. Apoyándose en Santo Tomás de Aquino, el Santo Padre reitera que “no es el pensamiento el que determina la existencia, sino la existencia, el “esse”, lo que determina el pensamiento”.<br />Singer, al intentar tener la mente más abierta de lo que es razonablemente posible, ha creado una filosofía que deshumaniza a las personas, reduciéndolas a puntos de consciencia que no pueden distinguirse de los puntos de consciencia que son los animales no humanos. De este modo, para el especialista en bioética de Princeton lo más importante no es la existencia del ser en cuestión, sino su calidad de vida. Pero este proceso de deshumanización conduce directamente a la discriminación de aquellos cuya calidad de vida no está suficientemente desarrollada. Al final, Singer no tiene elección: tiene que dividir a la humanidad entre los que tienen un estado de vida considerado deseable y los que no. De este modo, su amplio igualitarismo acaba degradándose en un estrecho preferencialismo:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“Al rechazar la creencia en Dios, debemos abandonar la idea de que la vida en este planeta tiene algún sentido previamente ordenado. La vida comenzó, según nos cuentan las mejores teorías disponibles, en una combinación fortuita de gases; luego evolucionó a través de mutaciones al azar y de la selección natural. Todo esto simplemente sucedió: no sucedió como parte de plan general alguno. Sin embargo, ahora que ese proceso ha dado como resultado la existencia de seres que prefieren un determinado estado de cosas a otro, puede ser posible considerar unas vidas en concreto como dotadas de sentido. En este aspecto, algunos ateos son capaces de encontrar un significado para la vida”.</span></em><br /><br />La vida puede tener sentido para un ateo cuando éste es capaz de pasar su vida en un “estado de vida deseable”. Pero la perspectiva atea no se centra aquí en las personas; se centra en la felicidad. Esta peculiar preferencia por la felicidad por encima de las personas engendra una lógica escalofriante. No son la vida humana o el ser humano ya existente los que son buenos, sino es “estado de vida deseable”. La vida humana no es sacrosanta, es un cierto tipo de vida lo que puede tener “sentido”. Si un bebé es disminuido, ¿no tiene sentido matarlo y cambiarlo por otro que no lo es y que “por lo tanto” tiene más posibilidades de ser feliz? “Cuando la muerte del niño disminuido”, escribe Singer, “puede llevar al nacimiento de otro niño con mejores perspectivas de una vida feliz, la cantidad total de felicidad será mayor si se mata al niño disminuido”.<br />Singer tiene una cierta razón en un punto quizá marginal: si todas las cosas son absolutamente lo mismo, es mejor ser más feliz que menos feliz. Pero este razonamiento difñicilmente puede justificar acabar con la vida de una persona que tiene menos felicidad que la felicidad, hipotéticamente mayor, que se supone tendrá su posible sustituto. La ética debería centrase en la persona, no en la cantidad de felicidad que esa persona puede o no gozar. Es el sujeto que existe el que tiene derecho a la vida, y ni Singer ni nadie que emplee una “calculadora de felicidad relativa” deberían privarle de ese dercho.<br />Habiendo perdido de vista la existencia concreta, Singer inevitablemente razona en el mundo de las abstracciones. Es un humanista, cabría decir, porque quiere que las personas disfruten de un estado de vida mejor y más feliz. Pero la cuestión más relevante es que él no está particularmente interesado en las vidas reales de quienes se enfrentan a estados de vida que él considera menos deseables. Por contraste, el papa Juan Pablo II hace hincapié en que cada vida humana es “inviolable, irrepetible e irremplazable”. Con esta afirmación, el Pontífice da a entender que nuestra primera prioridad debería ser amar a seres humanos más que a preferir estados de vida más deseables.<br />Aun así, Singer cree que coincide con Juan Pablo II en un punto importante. En un artículo publicado en 1995 en el semanario londinense The Spectator, titulado “Matar bebés no siempre es malo”, Singer dijo del Papa: “En ocasiones pienso que él y yo al menos compartimos la virtud de ver claramente qué es lo que está en juego”. La Cultura de la Vida basada en la ética del carácter sagrado de la vida es lo que está en juego. El Papa y el profesor Singer se mueven en mundos completamente opuestos. “Tuvo que llegar el día”, afirma Singer, “en que Copérnico demostró que la Tierra no es el centro del universo. Es ridículo pretender que la vieja ética tiene sentido cuando está claro que no lo tiene. La idea de que la vida humana es sagrada simplemente porque es humana es medieval”.<br />Pero hay unas cuantas cosas que están claras. Una es que Copérnico no “demostró” que la Tierra no es el centro del universo: propuso una teoría basada en la errónea suposición de que los planetas viajan trazando círculos perfectos, a partir de la cual formuló la hipótesis de que el Sol está en el centro, no del universo, sino de lo que hoy llamamos el Sistema Solar. Otra es que la noción del carácter sagrado de la vida judeocristiana, no es una construcción arbitraria de la Edad Media. Y otras es que es contrario a la ética matar a los disminuidos por el mero hecho de que lo sean.<br />En un foro de Princeton, Singer dijo que habría apoyado a los padres de los disminuidos que se oponían a sus ideas si hubiesen pretendido matar a sus vástagos cuando eran niños. Éste es el tipo de comentario desconsiderado que le garantiza que sus oponentes minusválidos seguirán luchando contra él.<br />Un error adicional del pensamiento de Singer es su suposición de que el sufrimiento (o la felicidad) de los individuos puede de algún modo sumarse para dar lugar a “todo el sufrimiento del mundo”. C.S. Lewis explica que si tienes un dolor de muelas de intensidad x, y otra persona que está contigo en la habitación tiene un dolor de muelas de intensidad x, “puedes, si lo deseas, decir que la cantidad total de dolor acumulado en la habitación es 2x. Pero debes recordar que ninguno de los dos está sufriendo 2x”. No existe nada parecido a un compuesto de dolor en la conciencia de nadie. No existe nada parecido a la suma del sufrimiento colectivo de todos los seres humanos, porque no existe nadie que lo sufra.<br />Otro error en el pensamiento de Singer es su pretensión de que la filosofía debería construirse solamente sobre la base del pensamiento racional, y que debe desconfiarse de los sentimientos y de las emociones, quizá incluso prescindir totalmente de ellos. Al razonar en torno al niño de pocos meses, en su obra Érica práctica nos aconseja “dejar aparte los sentimientos que suscita su apariencia pequeña, indefensa y en ocasiones encantadora”, de modo que podamos analizar los aspectos más éticamente relevantes, tales como su calidad de vida. Este enfoque fríamente cerebral es radicalmente incompatible con nuestra capacidad para extraer gozo alguno de la vida. Al “dejar aparte los sentimientos”, también tenemos que dejar aparte la capacidad de gozar. No es la mente lo que se siente lleno de gozo, sino el corazón. De este modo, el hombre (Singer) que afirma primar la felicidad está dispuesto a desactivar la facultad misma que hace posible la felicidad. El doctor David Gend, internista y secretario de la sección local de Queensland (Australia) de la Federación Mundial de Médicos Provida, sugiere que el anuncio que hace Singer del colapso de la ética del carácter sagrado de la vida es prematuro:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“Ni Herodes pudo matar a todos los inocentes, ni Singer corromperá el amor por la inocencia en todos sus lectores. Mientras queden corazones que se conmuevan ante la imagen de un niño que se estremece en su sueño, o incluso ante la del movimiento del bebé por ultrasonidos a las dieciséis semanas, la llamada de Singer a “dejar aparte los sentimientos” a la hora de matar bebés seguirá apestando a podrido”. David van Gend</span></em><br /><br />Razón y emociones no se oponen. Ésa es la suposición intrínseca al dualismo cartesiano. En la persona integral, razón y emociones forman una unidad indisoluble. De ese modo, que una persona deje aparte sus sentimientos a fin de poder analizar una situación “éticamente” equivale para ella a dejar aparte su misma humanidad. Es precisamente este radical abandono de los propios sentimientos morales, particularmente relevante en el caso en que un individuo no experimenta emoción alguna al tener en sus brazos a un niño recién nacido, lo que constituye una indicación de desorden moral. Singer parece acercarse a la ética práctica del mismo modo que uno se acerca a la matemática práctica. Pero eso es deshumanizar la ética. Percibir la signifcación ética de las cosas no es una actividad especializada de la razón. Existe un “sentido de lo moral” (James Q. Wilson) y una “sabiduría en el sentimiento de repulsa” (Leon Kass), un “conocimiento a través de la connaturalizad (Jacques Maritain) y una “copresencia” (Gabriel Marcel), que están presentes en la integración armoniosa de razón y emoción.<br />“El corazón tiene razones que la razón no entiende”, dijo Pascal. El neurobiólogo Antonio Samasio, autor de Descartes´s Error: Emotion, Reason and the Human Brain (El error de Descartes: Emoción, razón y el cerebro humano), considera científicamente probado que “la ausencia de emoción parace ser al menos tan perniciosa para la racionalidad como el exceso de emoción (…) La emoción bien puede ser el sistema de apoyo sin el cual el edificio de la razón no puede funcionar correctamente y puede incluso derrumbarse”. La ética que parece tener más posibilidades de “derrumbarse” es, por tanto, no la que se basa en la integración personal de razón y emociones, sino el enfoque racional disociado de la emoción que, de ese modo, queda mutilado, vulnerable, y contraproducente.<br />Singer subraya la importancia de la razón, de la amplitud de mente y de la compasión. Pero su excesivo énfasis en la razón desplaza a los sentimientos humanos. Su defensa entusiasta de esas causas de mente amplia le hace perder de vista el carácter distintivo del ser humano (no ve objeción alguna a las “relaciones” sexuales entre animales humanos y no humanos). Y su sensibilidad para la compasión es ejercitada al precio de no entender el modo en que el sufrimiento puede adquirir un significado personal. Al final, su filosofía es parcial y deforme. Se encuadra en la <a href="http://00nomataras.blogspot.com/2009/09/11-que-es-la-cultura-de-la-muerte.html"><strong>Cultura de la Muerte</strong> </a>porque desconfía de la región del corazón, no es capaz de discernir la verdadera dignidad de la persona y eleva el acto de matar seres humanos inocentes – jóvenes o viejos – al de higiene social.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-664362729115824252009-04-28T09:04:00.000-07:002010-03-06T02:12:17.158-08:003.4. El despersonalismo de Engelhardt<div align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuzuazVYGEbTPujr7wonv2XKX9fDoMmQ3tqjv3fM-WXPgEAoFx3DuZauOLc4vI_Cz1sCBAPhLrg4HS1UZWzgDRGdnTQQnZXnUEwZEPsDyYAq8U_ThRflI2uFqYJubRucTpGNKp4eH3YGI/s1600-h/tristram+engelhardt.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5329774322172624722" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 285px; CURSOR: hand; HEIGHT: 341px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuzuazVYGEbTPujr7wonv2XKX9fDoMmQ3tqjv3fM-WXPgEAoFx3DuZauOLc4vI_Cz1sCBAPhLrg4HS1UZWzgDRGdnTQQnZXnUEwZEPsDyYAq8U_ThRflI2uFqYJubRucTpGNKp4eH3YGI/s400/tristram+engelhardt.jpg" border="0" /></a><strong>H. Tristram Engelhardt,</strong> médico norteamericano con formación filosófica, es autor de obras de bioética y editor de The Journal of Medicine and Philosophy. Su pensamiento ha sido tipificado como utilitarista, otras veces como contractualista, creo que mejor conviene denominarla de "libertario", porque asume la centralidad de la autonomía del individuo, sin duda con una fuerte influencia del liberalismo norteamericano. Con dicho presupuesto, analiza una variedad de problemas bioéticos.<br />La bioética es una actividad reflexiva que tiende a la búsqueda de criterios para una buena praxis. Desde su inicio por los años setenta, uno de sus problemas ha sido definir el concepto de ser humano y persona. Muchas respuestas se han dado desde entonces, no por simple inquietud intelectual, sino porque de sus respuestas tienen consecuencias prácticas. En su obra más importante. Los fundamentos de la bioética (Barcelona: Paidós. 1995), el médico Engelhardt sigue las líneas centrales de los filósofos liberales que separan el concepto de ser humano del de persona. El capítulo V de su obra, titulado "El contexto de la asistencia sanitaria: Las personas, las posesiones y los estados", es el lugar especial donde trata el problema de sí todos los seres humanos son personas. Veamos sus argumentos. </div><div align="justify"> </div><div align="justify"><strong><span style="color:#003300;">MARCANDO LAS DIFERENCIAS</span></strong><br /><br />Este autor parte de un principio aparentemente sacado de los hechos: no todos los seres humanos son iguales y esas "diferencias constituyen la base de desigualdades moralmente relevantes" (Engelhardt: 1995, 151). Pero no reconoce esas desigualdades para señalar una igualdad formal, sino para sostener la desigualdad entre seres humanos y personas. Nos dice:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"Las personas, no los seres humanos, son especiales -al menos si sólo se dispone de una moralidad secular general. Los seres humanos adultos Competentes tienen una categoría intrínseca moral mucho más elevada que los fetos humanos o que incluso los niños pequeños. Es importante conocer la naturaleza de estas desigualdades con cierto detalle ..." (Engelhardt.. 1995, 151)<br /></span></em><br />¿Por qué las personas tienen "una categoría intrínseca moral mucho más elevada? ¿Dónde radica esa desigualdad? Otra vez, en la racionalidad, la autoconciencia, la libertad de elegir y tener un sentido moral. Para ello se sustenta en el "mundo inteligible" de Kant:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">Al examinar el fundamento de la moral, Kant presentó lo que podríamos llamar la gramática de una de las dimensiones más importantes del pensamiento humano. Las entidades racionales y autorreflexivas sólo pueden interpretarse a sí mismas coherentemente como entidades morales y responsables... Nuestro propio concepto de nosotros mismos como entidades autorreflexivas y racionales exige que nos consideremos como agentes morales, como personas como personas y como sujetos cognoscentes. (Engelhardt 1995, 153-4)<br /></span></em><br />La idea es clara: el modo moderno de vernos como autoconscientes y racionales nos hace vernos como "agentes morales" únicos y a eso es lo que se llama "persona". La conclusión que obtiene es que las personas tienen una "importancia especial" en las discusiones éticas, no las personas:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">Hay que señalar que esta consideración moral se concentra en las personas y no en los seres humanos. El hecho de que una entidad pertenezca a una especie concreta no tiene importancia en términos morales seculares generales, a menos que...sea en realidad un agente moral. (Engelhartit: 1995, 154)<br /></span></em><br />El término ser humano hace referencia a la especie biológica que sólo tiene; significado moral "en la medida que tienen las características propias de una persona. Añade que normalmente un ser humano es racional, autorreflexivo y posee un sentido moral, por lo que normalmente puede ser considerado persona. Pero no todos los seres humanos son personas (como es el caso de fetos, deficientes mentales., personas con graves lesiones cerebrales, etc.) ni todas las personas son necesariamente seres humanos (ángeles, seres extraterrestres racionales y autorreflexivos, etc.):<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"No todos los seres humanos son personas, no todos son autorreflexivos, racionales o capaces de formarse un concepto de la posibilidad de culpar o alabar. Los fetos, las criaturas, los retrasados mentales profundos y los que se encuentran en coma profundo son ejemplos de seres humanos que no son personas". (Engelhardt: 1995, 155)</span></em><br /><br />Estos seres señalados no tienen capacidad de discurso moral ni de autonomía, por lo que no tiene sentido hablar de respetar la autonomía de esos seres. En cambio, habría que respetar la autonomía de personas no humanas, porque como seres racionales serían agentes morales. La conclusión que se puede obtener es que -desde el punto de vista moral- no debemos confundir al ser humano de la persona:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"Lo que, en términos seculares generales, es importante acerca de nosotros mismos como seres humanos, es el hecho de que seamos personas, no nuestra pertenencia a la especie Homo sapiens como tal. La distinción entre personas y seres humanos tienen consecuencias importantes para el modo de tratar la vida personal humana en contraste con la mera vida biológica humana". (Engelhardt: 1995, 156)</span></em><br /><br />Lo importante sería determinar -sostiene el autor- cuándo un ser humano se convierte en persona. En conclusión, noo todas las personas son necesariamente humanas ni todos los seres humanos son personas. Cree el autor que estas -reflexiones morales seculares generales" no niegan los "criterios tradicionales religiosos o metafísicos" sino que:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"revelan el doloroso abismo existente entre la moralidad secular general), la que está dotada de contenido". (Engelliardt: 1995, 157)</span></em><br /><br />No queda claro qué quiere decir con "doloroso abismo". Se refiere a la inconmensurabilidad de la "moral secular" (o liberal) y la moral de las tradiciones culturales? Si este es el caso, entonces es inevitable el conflicto entre la moral liberal y de las morales de máximas. Además, ¿realmente dicha "moralidad secular general" no tiene contenido? </div><div align="justify"><br /><strong><span style="color:#003300;">PREDISPOSICIÓN POR LAS PERSONAS<br /></span></strong><br />Una posible objeción que el autor se formula es que crea una moral centrada indebidamente en las personas. La respuesta que da Engelhardt es que son las personas las que reflexionan sobre el mundo e intentan explicar su sentido:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"Solamente podemos explicar racionalmente la naturaleza de los objetos desde el punto de vista de los seres racionales: las personas". (Engelhardt: 1995, 157)</span></em><br /><br />Aunque los seres humanos seamos los que busquemos una explicación racional, eso no es argumento suficiente para sacar a los otros seres del discurso moral. Sin embargo, el autor insiste diciendo:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"las personas se autolegislan, pero esto no es así en el caso de las criaturas, de los retrasados mentales profundos o de otros individuos que no pueden determinar por sí inismos su propia jerarquía de gastos y beneficios... Tanto la moralidad del respeto mutuo conmo la inmoralidad del bienestar y de la simpatía mutua están inextricablemente orientadas hacia las personas". (Engelhardt: 1995, 158)</span></em><br /><br />Es obvio que ni las plantas ni los animales calculan sus gastos y beneficios al modo racional y utilitarista. Sin embargo, eso no quiere decir que no tengan valor, aunque sea una persona la que la formule. No resulta muy claro que el respeto mutuo, la simpatía mutua y la moralidad del bienestar estén "orientadas hacia las personas". Los seres humanos dirigen sus afectos también a sus mascotas y plantas, de alguna manera no racional existe una correspondencia. No todo el ámbito moral está orientado hacia las personas, basta recordar el respeto que hoy surge hacia los animales y el reconocimiento de sus derechos. Si bien ellos no proclaman esos derechos, ello significa que el hombre es capaz de ampliar el discurso moral y no referirlo solo a otras personas. El autor insiste en la centralidad del hombre en la moral:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"Sólo existirán personas para adjudicar qué bienes deben tener la mayor importancia. Incluso los animales que no son personas, y nunca lo serán, se sitúan ineludiblemente dentro de los límites de una moralidad centrada en las personas, y, que está dominada por los intereses centrados en las personas". (Engelhardt: 1995, 159)<br /></span></em><br />Creo que hay una confusión de planos. Hay que distinguir: i) el discurso moral racional de una persona; que estima algo como valioso, hace cálculos morales, decide ser justo, etc.; y ii) la extensión de los sujetos morales que la persona hace, es decir, puede extenderla solo hacia los integrantes de su comunidad cultural o hacía todos los seres racionales o hacia todos los seres humanos o hacia los animales y la naturaleza toda. Sólo adquirirá centralidad la persona en la medida que ella se otorgue ese lugar. Este argumento de Engelhardt podría ser denominado de personismo (como se ha denominado a la teoría de Singer), en tanto que prejuciosamente no reconoce el valor moral (aunque no sean racionales) de otros seres que no son personas. </div><div align="justify"><br /><strong><span style="color:#003300;">PROBABILIDAD EN LUGAR DE POTENCIALIDAD</span></strong><br /><br />Engelhardt se pregunta:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"¿Qué sucede, en términos seculares generales, con entidades tales como los embriones, los fetos y las criaturas, que con gran probabilidad se convertirán en agentes morales?" (Engethardt: 1995, 159)</span></em><br /><br />Según nuestro autor, apelar a la noción de potencialidad (que son personas en potencia) no puede tener éxito. Argumenta que el lenguaje de la potencialidad es engañoso porque del hecho de que X tenga en potencia Y, no significa que ya lo posea. De ello sostiene:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"Si los fetos son personas en potencia, se sigue claramente de ello que los fetos no son personas ... Si los fetos son solamente personas en potencia, no tienen los derechos de las personas.. tal vez por eso sea preferible decir que X tiene una cierta probabilidad de convertirse en Y en lugar de decir que X es un Y en Potencia". (Engelhardt: 1995, 160)</span></em><br /><br />Para la moral secular general. lo que importan son las personas. Las obligaciones son hacia las personas. Hacia los animales que no son personas sólo hay deberes de benecicencia, en tanto que primero han sido valorados por las personas. A partir de ahí dice:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"Por esta razón, el valor de los cigotos, embriones y fetos está determinado en la moralidad secular general principalmente por el valor que para las personas actuales". (Engelhardt: 1995, 161)</span></em><br /><br />Así, el valor del cigoto será diferente si es determinado por los deseos de la pareja de tener un hijo o si es valorado por una estudiante soltera que ve el riesgo de truncar sus estudios. En cualquier caso, "la sensibilidad del cigoto, embrión o feto, es muy inferior a la de un mamífero adulto". La preocupación por el sufrimiento del feto no se justifica porque no tiene sus conexiones desarrolladas entre sus lóbulos frontales que pemitirían experimentar dolor:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"Ningún indicio nos sugiere que la capacidad de sufrimiento de los fetos se aproxime a la de los mamíferos adultos. Por consiguiente, las obligaciones morales seculares generales consistirán simplemente en asegurar que el bien perseguido, como es por ejemplo, evitar el nacimiento de un niño con Síndrome de Down, supere al final el que representa el dolor que sufrirá el organismo animal al que se va a dar muerte". (Engelhardt: 1995, 162)</span></em> </div><div align="justify"><br /><strong><span style="color:#003300;">DEBER DE BENEFICENCIA HACIA LOS ANIMALES</span></strong><br /><br />Dado que las personas son los únicos agentes morales, ellas son el centro de todo deber. Que tenemos deber de respetar a las personas está fuera de duda. Desde la perspectiva kantiana, podemos tener consideración por los animales sólo porque eso redunde sobre nuestra sensibilidad moral:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"Ciertas reglas o prácticas de amabilidad y consideración con los animales pueden resultar generalmente ventajosas para las prácticas morales que se han establecido para asegurar el respeto por las personas". (Engelhardt: 1995, 163)</span></em><br /><br />Pero el autor añade que "se debería reconocer asimismo el deber de tener en consideración el dolor y el sufrimiento de los animales directamente" (Ibíd., p.163), es decir, deber de beneficencia:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"Aunque no se tengan deberes de respeto para con los animales porque están situados fuera de los límites de la moralidad del respeto mutuo, se tienen deberes para con ellos en función de la moralidad del bienestar y de la simpatía mutua... Debemos a las personas tanto respeto como consideración benéfica. A los animales sólo les debemos esta última". (Engelhardt: 1995, 163-164)</span></em> </div><div align="justify"><br /><strong><span style="color:#003300;">SER UNA PERSONA PARA CONSIDERACIONES SOCIALES<br /></span></strong><br />Después de lo dicho, Engelhardt se hace la pregunta inevitable: "¿Cómo hay que considerar, en términos seculares generales, la posición de los bebés, de los retrasados mentales profundos y de las personas que padecen la infelicidad de Alzheimer en un estado avanzado?". Vuelve a sostener que "estas entidades" no son personas en sentido estricto, pero reconoce que "muchas personas" les reconocen los derechos que normalmente poseen las personas adultas. Esto no deja satisfecho al autor, por lo que sostiene:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"Para encontrar motivos que nos impulsen a proteger a dichos individuos tendremos que dirigir nuestra atención hacia la justificación de ciertas prácticas sociales en función de la importancia que tienen para las personas, con el fin de justificar, para una comunidad concreta, un rol social que podemos llamar "ser una persona para consideraciones sociales ". Si tenemos en cuenta que esta acepción básica de persona no se puede justificar en función de la gramática básica de la moralidad (esto es, porque dichas entidades no tienen una categoría intrínsecamente moral por ser agentes morales), tendremos que justificar un sentido social de la persona, más bien en función de la utilidad que tiene la práctica de tratar a ciertas entidades como si fueran personas". (Engelhardt: 1995, 166)</span></em><br /><br />Engelhardt concede que las personas traten a "ciertas entidades" (los bebés, de los retrasados mentales profundos y de las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer en un estado avanzado) como personas, es una práctica social que no puede ser negado por ninguna teoría. Pero, ya que estas entidades no son personas, se las trata como tal por "un sentido social de las personas", en función de "consideraciones utilitaristas y consecuencialistas" (Engelhardt: 1995, 166). ¿Cuáles son esas consideraciones? El autor señala que podemos justificar el rol de personas a esas entidades en función de que:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">a) el rol social a personas apoye virtudes importantes, como la compasión y el cuidado de la vida humana,<br />b) el rol social ofrece una protección contra la incertidumbre de saber cuando se empieza a ser una persona,<br />c) la crianza de niños permite que los seres humanos se conviertan en personas en sentido estricto. (Engelhardt: 1995, 167)</span></em><br /><br />Añade el autor que la justificación de la asignación del rol social de personas a dichas entidades variará si se trata de seres humanos que fueron personas (enfermedad de Alzheimer) o de seres que serán personas (como los bebés) o de seres humanos que no son personas ni podrán serlo (como los retrasados mentales profundos).<br /><br /><strong><span style="color:#003300;">UNA EXCEPCIÓN AL ROL SOCIAL DE PERSONA</span></strong><br /><br />La práctica de otorgar un rol social a entidades que no son personas no debe ser absoluta. Así:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"Las obligaciones impuestas por otros en función del rol social de las personas serán, en la moralidad secular general, obligaciones prima facie que podrán ser eliminadas en circunstancias concretas". (Engelhardt: 1995, 768)</span></em><br /><br />Así, si los padres permiten morir a "un recién nacido deficiente" no estarían yendo contra ningún "derecho moral secular". Aun en el título de esta parte se refiere a los "recién nacidos gravemente deficientes", ahora nos habla de "un recién nacido deficiente". Hay pues, una gran diferencia entre "gravemente deficiente" y simplemente "deficiente". Esto se debe a que el mismo autor empieza con circunstancias biológicas y luego incluye circunstancias sociales, lo cual ya tiene un sentido distinto:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"Cuanto mayores sean las cargas económicas, sociales y económicas para los padres, menos se ofenderá la práctica de conceder personalidad a los niños, si se hacen excepciones en esas circunstancias. Tenemos que reconocer que los padres son personas en sentido estricto. Mientras que la significación de los niños como personas sociales se acrecienta en función de, lo que la práctica de la paternidad a las personas en sentido estricto". (Engelhard: 1995, 169)</span></em><br /><br />Esto es casi como decir que estaría justificado el infanticidio por razones sociales. Desde una moral secular, las personas tienen menos obligaciones morales seculares para con los bebés anancefálicos como las personas en estado de coma irreversible. </div><div align="justify"><br /><strong><span style="color:#003300;">SENTIDO ESTRICTO Y VARIOS SENTIDOS DE SER PERSONA</span></strong><br /><br />Como se ha visto, existiría un sentido estricto de la denominación "persona", y también un sentido amplio del término. En total, el autor distingue cuatro acepciones al término "persona":<br /><br />P1: Persona en sentido estricto, es aquella que es agente moral.<br />P2: El sentido social de persona que permite otorgar los derechos a seres que no son propiamente personas, como los niños.<br />P3: El sentido social de persona a individuos que alguna vez fueron personas pero ya no lo son.<br />P4: El sentido social de persona a individuos que nunca han sido ni nunca serán personas en sentido estricto.<br /><br />Pero la distinción básica es entre personas en sentido estricto como agentes morales y las demás acepciones. Así, la moralidad secular general asume que las personas como agentes morales tienen derechos. Y añade una observación:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"No presentamos estas conclusiones con la intención de debilitar la posición de los niños o de los bebes, sino todo lo contrario. Nuestro objetivo ha sido proporcionar las bases más sólidas posibles de la categoría moral del ser humano, justificadas en función de argumentos generales seculares. Ya que un examen detenido de la práctica de la moralidad secular revela la primordial importancia de las personas en sentido estricto, pero no de los seres humanos como tales, nos vemos formados a elaborar sentidos sociales secundarios de la persona, con el fin de explicar la posición moral de los niños, de los retrasados mentales profundos y de las personas que padecen debilidad senil." (Engelhardt: 1995, 171)</span></em> </div><div align="justify"><br />A MODO DE CONCLUSIÓN<br /><br />La perspectiva de una "moral secular" no es una perspectiva neutral, porque ya tiene compromisos con un modo de ver el mundo y al hombre. Por ello, no puede asumir de mediadora entre distintas perspectivas. Esto se muestra claramente en su forma de entender a la persona, que tiene detrás de sí toda la herencia moderna que ha caracterizado a la persona por la autoconciencia, racionalidad, sentido moral y libertad. Son estas personas las que pueden entrar en la práctica de mutuo acuerdo y formar una "comunidad ética". Por lo tanto, si la persona es quien es capaz de decidir, eso deja fuera a seres como el embrión, niños, deficientes mentales, personas en estado vegetativo persistente, etc.<br />Sin embargo, aparte de esos seres que preocupan a los biólogos y médicos, ¿los otros seres humanos podremos entrar en esta forma de entender a la persona?. Nuestras formas de racionalidad varían, tanto dentro de la cultura occidental (no tienen la misma racionalidad el intelectual universitario que el sencillo vendedor ambulante), así como en otras culturas. Lo mismo que su "sentido moral". Apoyarse en estos criterios para separar al ser humano de persona tendría sentido si se pretende que ellos tienen un mismo significado.<br />Esta forma de entender la persona es excluyente, por eso el mismo Engelhardt ha tratado de argumentar que "por razones sociales" tratamos como personas a seres que no son personas. Suena estos a aquellas perspectivas coloniales que partiendo de su creencia en superioridad, podían compadecerse de los indígenas no humanos.<br />Nosotros, las personas, nos compadecemos de los que no son personas y los tratamos como si fueran tales. Sin duda, los bioeticistas tendrán que seguir buscando nuevos argumentos para enfrentar a seres como los embriones, los dementes y las personas en estado vegetativo persistente. El asunto de la persona está creando tanta confusión que ya algunos están proponiendo dejarlo de lado. Quizá no necesitamos una definición pretendidamente definitiva sobre ser humano o persona, sino partir de las formas diversas de comprendernos para entendernos mutuamente, sabiendo que ninguna de ellas podrá abarcar el misterio de nuestro ser.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-55113786994982080472009-04-28T09:03:00.001-07:002010-03-06T02:49:06.182-08:004. El socialdarwinismo<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhix57gg_H6Vrk_I34gy2zxXV_8tweyO8hieMnXczW3m4cejEd58Y2Ik_urWdopwELRDBy6-E3botecAqcUnGScyTObszUWCipqEf1Zlui5YDlJn_SDZn0mEffudsSzg_4dk_p9_CIdKrU/s1600-h/darwin.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5445471072847911458" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 262px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhix57gg_H6Vrk_I34gy2zxXV_8tweyO8hieMnXczW3m4cejEd58Y2Ik_urWdopwELRDBy6-E3botecAqcUnGScyTObszUWCipqEf1Zlui5YDlJn_SDZn0mEffudsSzg_4dk_p9_CIdKrU/s320/darwin.jpg" border="0" /></a>La revolución que han supuesto los avances en la Genética y la Biotecnología han servido para dar nuevos matices a las teorías postdarwinistas. Las diferentes teorías evolucionistas comparten algunos principios: entre ellos, que entre el reino animal y el humano existe una continuidad. Por tanto, los humanos son animales y, como tales, todo lo que hacen recae dentro de sus potencialidades biológicas. Asimismo, defienden el principio de supervivencia de los más aptos. Pero también existen diferencias y peculiaridades entre unas posturas y otras.<br /><a href="http://06darwinismosocial.blogspot.com/2009/04/72-la-sociobiologia-de-e-o-wilson.html">E. O. Wilson</a> y <a href="http://06darwinismosocial.blogspot.com/2009/04/73-richard-dawkins-y-el-gen-egosita.html">R. Dawkins </a>son dos de los autores contemporáneos que personalizan las concepciones más representativas, por su influencia, en la problemática que se presenta. Ambas posturas se plantean la cuestión de la base evolutiva de las estructuras biológicas que condicionan la aparición ética o moral del ser humano. Esto implica que, como evolucionistas, parten del supuesto antropológico de la consideración del ser del individuo humano exclusivamente en una dimensión natural.<br />Vamos a exponer las bases fundamentales para intentar poner de relieve dos cuestiones: a) la continuidad de estas teorías con el pensamiento darvinista; b) que ello tiene unas claras consecuencias prácticas, incluso jurídicas, similares a las que supuso en su día. Con otras palabras, se pretende demostrar que si durante el siglo XX – amparándose en las teorías de la selección natural y supervivencia de los más aptos – se justificaron acciones censurables y discriminatorias contra seres humanos, el panorama actual no se muestra diferente.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-49844850619318052652009-04-28T09:00:00.000-07:002010-03-06T02:51:53.296-08:004.1. La sociobiología de Edward O. Wilson<div align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrqpUvjnhPOkrOUw5C4Rw-08b-HVInc87QahI8j6gS611unb8sutXWkILIBZ-kIoWPBQ_6hGDZ5qYUGebR5CoYk31oChHFdFdbZGWoYkaDAoE819F4my6e-XoHYQ1araunNMlokdznNTQ/s1600-h/EO+Wilson.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5329773383318458162" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 175px; CURSOR: hand; HEIGHT: 225px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrqpUvjnhPOkrOUw5C4Rw-08b-HVInc87QahI8j6gS611unb8sutXWkILIBZ-kIoWPBQ_6hGDZ5qYUGebR5CoYk31oChHFdFdbZGWoYkaDAoE819F4my6e-XoHYQ1araunNMlokdznNTQ/s400/EO+Wilson.jpg" border="0" /></a>Una de las últimas reinterpretaciones de la teoría darvinista es la sociobiología. Esta postura, iniciada por E.O. Wilson, pretende descubrir los fundamentos biológicos del comportamiento social. De este modo, la sociobiología intenta demostrar que los modelos específicos de comportamiento social – por lo demás, enormemente diversoso – están determinados por la Biología.<br />Esta línea de pensamiento – iniciada por H. <a href="http://06darwinismosocial.blogspot.com/2009/04/2-herbert-spencer.html">Spencer</a> – sugiere la posibilidad de extrapolar las investigaciones de la Biología evolutiva al fenómeno humano, a fin de descubrir la continuidad entre la conducta animal y la conducta humana. La voluntad de llevar al darwinismo hasta sus últimas consecuencias sugirió al biólogo E. O. Wilson, especialista en hormigas, la idea de que si la selección natural es la ley que gobierna la naturaleza, se aplicará de igual forma al comportamiento. El propio E. O. Wilson define la sociobiología como “el estudio sistemático de las bases biológicas de todo comportamiento social”.<br />En este comportamiento que la sociobiología se propone como objeto de estudio, se encuentran todas las especies acogidas al mismo estatuto: “desde las medusas hasta el hombre”. Apoyándose en datos de la Etología, la Ecología y la Genética, sostiene que “cada formación viviente puede ser considerada como un experimento evolutivo, producto de millones de años de interacción entre los genes y el medio ambiente”. De ahí que la labor del sociobiólogo consista en “intentar situar a la humanidad en su lugar adecuado en un catálogo de las especies sociales de la Tierra”.<br />Por otro lado, niega autonomía al orden de la cultura, afirmando que lo cultural queda disuelto en la biológico. Con otras palabras, la sociobiología atribuye a los genes toda la riqueza y variedad sociocultural del comportamiento humano. En este sentido, E. O. Wilson reflexiona.<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“¿Puede la evolución cultural de los valores éticos superiores ganar impulso y dirección propios y reemplazar completamente la evolución genética? Creo que no. Los genes sostienen a la cultura al extremo de una correa. La correa es muy larga, pero los valores inevitables se limitarán de acuerdo con sus efectos en el banco genético humano”. E.O. Wilson. Sobre la naturaleza humana. 1983</span></em><br /><br />Por consiguiente, para E.O. Wilson, la Genética determina enteramente al ser humano – incluido su cerebro -. Y lo hace hasta el punto de que incluso el tabú del incesto responde sólo a un imperativo genético: el hecho de que el apareamiento entre consanguíneos provoca pérdidad de capacidad genética.<br />El altruismo lo relaciona con el egoísmo, esta vez genético, pues – según el autor – el ADN tiende a perpetuarse. Lo justifica a través de una serie de trucos conceptuales. De este modo, su razonamiento es:<br /><br />"<em><span style="color:#660000;">¿Cómo puede el atruismo que, por definición, merma el éxito individual, desarrollarse por selección natural? La contestación que ofrece se fundamenta en el parentesco: si los genes causantes del altruismo son compartidos por dos organismos a causa de una ascendencia común y si el acto altruista de un organismo aumenta la contribución conjunta de estos genes a la próxima generación, la propensión al altruismo se propagará al sustrato genético”. E. O. Wilson. Sociobiología: la nueva síntesis.</span></em><br /><br />La hipótesis central es que el comportamiento social de cualquier animal, incluido el hombre, expresa la inclinación a dejar el máximo nñumero posible de descendientes, según las alternativas que ofrece la situación y los costos a afrontar. En ese sentido, la fuente de todo comportamiento sería la tendencia de cada individuo a difundir sus propios genes,a través de la reproducción, y promoviendo la difusión de los genes de sus parientes (que en parte coinciden con los suyos), lo que favorece, a su vez, la difusión de parte de los del individuo en cuestión. Por consiguiente, en esta línea, lo natural será que aquel que posea malos genes no se reproduzca, a in de evitar la propagación de genes defectuosos. Siguiendo el hilo argumental de este planteamiento hasta sus últimas consecuencias, la conclusión será que la persona cuyos genes no respondan a los parámetros deseados, carece de valor.<br />Para la sociobiología, la selección decide el comportamiento o la fisiología y elimina los dispositivos menos eficaces. Pero, de esta forma – como indica en su crítica R. Chauvin – la selección debería de desembocar prácticamente en la perfección. Conclusión que, sin embargo, no responde a la realidad.<br /><br /><strong><span style="color:#003300;">La sociobiología : La discriminación genética de los seres humanos</span></strong><br /><br />La sociobiología coincide con el utilitarismo en tener al especieismo por su principal enemigo.<br />La sociobiología se apoya en una interpretación determinista de la genética, según la cual el ser humano se reduce a genoma. De acuerdo con ello, es fácil establecer a su vez la reducción del ser humano a simple especie animal, basándose en la amplia coincidencia del genoma en el ser humano y en algunos animales. Nuestras diferencias genéticas con los chimpancés serían menores que las que éstos tienen con los gorilas: los chimpancés tienen 48 cromosomas, y los humanos sólo 46. A su vez , la posibilidad de hibridismo entre las especies, a través de la ingeniería genética, vendría a ser una prueba contundente contra el especieismo según la sociobiología . Significativamente, el ecologismo se opone a este hibridismo entre las especies, por considerarlo contra natura.<br />Hay, por tanto, dos interpretaciones contrapuestas de la genética como elemento fundamental para el conocimiento del hombre.<br />La versión determinista es la asumida por la sociobiología ; reduce el ser humano a una especie animal más y conduce a la aceptación generalizada de la ingeniería genética: "La sociobiología se erigió como "adelantado teórico" que mostraba las virtudes futuras, de cara a la solución de problemas comportamentales humanos que podría tener el desarrollo de la ingeniería genética misma". La otra interpretación, probablemente mayoritaria dentro de los genetistas, de caracter no determinista, sino humanista, contempla la genética como parte del todo humano, en el que entran también el ambiente natural y social. Estas dos visiones han tenido su plasmación en el ámbito jurídico, a través de la Directiva europea sobre invenciones biotecnológicas, de 8 de julio del 98, y a través de la Declaración de N.U. sobre los derechos del genoma de 15 de julio del 97, normativas que se encuentran en una fuerte oposición.<br />La visión reduccionista puede encontrar cierto apoyo en Darwin, quien no admitía una distinción cualitativa sino sólo de grado, entre el ser humano y el animal, en cuanto veía a aquel sólo como homo faber, y a su vez minusvaloraba la unidad humana en cuanto contemplaba con cierto desprecio a los nativos y no los consideraba congéneres suyos ; así, calificó de abyectos y miserables a los Onas de la Patagonia chilena. Sin embargo, el verdadero reduccionismo genetista, el eugenismo, comienza con el primo y continuador de Darwin, <a href="http://09eugenesia.blogspot.com/2009/04/11-biografia-de-galton.html">Francis Galton </a>(1822-l911), creador de la eugenesia y del darwinismo social . Devalúa la influencia del medio y destaca la importancia de la herencia como factor central de la inteligencia y del comportamiento humano, subrayando cómo los miembros de apellidos ilustres son siempre gente muy destacada y capaz.. Galton propone el entrecruzamiento de los individuos superiores y la exigencia de certificado de salud para contraer matrimonio. Con posterioridad a Galton, Pearson y Davenport, en los primeros años del s.XX, buscaron las causas genéticas de la violencia y del pauperismo, oponiéndose al cruce de razas, considerado peligroso y desarrollando toda una serie de prejuicios favorables al hombre blanco. Continúan la línea abierta el pasado siglo por autores como Lombroso y Garófalo, con su tesis sobre el "criminal nato". La eugenesia, desde Galton, desprecia las circunstancias ambientales y sociales considerando que la herencia lo es todo y el medio nada. La genética así interpretada dio origen a medidas en contra de las minorías.<br />La sociobiología puede considerarse como continuidad del reduccionismo genetista: reduce la cultura a genética. La sociobiología como genetismo radical rompe, aún más radicalmente que el dualismo y el utilitarismo, la unidad de las especie humana, al distinguir entre bien nacidos, con su correcto genoma, y no bien nacidos, que pueden ser manipulados o eliminados. Estos están llamados a desaparecer según las leyes de la evolución. Lo central es la supervivencia de los genes más complejos, sofisticados y fuertes. Así, <a href="http://06darwinismosocial.blogspot.com/2009/04/73-richard-dawkins-y-el-gen-egosita.html">Dawkins</a> considera al ser humano como una máquina para la supervivencia, como un robot preparado para la conservación de esas moléculas egoístas llamadas genes". La genética interpretada en sentido determinista, como hace la sociobiología, conduce al reduccionismo inhumanista, en el que el sujeto deja de ser el hombre y es sustituido por el gen. E.O. Wilson, por su parte , en sus distintas obras, considera que el ser humano, incluido su cerebro, está determinado enteramente por la genética, hasta el punto que el mismo tabú del incesto responde sólo a un imperativo genético: el hecho de que el apareamiento entre consanguíneos produce pérdida de capacidad genética.<br />La genética cambia de signo a partir de los años 30 y cobra verdadero rango científico ; deja de tener características racistas y pasa a ocuparse de la prevención y la terapia. Pero el eugenismo ha seguido prosperando gracias a la procreación artificial, con el diagnóstico preimplantatario y la selección de donantes de gametos , razón por la que algunos autores como Testart han hablado de "una nueva eugenesia", que tiene su centro en el embrión. Tendría dos fases: una de eugenesia negativa, en la que se descartaría a los embriones que presenten algún tipo de deficiencia, y una segunda , positiva, en la que se buscaría mejorar la calidad de los niños.<br />La interpretación no reduccionista de la genética ha tenido su plasmación legislativa en la excelente Declaración sobre el genoma de 15 de julio de 97 y que constituye una completa respuesta a las principales cuestiones presentadas por la investigación genómica.<br />Los avances en genética van a permitir anticipar el futuro en lo que se refiere al diagnóstico, pero no necesariamente a la terapia de las enfermedades, lo que aumentará la sensación de riesgo y peligro, que sólo podrá ser compensada con una mayor humanidad en la relacion con el enfermo. Ello obliga a orientar la investigación hacia la protección de los más desvalidos, tratando de recuperar a los niños con deficiencias genéticas, en la línea abierta por el gran genetista francés Jérôme Lejeune reconociendo la primacía del cuidado amoroso por los más débiles y enfermos. Así, la Declaración sobre el genoma humano en su artº 17 establece: <em><span style="color:#990000;">"Los Estados deberán respetar y promover la práctica de la solidaridad para con los individuos, familias o poblaciones expuestos a riesgos particulares de enfermedad o discapacidad genética. Deberían fomentar las investigaciones encaminadas a identificar, prevenir y tratar las enfermedades genéticas, sobre todo las enfermedades raras y las enfermedades endémicas que afectan a una parte considerable de la población mundial".<br /></span></em>Desde la teoría sintética de la evolución se ha criticado a la sociobiología, considerando que se inspira en los planteamientos del socialdarwinismo , y que puede conducir a la segregación de la especie humana por la distinción entre genes buenos y malos, y con ello al racismo.. De modo semejante Dobzansky afirma que "somos más el resultado de la educación que de la herencia genética". Mientras que la sociobiología tiende a subrayar las diferencias en la especie humana al valorar sólo la evolución biológica, la evolución cultural subraya la unidad de la especie humana, y la irrelevancia de las diferencias genéticas.<br />Por ello el Artº 1º de la Declaración del Genoma destaca la unidad del género humano oponiéndose a todo tipo de discriminación racista, basada en la pretendida existencia de genes buenos y malos. "El genoma es la base de la unidad fundamental de todos los miembros de la familia humana y del reconocimiento de su dignidad y diversidad intrínseca. En sentido simbólico, el genoma humano es el patrimonio de la Humanidad"<br />El hombre no sólo es herencia, sino relación e interdependencia con el entorno biológico y social. Esto es lo que han defendido en la Modernidad el ecologismo, el marxismo o el raciovitalismo. La reducción de la humanidad a la genética puede ser por tanto también fuente de discriminaciones, por el olvido de la importancia del ambiente natural y social, en la medida en que en vez de luchar contra la contaminación, se deja sin empleo al propenso genéticamente al cáncer.<br />Interpretar la genética en sentido no determinista debe ir unido a luchar por la transformación de las condiciones insalubres y peligrosas. Por ello , los Artículos 2º y 3º critican la reducción determinista del ser humano a genética, señalando que existen otras dimensiones de la realidad humana , como las condiciones de vida (estilo e higiene de vida) y entorno, que deben ser atendidas a la hora de luchar contra las enfermedades. El artº 2 b establece: "la dignidad humana impone que no se reduzca a los individuos a sus características genéticas y que se respete su carácter único y su diversidad", y el art º 3 afirma que "el genoma humano, evolutivo por naturaleza, está sometido a mutaciones. El genoma entraña posibilidades que se expresan de distintos modos en función del entorno natural y social de cada persona, que comprende su estado de salud individual, sus condiciones de vida, su alimentación y su educación".<br />Pero para luchar contra las discriminaciones no basta con luchar contra el reduccionismo genetista; es igualmente esencial la protección de la privacidad en materia genética. Por ello se insiste en el artº 7º de la declaración sobre el genoma en la necesaria protección de la intimidad del diagnóstico génico. Aquí se ve cómo los derechos de la primera generacion (defensa de la intimidad frente a intromisiones del Estado) son inseparables de los derechos de la segunda (promoción social y económica). Si alguien conoce de antemano nuestras propensiones géneticas para contraer enfermedades, puede no admitirnos en su empresa o no asegurarnos, salvo con una prima costosísima. </div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-24637613712663867042009-04-28T08:39:00.000-07:002010-03-06T02:53:31.072-08:004.2. Richard Dawkins y el gen egoista<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtfCXHum2RvCYqtcDLnGuDum2MmOULRUFunyKV5s_frgqfPxs3XbXXU5RZmRbPS4zq_WSIG6Yb3469bSShqXAh3kcjWm88qDVbRRrHAngjERLJSjvvMjKOdobpiLmNv0XX-YPR4x1s8Bo/s1600-h/Richard+Dawkins.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5329772593693263042" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 188px; CURSOR: hand; HEIGHT: 252px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtfCXHum2RvCYqtcDLnGuDum2MmOULRUFunyKV5s_frgqfPxs3XbXXU5RZmRbPS4zq_WSIG6Yb3469bSShqXAh3kcjWm88qDVbRRrHAngjERLJSjvvMjKOdobpiLmNv0XX-YPR4x1s8Bo/s400/Richard+Dawkins.jpg" border="0" /></a>Richard Dawkins, como intérprete moderno de la teoría de la evolución, busca también explicar las bases evolutivas del comportamiento animal y humano. Parte de la teoría darviniana de la evolución por selección natural, y afirma que ésta<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“Esta es satisfactoria, ya que nos muestra una manera gracias a la cual la simplicidad pudo tornarse complejidad, cómo los átomos que no seguían un patrón ordenado pudieron agruparse en modelos cada vez más complejos hasta terminar creando a las personas. Darwin ofrece una solución, la única razonable entre todas las que hasta este momento se han sugerido, al profundo problema de nuestra existencia” Dawkins. El gen egoísta. Las bases biológicas de nuestra conducta.</span></em><br /><br />Y para ello propone su teoría, la cual aparece explicada en su obra más paradigmática, el gen egoísta (1976). La novedad que introduce con esta obra es que, frente a las teorías evolucionistas clásicas, en las que el objeto de la selección natural era la supervivencia de los más aptos, él sostiene que es la supervivencia del ADN. Según esto, la selección natural se encarna en el ADN, cuyo único objetivo es reproducirse a sí mismo. Por consiguiente, lo único que tiene realmente importancia es el gen.<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“El gen es una unidad que sobrevive a través de un gran número de cuerpos sucesivos e individuales” Richard Dawkins.</span></em><br /><br />El organismo no es más que un soporte provisional para el gen. En palabras de R. Dawkins, “… un cuerpo es el medio empleado por los genes para preservar los genes inalterados”.<br />Lo central en su tesisi es la supervivencia de los genes más complejos, sofisticados y fuertes. Así, R. Dawkins considera al ser humano “una máquina de supervivencia, cmo vehículo autómata programado a ciegas con el fin de preservar las egoístas moléculas conocidas con el nombre de genes”.<br />Ello le conduce a afirmar que el comportamiento humano es naturalmente egoísta. En sus palabras:<br /><br /><span style="color:#660000;"><em>“El planteamiento del presente libro es que nosotros, al igual que todos los demás animales, somos máquinas creadas por nuestros genes. De la misma manera que los prósperos gánsters de Chicago, nuestros genes han sobrevivido, en algunos casoso durante millones de años, en un mundo altamente competitivo. Esto nos autoriza a suponer ciertas cualidades en nuestros genes. Argumentaré que una cualidad predominante que podemos esperar que se encuentre en un gen próspero será el egoísmo despiadado. Esta cualidad egoísta del gen dará normalmente, origen al egoísmo en el comportamiento humano. Sin embargo, como podemos apreciar, hay circunstancias especiales en las cuales los genes pueden alcanzar mejor sus objetivos egoístas fomentando una forma limitada de altruismo a nivel de los animales individuales”.<br />“El individuo es una máquina egoísta, programada para realizar cualquier cosa que sea mejor para sus genes considerados en su conjunto”.</em><br /></span><br />Por consiguiente, R. Dawkins afirma que, aún en los supuestos en los que inicialmente se piense que se está actuando de un modo altruista, ellos es, sin embargo, debido a que, en última instancia, tal actuar es el que, en esos supuestos concretos, mejor responde a los impulsos egoístas innatos. En este sentido, concluye afirmando:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“… por mucho que deseemos creer de otra manera, el amor universal y el bienestar de las especies consideradas en su conjunto son conceptos que, simplemente, carecen de sentido en cuanto a la evolución. (… Una advertencia de que si el lector desea, tanto como yo, construir una sociedad en la cual los individuos cooperen generosamente y con altruismo al bien común, poca ayuda se puede esperar de la naturaleza biológica”.</span></em><br /><br />Un ejemplo de ello es cómo concibe la facultad de procrear. En concreto, define el papel de la mujer a este respecto como “una máquina programada para que haga todo lo que está en su poder para propagar copias de los genes que lleva en su interior”.<br />La postura de R. Dawkins, propiamente evolucionista, niega cualquier carácter trascendente y teleológico a la naturaleza humana. Niega la existencia de diferencias cualitativas entre el ser humano y los demás seres vivos, inclinándose por la defensa de una continuidad entre el reinbo animal y el humano. Afirma en este sentido:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“Nosotros somos máquinas de supervivencia, pero “nosotros” no implica solamente a las personas. Abarca a todos los animales, plantas, bacterias y virus. Es muy difícil determinar el número total de máquinas de supervivencia sobre la Tierra y hasta el número total de las especies es desconocido. (…) Los diferentes tipos de máquinas de supervivencia presentan una apariencia muy variada tanto en el aspecto exterior como en sus órganos internos. (…) [Sin embargo], todos somos máquinas de supervivencia para el mismo tipo de reproductor, las moléculas denominadas ADN. Hay muchas maneras de prosperar en el mundo y los reproductores han construido una vasta gama de máquinas para prosperar explotándolas”.</span></em><br />En este punto R. Dawkins va, incluso, más allá que otros autores y afirma la prioridad de algunos animales sobre ciertos humanos en función de lo que él define como su capacidad de sentir:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“El sentimiento de que los miembros de nuestra especie merecen una consideración moral especial en comparación con los miembros de otras especies, es antiguo y se encuentra profundamente arraigado. El hecho de matar personas, excepto en la guerra, es un crimen juzgado con mayor severidad entre los cometidos comúnmente. (…) Un feto humano, sin más sentimientos humanos que una ameba, goza de una reverencia y protección legal que excede en gran medida a la que se le concede a un chimpancé adulto. Sin embargo, el chimpancé siente y piensa y, según evidencia experimental reciente, puede ser aún capaz de aprender una forma de lenguaje humano. El feto pertenece a nuestra propia especie y se le otorgan instantáneamente privilegios y derechos especiales debido a este factor”.<br /></span></em><br />Para R. Dawkins, todo gira en torno a la idea de supervivencia del ADN, según la cual la categoría ser humano se difumina ante al del gen. Consecuentemente, los no bien constituidos genéticamente deben ser eliminados, en cuanto que están llamados a desaparecer según las leyes de la evolución, ya que sus genes no son los más fuertes. Y añade:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“Todo lo que necesitamos creer es que aquellos individuos cuyos genes fabricaron cerebros de tal forma que tienden a juzgar correctamente tendrán, como resultado de ello, mayores posibilidades de sobrevivir y, por tanto, de propagar aquellos mismos genes”.</span></em><br /><br />Por consiguiente, en sentido contrario puede deducirse que aquellos individuos cuyos genes no fabrican cerebros que juzguen correctamente, tendrán que sucumbir. Con otras palabras, los portadores de genes débiles están destinados a desaparecer, en cuanto que tales genes carecen de valor.<br />Frente a estas posturas – que conducen de manera inevitable, aun reduccionismo inhumanista – podemos decir que la existencia humana no se reduce a una lucha por la supervivencia de los más aptos. La presencia del hombre en el mundo no es un mero sobrevivir, sino que es un existir, habiendo un abismo infinito entre ambos conceptos. <div align="justify"></div><br /><div align="justify">Richard Dawkins es un hombre, inglés de nacimiento y de cultura, que ha tomado como apostolado de su vida entera destruir todo vestigio de fe religiosa. Para él la religión no es solamente una mentira: más que "opio" es "veneno" para el pueblo. Cuanto más dure la religión más se retrasa la llegada de una humanidad razonable, capaz de guiarse por los principios de la sensatez, la cordura y la investigación seria: tal es el evangelio de este fervoroso misionero del ateísmo. Sus libros, conferencias y entrevistas destilan este mensaje una y otra vez con fuerza y contundencia.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-45732132027884010692009-04-28T07:07:00.000-07:002013-02-05T07:08:11.884-08:005.4. La prohibición del DDT: El genocidio ecologistas<div align="justify">
En 1962, <strong>Rachel Carson</strong> publicó un libro titulado <em>La Primavera Silenciosa,</em> considerado como el punto de arranque del movimiento ecologista. En este libro, escrito en forma de ciencia-ficción, Carson empleaba de forma errónea las conclusiones de un estudio científico para probar que el DDT estaba dañando a algunas especies de pájaros y que en el futuro el uso de éste y otros pesticidas acabarían dañando irreversiblemente el medio ambiente.<br />
A pesar del poco rigor científico del libro, los activistas que surgieron por doquier para lograr la prohibición del pesticida lograron su objetivo. En Junio de 1972, el jefe de la EPA, Sr. William Ruckelshaus, anunció públicamente la prohibición del DDT indicando que <em>"la decisión tomada no tiene nada que ver con la ciencia. Se trata de una decisión política."</em> Se imponía así un tremendo precedente. Desde entonces, en materia ecológica, los hechos científicos carecen de importancia y lo único a tener en cuenta es el grosor de la campaña ecologista.<br />
El DDT había casi eliminado hasta su prohibición el contagio de muchas enfermedades tropicales, especialmente la malaria, contagiadas por mosquitos. Incluso algunos estudios indican que podría ayudar a la prevención del cáncer. Pero la prohibición o restricción del mismo en la mayoría de los países occidentales ha reducido la producción a una sola fábrica, situada en la India, y ha logrado prohibir su uso en casi todo el planeta.<br />
Pero eso aún no es bastante, como demuestra la persistente campaña de Greenpeace por cerrarla, objetivo que posiblemente logre en el 2005. Es más, los ecologistas, representados por la WWF, Greenpeace y otras 250 organizaciones, intentaron en reuniones internacionales en los años 2000 y 2001 que se prohibiera a escala mundial el uso del DDT.<br />
En 1948, antes del uso del DDT, se registraban anualmente 2.8 millones de casos de malaria. Para 1963 solamente se registraron 17. Estos bajos niveles de infestación se continuaron registrando hasta fines de los 60, cuando los ataques ecologistas contra el DDT en los Estados Unidos convencieron a las autoridades de suspender los rociados. En 1968 los casos de malaria subieron a 1 millón. En 1969 los casos ya estaban en 2.5 millones, de regreso a los niveles pre-DDT. Y esa cifra se ha mantenido hasta el día de hoy.<br />
El 21 de Junio de 1992 se reunió en Washington, D.C., un grupo de científicos para analizar los efectos que la prohibición del DDT había tenido sobre la Humanidad, y en sus conclusiones calificaron a la prohibición con una sola palabra: genocidio. Este evento marcaba el vigésimo aniversario de la prohibición del insecticida que había salvado más vidas humanas que cualquier otro compuesto fabricado por el hombre, incluida la penicilina.<br />
Este es el efecto de la más criminal, hasta ahora, de las campañas ecologistas. Una campaña que sólo puede explicarse si sus promotores consideran más importante la vida de unos pájaros que la de millones de personas.<br />
<span style="font-size: xx-small;">© 1996-2006 Daniel Rodríguez Herrera</span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-55168471962376899632009-04-28T06:56:00.001-07:002009-04-28T06:56:52.993-07:005. Los movimientos ecologistasElUnknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-54340379753188497862009-04-28T06:55:00.000-07:002010-03-06T02:57:48.197-08:005.1. Las obsesiones ambientalistas<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhifFjG61gRWdqqE6wJBiso9O7Eg66khaTe36AAFFq7pqs9boO4GdMrH2-MqbOcNrIgJM-ggYFT1J-5ja8PJKqOi6k5wJ1G8hcIRpyEIu4MWErINdHvZSiqVZhdcSBEZN1r8Nq3CfYy0r4/s1600-h/ecologismo1.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5445473249314718834" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 272px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhifFjG61gRWdqqE6wJBiso9O7Eg66khaTe36AAFFq7pqs9boO4GdMrH2-MqbOcNrIgJM-ggYFT1J-5ja8PJKqOi6k5wJ1G8hcIRpyEIu4MWErINdHvZSiqVZhdcSBEZN1r8Nq3CfYy0r4/s400/ecologismo1.jpg" border="0" /></a><strong><span style="color:#003300;">Treinta y cinco años de profecías incumplidas</span></strong><br /><br />Entre los componentes más combativos del movimiento antiglobalista está el ambientalista. No todos los ambientalistas son antiglobalistas, pero prácticamente todos los antiglobalistas son ambientalistas. Está enraizada en ellos la convicción de que la globalización, en la medidad en que extiende a todo el planeta la productividad de la economía de mercado y el estilo de vida de las sociedades industrializadas, representa un atentado mortal a los equilibrios ambientales. Una buena expresión de esta lógica se puede encontrar en The Living Planet 2002, el informe del WWF, World Wildlife Fund, sobre la evolución de los equilibrios ambientales en el planeta, que se concluye con la lúgrube profecía del “fin del mundo” en 2050 si la marcha actual del consumo de energía y recursos por parte de los seres humanos perdura. Los cálculos de los expertos de la organización se basan en un método de medida llamado “impronta ecológica”. La impronta ecológica sería la cantidad de hectáreas del planeta “biológicamente productivas” que cada persona consume anualmente, y es una unidad de medida inventada por un tal Mathis Wackernagel, americano dirigente del instituto Redifining Progress, de Oakland, California, y coordinador de otro ente ambientalista en Méjico. La impronta ecológica estaría dad por la suma de seis componentes: la superficie de tierra cultivada necesaria para producir los alimentos, el área de pasto necesaria para los productos animales, la superficie forestal necesaria para producir madera y papel, la superficie marina necesaria para producir peces y frutos marinos, la superficie de tierra edificada y la superficie forestal necesaria para absorber las emisiones de anhídrido carbónico. En su informe, el WWF define la impronta ecológica como “la tierra y el agua biológicamente productivos necesarios para producir los recursos consumidos y para similar los residuos generados por una cierta población utilizando las tecnologías predominantes”. Según el WWF las hectáreas del planeta “biológicamente productivas” son 11.400 millones, y en el 2050, con una población de más de 9.000 millones de personas, no quedarán de media más que 1,2, per cápita. Explotar una cantidad superior a ésta, vivir como si el planeta tuviese más, querría decir que no se da tiempo al planeta para regenerarse y, por ello, destruirlo. Esto estaría en realidad sucediendo ya en medio planeta desde los años ochenta, y particularmente en algunos países: en EE.UU., donde la impronta ecológica sostenible sería de 5,8 hectáreas per cápita al año, y, sin embargo, se consumen 9,6; pero también en China, donde el consumo es de apenas 1,6 hectáreas, pero la “impronta” sostenible, frente a su numerosísima población, al mayor del planeta, no supera 1,1 hectárea.<br />No se trata ciertamente del primer documento ambiental-catastrofista que alcanza gran difusión. El final del mundo ya fue anunciado en el pasado. En 1968 apareció “la explosión demográfica” del ecólogo Paul Ehrlich (Salvat, 1993), donde se leía que “en los años setenta centenares de millonesde persona morirían de hambre. Un colapso de la civilización será seguido de carestías catastróficas, epidemias y probablemente una guerra termonuclear. Entre 1980 y 1989 una terrible carestía exterminará 65 millones de americanos”. En 1972 los científicos del Club de Roma en un informe conocido como “Los límites del crecimiento” afirmaban la necesidad de imponer “el crecimiento cero” tanto a nivel demográfico como económico para impedir el agotamiento de las fuentes de energía y el “ocaso” del planeta, que sería catastrófico a mitad del siglo XXI. Desde entonces la población mundial ha pasado de 3.800 millones de personas a 6.200, mientras en el mismo tiempo la esperanza de vida al nacer crecía de 60 a 66,7 años, la mortalidad infantil entre los menores de 5 años descendía del 151 por mil a 81 por mil (sólo en los PVD – países en vías de desarrollo de 166 por mil a 90 por mil) y los hambrientos descendían de 900 a 800 millones; el precio del petróleo ha conocido altas y bajas pero no suficientes como para poner de rodillas a la economía (actualmente es de 60 dólares el barril, en 1979 tocó los 41), y cinco metales estratégicos como el cromo, níquel, estaño, tungesteno y cobre cuestan menos hoy que en 1980. El Club de Roma anunció que, a niveles de consumo de 1972, el oro se habría agotado en 1981, el mercurio en 1985, el estaño en 1987, el zinc en 1990, el petróleo en 1992 y el cobre, el plomo y el gas natural en 1993. Nada de esto ha sucedido, e incluso para la mayor parte de los minerales mencionados la srservas son hoy mucho más abundantes que hace 30 años.<br />Otro ente ambientalista suministrador de profecías apocalípticas es el Worldwatch Institute del estudioso americano Lester Brown, que desde 1984 publica anualmente el informe “El estado de la Tierra”, considerado acreditado y muy mediatizado. Estudiosos del Cato Institute, un centro de estudios estadounidense liberal-conservador, han demostrado que todos y cada uno de los 17 informes anuales del Worldwatch contienen previsiones negativas que después no se han cumplido.<br /><br /><strong><span style="color:#003300;">El sostenimiento del desarrollo depende de la tecnología disponible<br /></span></strong><br />¿Por qué las prediciones catastrofistas de Ehrlich, del Club de Roma y de Lester Brown han fallado y la súltimas del WWF no tendrán, para fortuna nuestra, un final distinto? Por que parten de un concepto equivocado de recurso: entienden “los recursos” como una cantidad fija, mensurable de una vez por todas. Pero no es así, porque el concepto de recurso no es definido por la naturaleza, sino por la tecnología que puede ser utilizada para transformar una determinada entidad natural en recurso. Esto significa que los recursos están en peligro de agotamiento y el ambiente corre el peligro de degradación en una sociedad estática, mientras su disponibilidad crece con el tiempo y el ambiente puede ser conservado e incluso mejorado en una sociedad dinámica. En otras palabras: en las sociedades industriales los recursos, por principio, no disminuyen, sino que aumentan con el tiempo, incluso si el número de consumidores y la cantidad de los consumos crecen. Antres de la invención del motor de explosión, el carbón y el petróleo no eran casi recursos, en cuanto que estaban muy poco explotados. Lo mismo ocurría con el uranio antes del descubrimiento de la energía nuclear. Cuando, en una veintena de años, sea de uso común el motor de cámaras de hidrógeno, uno de los elementos más comunes en la naturaleza se convertirá en un recurso energético nuevo, prácticamente inagotable y con una tasa de contaminación nula. El “sostenimiento” del crecimiento demográfico y económico es, pues, un concepto relativo: en la época prehistórica, cuando el hombre vivía de la caza y de la recolección, eran necesarios 15 kms2 de superficie terrestre para garantizar el sostenimiento de un solo ser humano; aunque el consumismo fuese inexistente y el crecimiento económico imperceptible, el mundo no habría podido albergar más de 15 millones de habitantes. Hoy, por el contrario, acoge una cantidad 400 veces mayor, en condiciones mucho mejores y explotando mucho más eficazmente la energía a disposición: admitiendo que las medidas del WWF sean dignas de atención, un estadounidense explota hoy una superficie casi 30 veces inferior a la de un hombre prehistórico para llevar una vida más confortable. La diferencia la crean las tecnologías disponibles, que no son las mismas de hace 12.000 años. El mismo concepto de “impronta ecológica” lo admite implícitamente, cuando habla de “tierra y agua biológicamente productivas… utilizando las tecnologías predominantes”: renovadas las tecnologías, también la medida del sostenimiento ecológico deberá ser modificada hacia arriba. Pero la stecnologías se renuevan sólo en las sociedades con economía de mercado, en las que la competencia estimula la investigación. En las sociedades tradicionales y en las sociedades de planificación centralista, dentro de las cuales la competencia económica está prohibida y el proceso económico está rígidamente controlado, la innovación tecnológica es mínima y, por consiguiente, el impacto ambiental de las actividades humanas mucho más peligroso que en las sociedades avanzadas. En los países del bloque comunista, después de la caída del Muro de Berlín se han descubierto tasas de contaminación ambiental de 10 a 100 veces más altas que en las áreas industriales dela Europa occidental; era el efecto de la utilización de tecnologías obsoletas, no sometidas a la evolución constante que impone la economía de mercado. En las sociedades tradicionales el subdesarrollo ha provocado catástrofes ecológicas desde la desertifiación de la Isal de Pascua entre los siglos IX y XV a la de vastas áreas del Sahel africano que causó el desplazamiento de grandes poblaciones en los años setenta y ochenta del siglo XX. El pastoreo y la agricultura tradicional requieren amplias superficies y la apertura al cultivo siempre de nuevos terrenos, debido a la baja productividad por hectárea.<br />De esto deriva la diferente evolución de la deforestación en el norte y en el sur del mundo: el WWF y otros organismos ambientalistas lanzan regularmente alarmas sobre la desaparición de los bosques, pero la verdad es que las superficies de bosques se están extendiendo en el hemisferio boreal, donde están concentrados los países ricos industrializados, y se están restringiendo en el hemisferio austral, donde está concentrad la mayor parte de los países pobres. Mientras la superficie de los bosques tropicales está disminuyendo a una tasa del 0,45% el año según los datos de la FAO (y no al ritmo del 1,5% o hasta del 4,6%, como pretenden el WWF y el Worldwatch Institute en varios de sus informes), en los últimos 40 años el volumen de los bosques en Europa ha aumentado el 43% según los datos del Instituto Europeo Forestal, y en los Estados Unidos hay una mayor cobertura de bosques hoy que en tiempo de Cristóbal Colón. Desde 1981 en adelante, el hemisferio al norte del paralelo 40 (Nueva York – Madrid – Pekín) está cada vez más verde. Mientras que la economía de los países pobres cuente con la agricultura de susbsistencia, la venta de madera preciosa al exterior y con la utilización de leña y cisco para los usos domésticos, los bosques continuarán desapareciendo más rapidamente de cuanto pueden ser reproducidos. Pero donde la agriculura son más productivos, los bosques abatidos por razones comerciales son preplantados y para la energía se recurre a fuentes diferentes de la leña del bosque, los árboles son más numerosos que hace cincuenta años. Y el balance global acaba por ser positivo: según el Fao Production Yearbook los bosques cubrían 3,5 millones de hectáreas de terreno en el mundo en 1949, que a mitad de los años noventa se habían convertido en 4 millones.<br />Otro ámbito donde el factor progreso tecnológico muestra todo su relieve es el de la contaminación atmosférica por polvos en los centros urbanos. Hasta hace algún decenio, el esquema del desarrollo clásico preveía que en la fase inicial de industrialización, cuando los países pasan de la extrema pobreza a una renta media, la contaminación atmosférica (principalmente de anhídrido sulfúrico y de emisiones de gases contaminantes) aumentase hasta un pico muy alto, para después bajar hasta un nivel próximo al predominante en la fase pre-industrial cuando la renta se ha hecho muy alta. A partir de los años ochenta, la “campana” que muestra al subida y después la bajada de la contaminación en correspondencia con el aumento constante de la renta per cápita es mucho más baja: entre los picos de la emisión de gases contaminantes de 1986 y los de 1972 hay uan diferencia del 25% menos, entre los del anhídrido sulfñurico en los mismos dos años la diferencia es hasta del 60%. ¿Por qué esta mejoría? Por la disponibilidad de tecnologías menos contaminantes, que los PVD adquieren de los países avanzados: el progreso costará menos en términos de salud a los chinos del siglo XXI que lo que ha costado a los habitantes del Londres y de Manchester en el siglo XVIII.<br />Planteadas estas premisas, es posible mirar de modo distinto algunas cuestiones de relevancia ambiental que el movimiento antiglobalización agita para denunciar los daños que la civilización moderna, cuya expresión última es la globalización, estaría infligiendo a los equilibrios ecológicos del planeta. Las tres más emblemáticas parecen ser la cuestión demográfica, los OGM y el llamado “calentamiento global”.<br /><br /><strong><span style="color:#003300;">La cuestión demográfica</span></strong><br /><br />El filón del pensamiento maltusiano-ambientalista, que goza dentro del movimiento antiglobalista de insospechables apoyos (baste pensar que Paul Ehrlich ha sido citado como “ecólogo acreditado” en las páginas de Mani Tese, revista italiana de la homónima asociación tercermundista de inspiración cristiana muy comprometida dentro del “bloque rosa” de los antiglobalistas), afirma que la tierra está superpoblada respecto a sus recursos y que el crecimiento económico y del consumo producido por la globalización no hace más que agravar la situación. Hay que frenar por eso lo más posible los nacimientos y parar el consumo.<br />Esta posición procede de una serie de presupuestos erróneos, a saber: que esté en curso una explosión demográfica, que haya un nexo entre pobreza y cantidad y/o densidad de población, que los recursos sean actualmente insuficientes y el crecimiento del consumo sea insostenible. Ninguno de estos presupuestos puede ser demostrado, pero en casi todos los casos es demostrable lo contrario. No está en curso ninguna explosión demográfica. Actualmente la población mundial continúa aumentando 70-75 millones de unidades al año, pero la tasa de incremento es siempre más baja y las tasas de fecundidad (número de hijos por mujer en edad fértil a lo largo de su vida) están en constante disminución: a pesar de que la población mundial sea hoy el doble de la de hace cuarenta años (6.200 millones de habitantes frente a los 3.100 millones de 1962), estamos asistiendo a la mayor ralentización demográfica de la historia. Pocos decenios más, y todo el mundo conocerá las bajísimas tasas de fecundidad de Europa occidental, que no es ya capaz ni siquiera de reemplazar una generación con otra y está ya encaminada a la disminución del número absoluto de habitantes.<br />Nuestro planeta ha tocado la más alta tasa de incremento demográfico de sus historia en el período 1965-70, cuando la población aumentó en una tasa anual del 2,1%, pero desde entonces esta tasa ha disminuido siempre: en el peíodo 1975-80 había bajado al 1,8%, hoy es igual al 1,2% y en el 2013 bajará por debajo del 1%; en el 2050, con una población mundial prevista de 9.300 millones de personas, la tasa de crecimiento será apenas del 0,4%. La población mundial parace, pues, dirigirse hacia un equilibrio demográfico estable, que debería ser alcanzado en torno al 2100 y oscilar entre los 10.000 y 11.000 millones de habitantes.<br />Esta desaceleranción hacia el “crecimiento cero” – que ha seguido a la mayor aceleración demográfica conocida – encuentra su causa directa en la disminución de las tasas de fecundidad, es decir, en el número de hijos por mujer. Tales bajas han descendido por primera vez por debajo del nivel de reemplazo generacional, es decir, por debajo del “crecimiento cero”, que está representado en un valor de 2,1 hijos por mujer, en los países industrializados en el intervalo entre las dos Guerras Mundiales. Fue un fenómeno temporal, que, sin embargo, se presentó de nuevo y se hizo estable a partir del final de los años sesenta. Hoy casi la mitad de la humanidad (eol 44% de todos los habitantes del mundo) vive en países con una tasa de fertilidad inferior al umbral del “crecimiento cero”: que no son sólo los de Europa occidental, de Norteamérica y de Japón, sino también PVD como la inmensa China (1.261 millones de habitantes y una tasa de fertilidad de 1,8 hijos por mujer), Tailandia, Taiwán, Cuba, Túnez, etc. Todavía tres-cuatro años como máximo y en el club entrarán grandes países como Brasil, Irán y Turquía. En los PVD tomados en su conjunto la fertilidad ha descendido de 6 hijos por mujer en 1970 a 3 hijos por mujer hoy. Sólo en África sub-sahariana, que cuenta con 600 millones de habitantes, la disminución ha sido marginal: de una fecundidad de 6,6 hijos por mujer en 1960 a una de 5,8 hijos en 2000. Según las proyecciones del US Census Bureau, el ente nacional de EE.UU. para las cuestiones de población, en 2025 las tasas de fecundidad habrán descendido por debajo del umbral de reemplazo generacional en todas las regiones del mundo, excepto en el África sub-sahariana (donde deberá ser todavía de 3,76) y Oriente Medio, donde será 2,96. Históricamente la disminución de la tasa de fertilidad ha ido siempre al mismo ritmo de la renta per cápita, y no viceversa, como quisiera una corriente de pensamiento difundida sobre todo entre los comentaristas de prensa escrita: la población de Inglaterra y Gales (primer dato histórico sobre las evoluciones demográficas de que disponemos) ha aumentado el 280% entre 1800 y 1900, pasando, de 8,9 a 33,9 millones de habitantes, mientras entre 1900 y 1950 ha crecido sólo el 30,1% llegando a 44,1 millones. Todo esto ha ocurrido sin necesidad de campañas de planificación familiar, sino sencillamente por la fuerza del hecho de que una población que alardea de las mejores condiciones de bienestar, como los ingleses y los galeses del siglo XX respecto a los del XIX, opta espontáneamente por un número más bajo de hijos. La misma evolución se nota en un país como Japón: en 1925, cuando al esperanza de vida al nacer era de 41 años, la tasa de fecundidad japonesa era de 5,1 hijos por mujer; en 1987, con la esperanza de vida en 76 años, la tasa de fecundidad había descendido a 1,8. En los PVD que registran una tendencia a la disminución de la fecundidad está sucediendo lo mismo: en China, en India, en Bangladesh, en Irán, en Brasil, en Méjico, rentas per cápita más altas, mortalidad infantil más baja, esperanza de vida al nacer más alta, bienestar sanitario y pensiones empujan la natalidad hacia abajo.<br />En una sociedad rural basada en la agricultura para la subsistencia, por el contrario, donde los hijos representan el único capital e instrumento de trabajo, y donde por añadidura las tasas de mortalidad infantil son altas, una tasa de fertilidad responde a una racionalidad práctica difícilmente contestable; quien insista sobre los riesgos que tal proliferación humana está destinada a hacer recaer sobre el ambiente encontrará irritación e incredulidad; que pruebe a vivir sin hijos en una economía agrícola de baja intensidad y en países que no ofrecen garantías en lo que se refiere a asistencia y seguridad social, como son los africanos. En realidad, el cuadro de la situación es muy claro: allí donde las dinámicas económicas y culturales de la globalización llegan, la fecundidad es puesta bajo control, allí donde, como en África, la globalización se mantiene fuera de la puerta, la evolución demográfica corre el riesgo de producir superpoblación, es decir, una población mayor que los recursos disponibles (o lo que es lo mismo, que la capacidad tecnológica de esa sociedad para hacer frente a sus problemas).<br /><br /><strong><span style="color:#003300;">Los OGM (Organismos Genéticamente Modificados).</span></strong><br /><br />Una de las batallas políticas que el movimiento antiglobalización considera más importantes es la batalla contra la producción y la comercialización de los OGM, los Organismo Genéticamente Modificados. Según los ambientalistas, éstos comportan únicamente males, los principales de los cuales serían: peligros desconocidos para la salud de los consumidores, daños incomensurables en el ambiente, subordinación del mundo de la producción agrícola a las multinacionales biotecnológicas. La única razón por la que son producidos y comercializados los OGM, afirman los ambientalistas antiglobalización, es la máxima obtención de beneficios por parte de las multinacionales, y no el interés público que saldría, según ellos, perjudicado bajo todos los puntos de vista. Se trata de una visión decididamente sectaria, que agiganta los riesgos y minimiza o ignora del todo las ventajas presentes y en perspectiva de las biotecnologías aplicadas a la producción alimenticia.<br />Comenzamos con los riesgos para la salud de los consumidores: éstos son no sólo en nada superiores a aquellos que se asumen al adquirir cualquier producto alimenticio en el supermercado o en la tienda de al lado de casa. Todo lo que se compra a los revendedores autorizados, ha sido sometido a prueba y a análisis de toxicidad por las autoridades competentes antes de ser puesto en el mercado. Los productos OGM son en todo semejantes a otros productos que llegan a nuestra mesa. Las fuentes de peligro de los alimentos – de cualquier alimento – pueden ser resumidas de la siguiente manera: a) riesgos debido a la toxicidad intrínseca de la planta o del animal; b) riesgos unidos a la presencia de mohos y bacterias provenientes del exterior, que afectan ante todo al vegetal pero que representan un peligro también para el consumidor; c) riesgos unidos a la presencia de residuos de pesticidas sintéticos.<br />Por lo que se refiere al punto a), es importante que casi todos los alimentos que ingerimos contienen sustancias mutágenas, cancerígenas o tóxicas. A menudo se trata de “pesticidas naturales” que la planta produce para defenderse de los insectos, bacterias, hongos y otros parásitos que la atacan. Cuando pensamos en alimentos tóxicos, pensamos en ciertos hongos, huesos de melocotón, o en una excesiva cantidad de cerezas que provoca dolores abdominales. Pero en realidad contienen sustancias cancerígenas también los productos de más amplio consumo, como ajo, albaricoque, naranja, banana, acelga, brécol, café, zanahoria, coliflor, coles de Bruselas, cebolla, hinojo, maíz, manzana, berenjena, miel, guindilla, pera, guisantes, tomate, pomelo, perejil, romero, apio, soja, té, uva, etc.: prácticamente todo lo que comemos. Si no enfermamos, es simplemente porque la dosis del componente tóxico es normalmente muy bajo, si no lo aumentamos con malos hábitos alimenticios o con el modo de cocción.<br />Estos riesgos son compartidos por OGM y productos “naturales” de la misma manera. Los OGM podrían ser más tóxicos que los productos “naturales” sólo si los bio-ingenieros decidieran transferir determinados rasgos génicos en sus productos, susceptibles de producir efectos tóxicos o cancerígenos: evidentemente las multinacionales biotecnológicas no están interesadas en esta hipótesis. Desde este punto de vista, más bien, los OGM son más seguros que los productos tradicionales. Un mito ha echar por tierra es que la comida no-OGM que llega a nuestras mesas sea “natural”: la mayor parte de ella, en realidad, es el producto de injertos y cruces entre variedades de plantas y animales, seleccionados por agricultores y ganaderos a lo largo de los siglos, o de mutaciones producidas con irradiaciones. En ambos casos, se trata de técnicas mucho más primitivas e imprecisas que la moderna biotecnología.<br />En los injertos y cruces tradicionales se mezclan secuencias enteras de ADN, se transfieren de una parte a otra una gran cantidad de genes de los que no se sabe nada, que van a colocarse en posiciones que no habíamos previsto, y todo esto para transferir de una planta a otra o de un animal a otro una sola característica. En la irradiación son “disparados” rayos X, gamma o UVA sobre una variedad vegetal para ver si consigue mutaciones genéticas apreciables. En Italia, por ejemplo, desde 1974 se consumen, con el más absoluto silencio de Verdes y Antiglobalistas, spaghetti y otra pasta producida con “Creso”, una variedad de grano duro obtenida mediante exposición a los rayos X: un auténtico OGM, pero producido con una técnica primitiva, que no permite saber cuántas y qué modificaciones han sido introducidas en la planta. La técnica actual permite transferir un solo gen, el que tienen la característica deseada, y colocarlo con precisión en el ADN del huésped: las nuevas características introducidas son inmediatamente apreciables, los riesgos de “sorpresas” sucesivas son mucho menores.<br />Por lo que se refiere a los mohos y a los pesticidas, los OGM son más seguros que los productos tradicionales, tanto biológicos como agro-industriales. La ingeniería genética intenta seleccionar variedades que no tengan necesidad de pesticidas de síntesis, que sepan defenderse por sí mismos contra parásitos externos. Por ello presentan menos residuos de pesticidas químicos, inevitablemente cancerígenos, que los que tienen los productos agro-industriales comunes; pero también menos micotoxinas (altamente cancerígenas) que las que se encuentran en los productos biológicos, fácilmente atacables por mohos y hongos. En cuanto a los riesgos de que los OGM desencadenen alergias alimenticias, hasta ahora siempre han sido anticipadas en laboratorio, y, por tanto, señaladas con tiempo a los consumidores.<br />Los OGM dañarían además el ambiente a través de dos caminos: aumentarían la resistencia de los parásitos y de las hierbas infestantes que causarían la muerte de insectos inocuos como las mariposas monarca. En realidad, el segundo fenómeno ha sido observado sólo en laboratorio, al obligar a la mariposa a comer el polen de una variedad de algodón transgénico, mientras el discurso sobre la “resistencia” es mistificador, porque existía antes de que fuesen introducidos los OGM: la agricultura moderna, con sus pesticidas de síntesis y sus variedades de selección extrema, favorece inevitablemente el nacimiento de cepas resistentes de parásitos y hierbas infestantes; con los OGM se plantea el mismo problema, y no cualquier cosa nueva y propia de ellos; más bien las técnicas OGM hacen más difícil el paso de los genes con características de resistencia de las variedades comestibles modificadas a las plantas infestantes.<br />En cuanto a la crítica según la cual los OGM crearían una dependencia de los agricultores de las grandes multinacionales, suena también a pretexto y a mala fe: ya ahora en las fincas agrícolas de los países avanzados que no utilizan semillas OGM el 90% de los factores de producción (semillas, piensos, fertilizantes, pesticidas, etc.) vienen del exterior, adquiridos a los grandes productores. Evidentemente porque los agricultores encuentran conveniente adquirir estos factores de producción, que les permiten mejorar el porcentaje de beneficio final. Más del 90% del maíz producido en Italia, por ejemplo, es un híbrido de origen americano: nuestros agricultores están “obligados” a comprarlo a dos multinacionales. Pero nadie piensa seriamente prohibir su importación en nombre de la “independencia rural”: los primeros en rebelarse serían justamente los campesinos italianos que lo utilizan. Incluso en este caso, los OGM no crean un cuadro de problemas totalmente inédito, sino que se insertan en los procesos y en las tendencias originadas en la agricultura moderna.<br />Lo que por el contrario callan regularmente los ambientalistas y los antiglobalistas son las grandes oportunidades que las biotecnologías ponen a disposición de la humanidad, aunque sólo en el ámbito de los OGM agro-zootécnicos. Ya el PNUD (el Programa de las naciones Unidas para el Desarrollo) y la FAO han admitido que podrían ser utilizados para la lucha contra el hambre en el mundo. Contra las predicciones de los profetas de la desventura como Paul Ehrlich, Lester Brown y el Club de Roma, la producción agrícola ha mantenido el ritmo del crecimiento demográfico mundial e incluso lo ha superado: hoy hay más comida a disposición per cápita que la que hubo hace 30 años, a pesar de que la población mundial haya aumentado 2.500 millones de personas. El número de hambrientos se ha reducido tanto en cifras absolutas (de los 900 millones de los años setenta a los 800 millones de hoy, es decir, del 30% de los habitantes de los PVD de entonces al 19% de hoy) porque gran parte del incremento de la producción ha tenido lugar en los países pobres: entre 1966 y 1999 la población de China ha aumentado el 65%, pero la producción de cereales ha crecido el 155%; en Bangladesh los dos datos en el mismo arco de tiempo han sido 102% y 104%, en India 88% y 170%, en Indonesia 83% y 247%. Cuando la actual productividad de maíz de un agricultor de EE.UU. se extienda a todos los campesinos del mundo, la producción estará en condiciones de dar de comer a 10.000 millones de personas utilizando la mitad de la superficie agrícola hoy cultivada. El resto podrá ser destinado a otras actividades humanas y a nuevos bosques, capaces de absorber las emisiones de CO2 que producirían el temido “calentamiento global”. Es un este nivel en el que los OGM entran en el discurso.<br />La humanidad puede en teoría hacer frente a las exigencias alimenticias de su futura población incluso sin OGM, pero deberá cultivar tierras que ahora están cubiertas de bosques e incrementar el uso de los fertilizantes y pesticidas químicos que tienen un fuerte impacto sobre el ambiente. El problema de las superficies destinadas a la agricultura es tremendamente serio: aumentarlas quiere decir favorecer la desertificación, el efecto invernadero, la destrucción de la biodiversidad, etc. Los OGM pueden resolver este problema, como demuestra el caso del “goleen rice”, el arroz transgénico enriquecido con vitamina A: resuelve el problema de las poblaciones cuya dieta es escasa en vitamina A porque no tienen suficiente tierra cultivable para cultivar algo que complete la dieta a base de arroz, su alimento base. Los OGM pueden resolver una larga lista de problemas tanto alimenticios como ambientales: por una parte aumentan el contenido proteínico o vitamínico del producto, por otra tienen necesidad de menos superficie cultivada para ofrecer altos rendimientos y de menos pesticidas y fertilizantes.<br />Además del “goleen rice”, los laboratorios biotecnológicos han puesto a punto variedades de arroz con rendimientos del 20% al 40% mayores que las actuales, enriquecidas con hierro y resistentes al virus RYMV que destruye el arroz africano, patatas dulces resistentes a los virus africanos y con un contenido de proteínas mayor del 500%, algodón resistente a los parásitos y con un rendimiento doble por hectárea, soja resistente a los climas fríos y a cualquier parásito, trigo que requiere un tercio de fertilizante menos, remolachas azucareras que requieren un 40% menos de herbicida, cerdos menos contaminantes, salmones que crecen más rápidamente, etc. Todo esto significa que los OGM ayudan al ambiente. Ellos, en efecto, reducen el uso de los pesticidas: en 2000 el uso de una variedad transgénica de algodón en los EE.UU. significa casi mil toneladas menos de herbicida pulverizado sobre los campos de algodón; la introducción de maíz transgénico entre 1996 y 1998 en los EE.UU. significa dos millones de acres menos de plantaciones rociadas de pesticidas. Ellos favorecen la reducción de las superficies cultivadas y, por tanto, la conservación del humus.<br />Por no hablar de las ventajas para la salud que derivarían de la producción de alimentos genéticamente modificados con el objetivo de prevenir enfermedades que van del cáncer a la esclerosis múltiple, de las afecciones cardiovasculares al herpes genital, etc. Los OGM pueden ser también utilizados como vectores de vacunas a precio muy bajo, con menos riesgos que los inyectables y sin necesidad de refrigeración: todas las características que los harían preferibles a las vacunas tradicionales en el Tercer Mundo. Los Verdes y los Ambientalistas conocen bien todas estas cosas, pero prefieren que el pueblo no las conozca.<br /><br /><strong><span style="color:#003300;">El calentamiento global</span></strong><br /><br />El calentamiento global de la temperatura en el suelo del planeta, relacionado con la emisión a la atmósfera de gas con efecto invernadero producido por actividades humanas, es un fenómeno reconocido por la mayor parte de los científicos. No existe, sin embargo, unanimidad sobre la entidad del calentamiento que debería verificarse en el curso de este siglo: según los científicos del Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) de las Naciones Unidas el incremento de temperatura oscilará entre 1,5 y 5,8 grados centígrados: una horquilla muy amplia. Las consecuencias del cambio climático serán notables y casi todas dañinas, sobre todo en los PVD. Asumiendo la hipótesis de un aumento de la temperatura de 2,5 grados en 2100 (la hipótesis más probable), se ha cuantificado en 5 billones de dólares el daño total a lo largo del siglo a causa de las inundaciones, las enfermedades, pérdidas en la producción agrícola, acontecimientos atmosféricos extremos, etc.<br />La globalización se pone en cuestión en la medida en que el aumento de las emisiones de CO2 (anhídrido carbónico) y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera dependería de la creciente industrialización mundial y del alto nivel de consumo de todo tipo basado en la explotación de carbón e hidrocarburos, cuya combustión emite ciertamente grandes cantidades de CO2. Los ambientalistas y los antiglobalistas exigen, por tanto, de los gobiernos nacionales y del sistema industrial mundial una drástica reducción de las emisiones, y acusan de delito ecológico a los Estados Unidos y a la administración Bush por no haber querido respetar el único compromiso que hasta ahora la comunidad internacional había acordado sobre este problema: los Protocolos de Kyoto de diciembre de 1997. Con ellos los países industrializados se comprometían a reducir sus emisiones hasta el 2012 a un nivel inferior al 5% del registrado en 1990, mientras que a los PVD no se les ponían limitaciones. La aplicación de los Protocolos de Kyoto incluso por parte de los Estados Unidos, que es el país que por sí solo totaliza el 20% de todas las emisiones mundiales, es uno de los puntos irrenunciables de la agenda de los ambientalistas y de los antiglobalistas. Pero el coraje de tantos militantes merecería ser reservado para causas más serias que el tratado japonés. Porque las medidas decididas en Kyoto no resisten al análisis costes-beneficios. Veamos por qué.<br />Muchos modelos han calculado que la diferencia en menor incremento de temperatura entre la aplicación y la no aplicación de los Protocolos de Kyoto sería de apenas 0,15 grados. Lo cual, dicho de otro modo, significa que la aplicación de los Protocolos de Kyoto no hace más que retrasar seis años (del 2094 al 2100) un aumento de temperatura que de cualquier modo habrá. Esto significa que los países industrializados gastarán un mar de dinero (346.000 millones de dólares al año en 2010, y después cada vez más hasta alcanzar 900.000 millones de dólares en 2100) sin que la situación final mejore: la temperatura llegará donde habría llegado sin los acuerdos de Kyoto, sólo seis años más tarde, el mundo sufrirá de todas las maneras daños por 5 billones de dólares a causa del calentamiento global, y los países ricos habrán gastado en vano una cifra análoga. Mucho mejor que gastar tan mal los propios dineros, valdría la pena dedicar los recursos existentes al crecimiento económico, para hacer posible que se haga realidad uno de los escenarios del desarrollo humano planteado hipotéticamente por el IPCC: aquel en el que el crecimiento económico es tal que, manteniendo fija la cuota del PIB gastada para la defensa del ambiente que tenemos de media hoy, es decir, el 2%, en el 2100 la humanidad habría gastado a lo largo del siglo algo así como 18 billones de dólares en intervenciones ambientales. Con las tecnologías desarrolladas mientras tanto (motores de hidrógeno y otros recursos alternativos al carbón y a los hidrocarburos, plantas OGM capaces de capturar una mayor cantidad de CO2, encapsulación del CO2 en los estratos geológicos o en el fondo de los océanos) el problema del calentamiento global debería haber sido puesto bajo control en ese punto.<br /><div align="justify"></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:85%;">“Los mitos de la nueva izquierda”. Rodolfo Casadei</span> </div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-27946813366855108922009-04-28T06:53:00.000-07:002010-03-16T16:41:53.822-07:005.2. El conservacionismo de la World Wildlife Fund<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMlTxWs4CzLa5jxHZf4AXYFut-6bmNtFR2edQSlQPhXNqIXHyra1WWMC8jZQmn5Ov5g3zzhve8r34I-XAhLtF9CekgJTM0rszkeoK-AQPRYDz1KQyArEzuecXCmDYWrZaszLRnWlx30bQ/s1600-h/logowwf.gif"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5449380545160095842" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 316px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMlTxWs4CzLa5jxHZf4AXYFut-6bmNtFR2edQSlQPhXNqIXHyra1WWMC8jZQmn5Ov5g3zzhve8r34I-XAhLtF9CekgJTM0rszkeoK-AQPRYDz1KQyArEzuecXCmDYWrZaszLRnWlx30bQ/s400/logowwf.gif" border="0" /></a>El movimiento ecologista no es nuevo, ni tiene sus orígenes en 1970 con la declaración del Día de la Tierra en Washington. Tampoco lo es el movimiento “conservacionista” que se atribuye la intención de “preservar” a la naturaleza fuera del alcance de los seres humanos. Algunos creen que el asunto del conservacionismo se remonta al veneciano Giammaría Ortes, que escribió un “ensayo sobre la población” del mismo tono sombrío que el de Thomas Malthus, quien lo plagió sin vergüenza alguna. También influyó Giammaría Ortes sobre el inglés Bernard Mandeville (1670-1733), quien afirmaba que “la bestialidad y el mal son el estado natural del hombre” – quizás por su experiencia personal de convivir entre los nobles ingleses. Ese enfoque tan poco acertado sobre la naturaleza humana prendió en algunos pen-sadores ingleses como Adam Smith, Jeremy Bentham, Thomas Hobbes, John Locke, y por supuesto, en Thomas Malthus.<br />La filosofía Ortes-Mandeville-Malthus deviene la base del pensamiento y del accionar de la Corona Británica desde entonces. Esa filosofía es la que guía, como ser, a la Sociedad Mont Pelerin, (fundada por el economista austríaco Friedrich von Hayek), que se expresa a través de boca de uno de sus guías espirituales, el “católico conservador” Michael Novak, cuando afirma que “Ningún orden humano inteligente… se puede administrar en base a los preceptos cristianos… Una economía libre… no puede ser una economía cristiana. La única posibilidad realista es construir una economía para pecadores: la única mayoría moral.<br />Ni qué decir que este espíritu era el imperante entre las noblezas de Europa, desde la rusa, dando la vuelta por Grecia, Rumania, Austria-Hungría, Italia, España, Francia, pasando por las casas menores hasta terminar en la Británica. La elite real era la que por derecho divino era la dueña del mundo, y los vasallos apenas si tenían una “franquicia” real para realizar sus actividades. Lo que conocemos hoy como el G300 ya se había comenzado a gestar cuando las familias banqueras se elevan a un nivel de poder igual al de los reyes y emperadores, puesto que sin sus préstamos, los reinados e imperios no podían financiar ejércitos ni guerras.<br />Inglaterra ha sido la pionera en el tema “conservación”, entendiendo a este término como el de “conservar los recursos naturales y materias primas” para uso exclusivo de la Corona Británica. Ya se vio la manera en Inglaterra domina a la China a través de la introducción del opio en su población, haciendo adictos a millones de chinos que, con la voluntad quebrada y su resistencia desaparecida, se convirtieron en mano de obra esclava. En la India como en el resto de las colonias en el Sudeste Asiático, se trabajaba para recibir la ración de “ganja,” el producto de la cannabis sativa, la marihuana, o hashis, según su concentración.<br />Para asegurar que la población nativa no consumiese (comer, alimentarse) recursos naturales que no les pertenecían por mandato divino (y decreto de la reina), los colonizadores se preocuparon de que las poblaciones nativas de sus colonias no aumentaran en número. En África comenzaron a crear “vedados” o “cotos de caza” privados a los que sólo los nobles ingleses podían ingresar, y demás miembros de la raza blanca sajona. Sucedía que las poblaciones nativas habían adquirido a lo largo de miles de años, la pésima costumbre de querer alimentarse y mantenerse vivos. Para ello debía cazar o recolectar (quienes eran lo bastante atrasados para mantenerse en esa etapa del desarrollo cultural) o cazar, recolectar, sembrar y cosechar, y eso no se podía permitir.<br />Para asegurar el mantenimiento de esos “vedados” se constituyó en la metrópoli una serie de organizaciones destinadas a explorar, y mantener sus territorios vedados. En 1826, cuando ya la teoría de Malthus era política oficial del Imperio y de la Compañía de las Indias Orientales, sir Stamford Raffles fundó a la Sociedad Zoológica de Londres. Raffles había sido virrey de la India y el fundador de Singapur. También inspiró la creación de la Sociedad Zoológica de Nueva York y Francfort. En 1930 se funda la Real Sociedad Geográfica, (Royal Geographic Society), que patrocinó importantes expediciones coloniales al África, como las de Livingstone y Sir Richard Burton. Las juntas directivas de ambas sociedades casi no se diferencian entre sí y están formadas con abrumadora mayoría de nobles ingleses. El príncipe Felipe de Edimburgo, dueño y señor del WWF fue presidente de la SZL en los años 70.<br />En 1903 se funda a la Sociedad de Conservación de la Fauna y la Flora, (su nombre original era Sociedad de Conservación de la Fauna Silvestre del Imperio) es la segunda en antigüedad entre las organizaciones conservacionistas del Imperio, después de la Real So-ciedad para la Protección de las Aves, fundada en 1889. Su protección hacia las aves y otros bichitos no parece haberse extendido a la raza humana porque junto con la Real Socie-dad Eugenésica (la que propugna la pureza racial y las limpiezas étnicas al estilo Nazi) apa-drinaron la fundación de la Unión Internacional para la Conservación de la Natu-raleza (UICN) y al World Wildlife Funda. Desde su fundación su sede estuvo en el Zoológico de Londres y su patrona es la reina Isabel II.<br />El carácter político, lejos del afán conservacionista de estas organizaciones se manifiesta en sus jefes y directores: sus vicepersidentes fundadores, lores Milner, Grey, Cromer, Minto, y Cur-zon, fueron todos procónsules imperiales, en el África y la India. Sir Peter Scott, uno de los fundadores del WWF, y desde los años 60 hasta su muerte en 1989 fue presidente de Fauna y Flora, dijo una vez, “Ya que el Imperio en aquel entonces cubría cerca de una cuarta parte del globo, fue un buen punto de partida para la internacionalización del incipiente movimiento de conservación de la vida silvestre.”<br />El principal objetivo de Flora y Fauna era ampliar a todo el mundo el sistema de parques nacionales, para conseguir afianzar sus intenciones de dominar el territorio y preservar los recursos naturales para uso de la Corona. En 1933, 1938, y 1953 realizó conferencias para organizar nuevos parques. Su secretario, el coronel Stevenson-Hamilton fue el creador del Parque Nacional Kruger de Sudáfrica.<br />Más tarde, con licencia real se creó la organización llamada Conservación de la Naturaleza (Nature Conservancy), es uno de los cuatro organismos de investigación del Consejo de la Reina. Esta organización fue una de las más poderosas operaciones encubiertas de posguerra que hiciera la Corona. El secretario permanente del presidente del Consejo de la Reina, Max Nicholson, redactó la legislación constituyente del Nature Conservancy. Se encargó también de trazar las principales estrategias y tácticas del movimiento ecologista mundial para las décadas siguientes. Fue Nicholson quien inició la campaña contra el DDT que más tarde popularizara Rachel Carson; redactó la constitución del IUCN; organizó y presidió la comisión fundadora del WWF en 1961; y eligió como primer presidente del WWF a sir Peter Scout. En 1970 publicó un libro sobre los orígenes del movimiento ecologistas de posguerra, cuyo subtítulo era muy sugestivo: “Guía para los nuevos amos de la Tierra.”<br />La IUCN, por sus siglas en inglés que significan Unión Internacional para la Conserva-ción de la Naturaleza, fue fundada en 1948 por Sir Julian Huxley, con una constitución redactada por el Ministerio de Relaciones Exteriores Británico (Foreign Office), está formal-mente vinculada la las Naciones Unidas, pero sin veeduría de ésta. El WWF se fundó inicial-mente para proveer la financiación del IUCN, y muchas de las comisiones de la IUCN están controladas por “Flora y Fauna”. La IUCN considera que su misión principal es la conserva-ción de la “biodiversidad”. Junto con el UNEP (Programa Ambiental de las Naciones Uni-das) y el World Resources Institute, la IUCN emprendió una “estrategia global de la biodiver-sidad”, que inspira y dirige los planes de conservación y entorpecimiento del desarrollo de muchas naciones.<br />Luego, será una sorpresa para muchos, pero la UNESCO, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, que fue fundada en 1946 por Sir Julian Huxley, define en su documento de fundación la doble misión de la UNESCO: popularizar la necesidad de la eugenesia, y proteger la vida silvestre mediante la creación de parques nacionales, especialmente en África. Entre las organizaciones sospechosas de impulsar la eugenesia, el control de la natalidad obligatorio, la reducción de la población, y otras aberraciones viene a continuación el Programa Ambiental de las Naciones Unidas (UNEP) formado en la conferencia de las Naciones Unidas sobre el medio ambiente, de 1972, la nefasta Cumbre de Río, organizada por Maurice Strong, también fundador del WWF.<br />La lista de organizaciones que fueron creadas para “proteger, defender, preservar, con-servar” al ambiente no tienen relación alguna con la intención o el propósito de “mejorar la condición humana”, sino con el definitivo propósito de deshacerse de la mayor cantidad posible de seres humanos, sobre todos de aquellos que no encuadran dentro de los aceptable por la definición eugenésica de “ser humano” de estas organizaciones. Las declaraciones de los miembros más conspicuos y respetados del movimiento ecologista a veces causan escalofríos, pero vale la pena recordar algunos ejemplos. Del Príncipe Felipe de Edimburgo se recuerda las frases:<br /><br /><strong>Hay que “Podar” la población</strong><br /><br />Al recibir el título honorario de la Universidad de Ontario Occidental, Canadá, 1º de julio de 1983:<br /><br /><em>"Por ejemplo, el proyecto de la Organización Mundial de la Salud, para erradicar la malaria en Sri Lanka en los años de posguerra, consiguió ese objetivo. Pero ahora el problema es que Sri Lanka debe alimentar al triple de bocas, procurar el triple de empleos, y dar el triple de vivienda, energía educación, hospitales y tierra colonizable para poder mantener el mismo nivel de vida. Con razón ha sufrido el ambiente natural y la vida silvestre de Sri Lanka. El hecho es que los programas de auxilio con las mejores intenciones tienen culpa de esos problemas, al menos en parte.”</em><br /><br />De manera que, en la visión de Felipe, lo mejor no es realizar programas de ayuda bientencionados, sino que lo ideal para el ambiente sería impulsar programas dedicados a la eliminación de la mayor cantidad posible de seres humanos. Imbuidos de ese espíritu es que se lanzaron a la espantosa campaña de prohibir al DDT que había casi conseguido erradicar la malaria en el mundo –a costa de tener que alimentar a más gente sana después. Pero, de dónde habré sacado yo esa idea tan maligna sobre el amor que Felipe le tiene a los seres humanos, en especial a los de piel amarronada oscura?<br />“En caso de reencarnar, me gustaría volver como un virus mortífero, a fin de ayudar en algo a aliviar la sobrepoblación.” (Felipe de Edimburgo, en su prólogo a People As Animals, de Fleur Cowles, 1986.)<br />¿Por qué este espíritu tan poco cristiano? ¿Cuál es la causa para esta ausencia absoluta de bondad? Bertrand Russell, filósofo inglés ganador una vez del premio Nobel de la Paz –a pesar de haber enloquecido al pobre Winston Churchill con sus demandas para arrojar la Bomba Atómica sobre Moscú a poco de terminar la Segunda Guerra Mundial – en su libro, “The Impact of Science Upon Society, (El Impacto de la Ciencia Sobre la Sociedad) de 1953, pp. 102-104, nos hace saber que<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“Pero los malos tiempos, dice usted, son excepcionales y se los puede enfrentar con métodos excepcionales. Esto ha sido más o menos cierto durante la luna de miel del industrialismo, pero no seguirá siendo cierto a menos de que se disminuya enorme-mente el aumento de la población del mundo… La guerra, hasta ahora, no ha tenido un efecto muy grande en este aumento, que continuó a lo largo de las dos guerras mundiales, La guerra ha sido frustrante a este respecto… pero tal vez la guerra bac-teriológica resulte más efectiva. Si una vez en cada generación se propagase por el mundo una Peste Negra, los sobrevivientes podría procrear libremente sin llenar demasiado el mundo… Quizás el estado de cosas sea algo desagradable, pero ¿y qué? Las personas de veras nobles son indiferentes a la felicidad, especialmente la ajena.”</span></em><br /><br />¿Será la “nobleza” del Príncipe Felipe la que le hace tan indiferente a la felicidad ajena –pero le hace preocuparse por la felicidad de los animalitos de la selva? No creo que Felipe se preocupe por los animalitos de la selva, dado que nunca ha dado pruebas de hacerlo. El WWF que fundó en 1961 no llevaba la intención de salvar animales de la extinción. En enero de 1961, meses antes de fundar al WWF, el príncipe Felipe causó una conmoción en los medios conservacionis-tas al haber estado casando tigres de Bengala en la India, en una expedición del Rajá de Jai-pur, y pocos días después, haber disparado sobre una rinoceronte con cría dejándola huérfana y destinada a morir de inanición. Para colmo, la rinoceronte era de una muy extraña especie en peligro de extinción, con sólo 250 ejemplares en todo el mundo.<br />La verdadera intención de la creación del WWF fue la de crear focos de desestabilización política en África, creando parque nacionales que sirvieran de refugio para las guerrillas de los diversos países Africanos. Precisamente, los guerrilleros Ruandeses que invadieron Ruanda causando la increíble y espantosa masacre de 1.500.000 de tutsis, partieron de los Parques Nacionales de los Gorilas, en Uganda, Virunga, (Zaire) y de los Volcanes (Ruanda), donde gozaban de la protección del WWF y, según acusa el Congreso Nacional Africano, el WWF les proveyó de material paramilitar (bazookas, Ak-47s, munición, granadas, etc.) que habían transportado allí “para combatir a los cazadores furtivos de elefantes”.<br /><br /><strong>El Genocidio de Ruanda</strong><br /><br />Hasta abril de 1994, la población de Ruanda era de unos 7.200.000 habitantes. Para septiembre habían muerto ya más de 1.00.000. La Agencia de Desarrollo Internacional de EEUU calcula que 2,576.000 ruandeses fueron desplazados dentro de Ruanda. En esa cifra se incluye a 1,3 millones que se trasladaron a la antigua zona francesa de seguridad ubicada al sudoeste del país. Otras 2.333.000 personas están refugiadas fuera de Ruanda: 1.542.000 en Zaire, 210.000 en Burundi, 460.000 en Tanzania, y 10.500 en Uganda. Es decir, 5,799.000 personas, el 80,6% de la población ha muerto o ha sido desarraigada. ¿Podríamos sospechar que el G300, Inglaterra y las Naciones Unidas tuvieron alguna responsabilidad en esta hecatombe? Si así no fuese, no se lo estaría contando.<br />Ruanda fue aniquilada, despedazada; su población casi exterminada (aquí hubo genocidio, pero del serio), y fue obra del dictador de Uganda, Yoweri Museveni y de la Ministra de Fomento de Ultramar Británica, Lady Lynda Chalker. La tragedia de Ruanda no comenzó con el asesinato del presidente Juvenal Habyarimana el 6 de abril de 1994, sino con la invasión de Ruanda que, con el respaldo británico, realizó el alto mando del ejército Ugandés en octubre de 1990. Para una más detallada cronología de los hechos y la demostración de la participación británica en los horribles sucesos de 1994, ver el Apéndice 1: Ruanda.<br /><br /><div align="justify">Examinar el mapa de sistemas parques naturales de África es una experiencia muy instructiva. El tamaño total de estos parques y reservas naturales es sorprendente. El parque Kruger de Sudáfrica, por ejemplo, tiene una superficie igual a la del estado de Massachussets en EEEUU, mientras que el descomunal complejo de parques de Zambia es más grande Gran Bretaña. Pero lo significativo y alarmante es que los parques están situados en las fronteras entre dos y hasta tres naciones, que se juntan para formar parques bi y trinacionales que sobrepasan las fronteras.<br />Estos parques no están ubicados en esas regiones por cuestiones estéticas o de conveniencia ecológica o de conservación. A diferencia de Europa, donde las fronteras está generalmente demarcadas por bellas regiones montañosas y ríos, las fronteras de los países Africanos fueron dibujadas arbitrariamente por las potencia Europeas en sus conferencias imperiales. Inglaterra es conocida por su afición a crear naciones nuevas y hacer desaparecer las viejas, según su conveniencia. Dos casos paradigmáticos recientes fueron el Estado de Israel y Kuwait, mientras que permanece indiferente ante el despedazamiento de otras naciones y su reparto entre los vecinos, como en el caso de Armenia.<br />No hay nada especial en las fronteras de los países Africanos que no se pueda encontrar al interior de los mismos. La ubicación de los parques nacionales en las regiones de frontera tiene el propósito bien definido: practicar el genocidio y la desestabilización de África.<br />La creación de parques nacionales y reservas en África muestra dos fases distintas. La primera es la fase de la preservación, el acceso a la cacería se restringió para que sólo pudieran cazar los miembros de elite colonial blanca, supuestamente para preservar el linaje de las especies preferidas para sus cacerías de trofeos. Las autoridades coloniales desalojaban a las poblaciones nativas de extensas regiones que declaraban “vedadas a la caza”, y se impedía a la población nativa que cazara para su subsistencia. Es la herencia normanda de la realeza inglesa, que recuerda a los bosques vedados de Sherwood donde Robin Hood supuestamente robaba a los ricos para entregarles a los pobres. Cuentos para niños. Pero la costumbre existía, y se transplantó a los nuevos dominios reales de África.<br />Después de Segunda Guerra Mundial se inició la segunda fase: la conservación. La cacería se fue prohibiendo para todos y la obsesión ritual que tenía la elite colonial por la cacería se reemplazó por gradualmente por una “conciencia ecológica” de adoración a Gaia. Los”parque nacionales” reemplazaron a las “reservas de caza,” y las Leicas, Rolleiflex y Nikon reemplaza-ron a los Mauser, las Purdey y los Holland & Holland. El 600 Nitro Express dejó paso a las 36 exposiciones, 35 mm, 100 ASA/21 DIN.<br />Los acuerdos y conferencias internacionales (realizadas en Europa entre las potencias coloniales) llegaron a decidir la suerte de los nativos Africanos y su derecho a no cazar nada, ya que hasta se les prohibió el uso de redes y trampas tradicionales – aún fuera de los parques nacionales y “vedados”. Al mismo tiempo, se reafirmó el acuerdo conjunto previo entre las autoridades coloniales inglesas, alemanas, portuguesas, francesas, holandesas e italianas de prohibirles a los nativos el uso de las armas de fuego. Los parques y reserva naturales constituidas por los acuerdos de 1900 y 1933 establecieron legalmente fronteras internas dentro de las colonias, que los nativos no pueden cruzar, con el pretexto de la conservación de la vida silvestre. Estas fronteras internas, que forman enclaves coloniales, continúan funcionando aún después de que las colonias obtuvieron su independencia.<br />Para poder comprender a fondo la farsa – y el fraude al público que aportó su dinero – que ha significado la creación y accionar del World Wide Fund, más tarde Worldwide Fund for Nature, o WWF como protector y salvador de animales en peligro de extinción, debería leer el Capítulo 16, de mi libro <a href="http://www.mitosyfraudes.org/INDICE.html">Ecología: Mitos y Fraudes</a>, en este mismo sitio: <a href="http://www.mitosyfraudes.org/INDICE/CAP16-WWF.htm">WWF: World Wide Fraud?</a>, donde se enterará sobre el Informe Marfil Negro, del cazador contratado por el WWF en 1972 para analizar el estado de la fauna de caza en Kenia y que, una vez entregado le costó tres días de palizas y torturas en la famosa comisaría de Langatta Road, en Nairobi, porque había descubierto que la familia del presidente Jomo Kenyatta era la principal involucrada en la cacería ilegal y el tráfico de marfil y cuernos de rinoceronte a oriente. Conocerá que mientras Ian Parker recibía su paliza y amenazas de muerte para mantener la boca cerrada, el presidente internacional del WWF, Príncipe Bernardo de Holanda premiaba al Kenyatta con la Orden del Arca Dorada, especialmente creada para él, “por haber salvado al rinoceronte.”<br />Podrá leer las conclusiones del Informe del Profesor John Phillipson, de la Universidad de Oxford, cuando terminó una auditoría solicitada por el mismo WWF sobre la efectividad de la organización para desarrollar su misión “salvadora”. El informe Phillipson, un prolijo racconto de 252 páginas es cerrado con la conclusión de que lo menos que sabía y hacía el WWF era “salvar especies determinadas”.<br />También sabrá que en 1963, siete años antes de cambiar su informe por una paliza, el cazador profesional Ian Parker recibió el encargo del WWF de eliminar a 2500 elefantes de una región, y de paso liquidar a 4.000 hipopótamos en la misma operación. La excusa era la maltusiana de que “había que matar algunos para evitar que la sobrepoblación matase a toda la especie.” Quizás no sabía usted que la African Wildlife Leadership Foundation, funda-da por Russell Train, (ex administrador de la EPA), presidente del WWF de Estados Unidos, también contrató a Parker en 1975 (tres años después de la paliza histórica) para que mata-ra prácticamente a todos los elefantes de Ruanda, con el argumento dque los ruan-deses eran incapaces de proteger al mismo tiempo a los elefantes y a los gorilas de las monta-ñas.<br />Y qué diría si usted fuese ecologista (o conservacionista) honesto y bien intencionado, y se enterase de que el príncipe Felipe y su WWF premiaron en 1986 con una medalla de oro al ex mercenario rhodesiano Clem Coetzee por supervisar con éxito total la matanza de 44.000 elefantes en Zimbabwe, porque el WWF aducía que era necesario para proteger al am-biente. El director general del WWF, Dehaes, cuando entregó la medalla dijo que la “obra” de Coetzee era “un modelo para toda África.” En realidad, la matanza se hizo impulsada por un plan del FMI para liberar espacio para granjas que producirían carne para el mercado Común Europeo. En la primera feria, se descubrió que el ganado estaba enfermo de aftosa y los planes de la exportación de ganado se esfumaron para siempre. Pero Zimbabwe se quedó cargando la deuda con el FMI -y sin ningún elefante más.<br />De los 110 millones de dólares (libres de impuestos) que Felipe y su WWF habían recaudado hasta 1980 para “salvar al rinoceronte”, se descubrió que sólo había invertido 118.533 francos suizos para hacerlo. En ese mismo lapso, la población de rinocerontes había declinado 95,5% gracias, en gran parte, a Jomo Kenyatta, su familia, y a los guardias del WWF del cráter del Ngorongoro. El WWF financió un programa de guardias en el cráter para proteger desde 1964 a los 108 rinocerontes que aún quedaban allí. Pero para 1981 sólo quedaban 20. Ninguna de las tres unidades de guardias militarizados había capturado a ningún cazador furtivo en años. Ese año de 1981, una testigo le dirigió una carta a la African Wildlife Leadership Foundation de Nairobi, que da algunas pistas sobre adonde fue a para el dinero del WWF y qué pasó en realidad con los rinocerontes:<br />La testigo informó en su carta que los guardias del WWF habían matado a dos mansos rinocerontes machos y malherido a una hembra, “todo a la luz del día”,. Y concluyó: “¿No es bastante claro lo que está pasando en el cráter?” También pregunto yo, “¿No es claro lo que está pasando con el WWF del príncipe Felipe, y el movimiento ecologista multinacional?<br /><br /><strong>El Memorando NSSM-200</strong><br /><br />Cabe ahora mencionar el Memorando Secreto de Seguridad Nacional No. 200, emitido por Henry Kissinger y su Consejo de Seguridad Nacional en 1974, titulado “Implicancias del Crecimiento de la Poblacion Mundial para la Seguridad y los Intereses de los Estados Unidos,” que recomendaba dirigir un programa de reducción de la población de 13 países del Tercer Mundo productores de materia primas necesarias para los Estados Unidos. Kissinger indicaba en su escrito que<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“Cuánto más fácil serían los desembolsos para combatir la natalidad, que los destinados a incrementar la producción por medio de inversiones directas en irrigación, o proyectos para generar energía construir fábricas,…”</span></em><br /><br />…que se requerirían si se permitiese el aumento de la población y un mayor nivel de vida en esos países. Las elites quieren reducir esas poblaciones del Tercer Mundo a un nivel de mera subsistencia, a fin de reducir al mínimo los costos de producir material primas en las tierras que intentan usurparles. En nombre de la ecología mundial –por supuesto.<br /><br /><strong>Maurice Strong y el Fin del Mundo<br /></strong><br />Larry Abraham, publicó en 1993 un libro titulado The Greening (El Verdecer), donde hace revelaciones esclarecedoras e impresionantes sobre el movimiento ecologista y la amenaza que representa para la humanidad e, irónicamente, para el ambiente. Abraham nos habla de gente “peligrosa”. Naturalmente, todos los integrantes del G300 son peligrosos. No se detendrán ante nada. Jamás lo han hecho. Nos relata Abraham que Daniel Wood, de la revista West, entrevistó en mayo 1990 a Maurice Strong. El espítiru de lo dicho en la entrevista se puede resumir en la conclusión que hace el mismo Strong: “La única manera de salvar al planeta de la destrucción es que las civilizaciones industrializadas se derrumben.<br />Dice Word que Strong imagina una novela que le gustaría escribir y le describe su argumento. En la trama de la novela, el Foro Económico Mundial se reúne en Davos, Suiza. Más de mil jefes de estados, primeros ministros, ministros de economía, y académicos de avanzada se reúnen para asistir a reuniones y fijar agendas económicas para el año entrante. “¿Qué ocurriría,” dice Strong, “si un pequeño grupo de estos líderes del mundo (funcionales del G300?) llegara a la conclusión de que el mayor riesgo que corre la Tierra proviene de las acciones de los países ricos? Y para que el mundo sobreviva, esos países ricos deberán firmar un tratado que reduzca su impacto sobre el medio ambiente, ¿Lo harán?”<br />Esto nos hace parar la oreja porque nos suena muy similar a toda la atmósfera que rodea a las catástrofes anunciadas por la Letanía Verde; inminentes y espantosos Apocalipsis que exterminarán a la vida sobre la Tierra -si la humanidad no hace lo que los políticos y científicos a sueldo del G300 dicen que tiene que hacer: derrumbar la civilización industrial. Firmar el Tratado de Kioto. Sigamos oyendo a Wood y su escalofriante entrevista con Maurice Strong:<br />Strong retoma su cuento. “La conclusión del grupo es 'no'. Los países ricos no lo harán. No cambiarán. Así que para salvar al planeta, el grupo decide: ¿No es cierto que la única esperanza del mundo es que las civilizaciones industrializadas se derrumben? ¿No somos responsables de lograr que eso ocurra?<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“Este grupo de líderes del mundo,” continúa, “forma una sociedad secreta (el G300?) cuyo objeto es ocasionar un derrumbe económico… No son terroristas, son líderes mundiales. Se han ubicado en puestos claves de los mercados mundiales de productos y acciones de la bolsa… y maquinado una situación de pánico por medio de sus accesos a las bolsas de acciones, las computadoras y el abastecimiento del oro. Acto seguido, impiden que cierren los mercados de la bolsa del mundo. Atascan el engranaje. Contratan a mercenarios que toman como rehenes al resto de los líderes del mundo que se encuentran en Davos. El mercado no puede cerrar. Los países ricos…”</span></em> – Aquí Strong mueve sus dedos en el gesto de quien arroja por la ventana a una colilla de cigarrillo.<br /><br />Wood permance hipnotizado frente a Strong. Aquí no se trata de cualquier relator de cuentos. Es Maurice Strong. Él conoce a esos líderes mundiales. De hecho, es presidente del adjunto del foro Económico Mundial. Se sienta en el centro mismo del poder. Está en condiciones de poder realizar lo que sueña. Es parte del G300 y puede convencer a sus amigos de hacerlo si así lo consideran necesario. Para peor, lo están haciendo. El Tratado de Kioto es la muestra.<br />Abraham llega a la conclusión de que el carácter megalómano de las ensoñaciones de Strong habla por sí solo; que se ha rodeado de un grupo de gente que cree en un cercano Apocalipsis y que a su alrededor está apareciendo un culto a la personalidad. Strong, nos dice Abraham, “forma parte de un grupo de elitistas terriblemente peligrosos, que realmente creen que son los reyes de los filósofos Platónicos. Sólo ellos son dignos de gobernar al mundo. Al fin y al cabo, sin su luz conductora 'nada podrá salvar a la humanidad de sí misma.”</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-71524659687708271032009-04-28T06:49:00.000-07:002009-04-28T06:52:56.838-07:005.3. "Conservation International": Privatizando la naturaleza y saqueando la biodiversidad<div align="justify">Conservation International, cuyo cuartel está situado en Washington D.C., con operaciones en más de 30 países en 4 continentes, asegura ser una organización no gubernamental ambientalista. Su misión es "conservar la herencia natural viviente de la Tierra, nuestra biodiversidad global, y demostrar que las sociedades humanas son capaces de vivir armoniosamente con la naturaleza". Todo esto suena muy loable y Conservation International tiene ciertos seguidores de muy alto perfil. Este año Colin Powell compartió el estrado con el presidente de Conservation International, Russel Mittermeier, en la presentación de la Iniciativa Contra la Tala Ilegal presentada por la administración Bush en el Departamento de Estado de Estados Unidos. En diciembre de 2001, Gordon Moore, quien fundó la corporación Intel, donó $261 millones de dólares a Conservation International, supuestamente el mayor subsidio otorgado a una organización ambientalista (Moore es presidente del Comité Ejecutivo de Conservation International). Conservation International correspondió la generosidad de Moore entregando a su cuidado un búho pigmeo brasileño en vías de extinción.<br />Pero un creciente número de personas está cuestionando las credenciales que presenta Conservation International como organización medioambiental. La compleja red global de asociaciones, colaboraciones, iniciativas y proyectos que teje Conservation International es tan expansionista como oscilantes son sus intereses. Sus principales aportantes provienen de las corporaciones que incluyen a: Cemex, Citigroup, Chiquita, Exxon Mobil Foundation, Ford, Gap, J. P. Morgan Chase and Co., McDonalds, Sony, Starbuks, United Airlines y Walt Disney. Conservation International asegura que sus benefactores corporativos "saben que sus clientes, accionistas y empleados comparten el interés común de proteger el medio ambiente".<br />Una explicación más creíble podría ser que al mismo tiempo que las corporaciones trasnacionales están confrontadas con la resistencia global y la oposición a sus actividades, están tratando de proyectar una imagen ecologista de sí mismos. Por ejemplo, el sitio web de Conservation International, hace alardes de su asociación con el Citigroup por la conservación en Brasil, Perú y África del Sur. Rainforest Action Network ha catalogado al Citigroup como "el banco más destructivo del mundo", precisamente por su rol en la financiación de la destrucción de antiguos bosques de crecimiento lento.<br />En un informe de junio de 2003 de Chiapas, el Centro de Análisis Político e Investigación Social, situado en México calificó a Conservation International como el caballo de Troya de Estados Unidos y las corporaciones transnacionales. Una crítica de Papúa-Nueva Guinea sobre las ONGs internacionales para la conservación también ha acusado a Conservation International de "neocolonialismo, imperialismo verde y de ser una compañía multinacional de conservación" .<br /><br /><strong><span style="color:#003300;">Aceitando la máquina de la biopiratería</span></strong><br /><br />La bioprospección es una plataforma central del trabajo de Conservation International. Su interés en la problemática de la biodiversidad en peligro tiene implicaciones particulares para muchos pueblos indígenas, que han soportado y resistido olas de depredación colonial, genocidio y ecocidio, incluyendo la apropiación de conocimientos tradicionales y de la flora y fauna que ellos han protegido durante tantas generaciones. Durante años, las compañías farmacéuticas han estado buscando el modo de acceder al conocimiento de las comunidades indígenas para encontrar plantas y sus formas tradicionales de usarlas, porque así tienen por lejos una mayor chance de encontrar potenciales productos farmacéuticos que por proyecciones al azar. Un científico de la Universidad de Illinois en Chicago, Norman Farnsworth, dijo: "hay 121 drogas prescriptas en uso actualmente, que derivan de sólo 90 especies de plantas. Cerca del 74% proviene del seguimiento de las demandas populares. Hay 250.000 especies de plantas en el mundo, así que una persona lógica podría decir que hay muchos más premios por encontrar".<br />En la "fiebre del oro" de la genética, los "investigadores" y las compañías, respaldados ahora por los regímenes de patentes locales y mundiales, que garantizan al "inventor" derechos monopólicos exclusivos sobre las nuevas "invenciones", pueden negar a las comunidades que han desarrollado curas o tecnologías naturales, el derecho a usarlas. El rol de Conservation International es el de proveer pericias científicas relativamente baratas para las corporaciones, bien a sabiendas del trabajo naturalmente intensivo de experimentar nuevos productos potenciales basados en remedios naturales o sus aplicaciones. Una aparentemente bien intencionada organización "sin fines de lucro" como Conservation International, puede actuar como intermediaria para reunir los conocimientos y el consentimiento de las comunidades locales, y hacer una gran parte del trabajo de base en la recolección y el ensayo de las muestras.<br />Esta amigable faceta del bio-colonialismo en nuestros días ofrece el moderno equivalente de las baratijas y "espejitos de colores" a estas comunidades. Los acuerdos expoliativos y no-éticos de "beneficio mutuo" están aumentando, con un mínimo de programas de desarrollo económico comunitario basados en el mercado para los habitantes del lugar: algún ecoturismo aquí, algún moderado comercio de la producción de café allá. Conservation International está dejando grabadas huellas que sugieren la motivación de conservar la biodiversidad para la bioprospección de sus socios del sector privado, más que cualquier real interés por los derechos de los pueblos que han convivido y protegido estos ecosistemas por tan largo tiempo.<br />En Panamá, Conservation International ha colaborado como un perfecto anfitrión de camaradas que incluyeron al International Cooperative Biodiversity Group (ICBG) con sede en Estados Unidos, Monsanto y Novartis en lo que se aseguró que era "bioprospección ecológicamente guiada", en la búsqueda de productos farmacéuticos y agrícolas en plantas, hongos e insectos. El ICBG también estuvo relacionado con la participación en bioprospección de Conservation International en Surinam, acompañados del gigante farmacéutico estadounidense Bristol Myres Squibb, el Jardín Botánico de Missouri y BGVS (la Surinam Drug Company y Dow Agrosciences). Conservation International y el Jardín Botánico de Missouri recolectaron muestras de plantas. Conservation International trabajó para ganarse la confianza de las comunidades indígenas y los curanderos para negociar un acuerdo de "beneficio compartido". A los habitantes de las comunidades indígenas se les ofreció un mísero porcentaje (se cree que fue alrededor del 2 al 3% de la totalidad de los royalties), y es improbable que las comunidades hayan entendido completamente las implicaciones antes de firmar el consentimiento. Sin la adecuada y apropiada protección para los conocimientos tradicionales de las comunidades, Conservation International ha ayudado a limpiar el camino de las compañías privadas para introducir patentes industriales en todo aquello que parezca prometedor. Para el 2000, ICBG informó que más de 50 componentes activos fueron separados de las muestras de Surinam.<br />En 1997 Conservation International firmó un exhaustivo acuerdo de bioprospección con la compañía Hyseq, establecida en California, la cual se ha especializado en secuencia genómica. Conservation International candidateó las drogas pre-proyectadas derivadas de las muestras de flora y fauna, y como contrapartida Hyseq pagó a Conservation International con una base en el país, y un honorario anual. Hyseq es libre de emprender reclamos de propiedad intelectual, sobre cualquier resultado.<br /><br /><strong><span style="color:#003300;">Dudosas conexiones políticas</span></strong><br /><br />El desenvolvimiento de <strong><em>Conservation International</em></strong> en la Selva Lacandona en Chiapas, es profundamente inquietante. De un "canje-de-deuda-por-naturaleza" en 1991, Conservation International compró los derechos para levantar una estación de investigación genética en la reserva Montes Azules Integral Biosphere (en la selva lluviosa). Con Conservation Internacional, el gobierno mexicano se ha comprometido en una campaña militar represiva contra los zapatistas. Ha habido comunidades indígenas que fueron desalojadas por la fuerza, acusándolos de estar destruyendo la selva tropical lluviosa (rainforest). La selva es refugio de muchas bases zapatistas, así como también es un área rica en maderas, biodiversidad, aceite, petróleo y recursos naturales. La presencia de los zapatistas y de comunidades indígenas autónomas en la región, representa un obstáculo para aquellos que como el gobierno de México y las corporaciones transnacionales -especialmente estadounidenses quieren explotar estos recursos.<br />El Centro para el Análisis Político y la Investigación Social (CAPISE), con sede en México, ha revelado que con el programa de vuelos aéreos de Conservation International parte de su apoyado programa de "monitoreo medioambiental" de la agencia de desarrollo de EEUU, USAID se voló sobre áreas ocupadas por las comunidades zapatistas. En Chiapas, Conservation International usa sistemas de información geográfica muy sofisticados, incluyendo imágenes satelitales de alta resolución. El CAPISE acusa que las imágenes de esta operación se ponen a disposición de USAID, y podrían ser usadas para identificar la localización de recursos naturales de interés para operaciones comerciales. Conservation International también le ha posibilitado imágenes a comunidades apoyadas por el gobierno mexicano como parte de su campaña en contra de las comunidades pro-zapatistas, quienes, según ellos, están destruyendo la selva. En nombre de la protección se ha enfrentado indígenas entre sí, aumentando los temores de conflictos en un área que ya se encuentra fuertemente militarizada por el ejército mexicano. En marzo de 2003, Global Exchange convocó a una delegación de emergencia en el área y, contrariamente a lo que aseguraba Conservation International, descubrió una destrucción mucho más pronunciada alrededor de los campamentos militares, mientras que los habitantes indígenas, acusados de destruir la selva, tenían prohibidas las técnicas de `tala y quema' y venían practicando una agricultura orgánica sostenible.<br />La gigantesca corporación mexicana de la agroindustria y la biotecnología, grupo PULSAR, trabaja confidencialmente con Conservation International en México. Entre los años 1996 y 2000 ha donado 10 millones de dólares a Conservation International de México. Las declamadas preocupaciones por la ecología y la biodiversidad de PULSAR no se extienden a sus variadas actividades que incluyen la promoción del monocultivo en Chiapas, incluso la planificada plantación de 300.000 hectáreas de árboles de eucaliptos. El Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria (CIEPAC) con sede en Chiapas, cree que "la donación" del PULSAR Group podría más bien ser tranquilamente una remuneración (pero libre de impuestos, desde que es una donación) por los servicios prestados por Conservation International en bioprospección dentro de la selva Lacandona. PULSAR tiene la tecnología, los recursos y el conocimiento comercial para saber que habrá grandes recompensas aguardando el `descubrimiento' de muchas propiedades medicinales extraídas de las muestras de la selva Lacandona. Conservation International facilita la entrada del PULSAR Group, lo ayuda a orientar a sus técnicos en la prospección, mientras al mismo tiempo va pacificando las poblaciones locales con programas que promueven la expansión de monocultivos alrededor de la selva, y simultáneamente va proyectando una fachada de conservacionismo hacia el mundo.<br /><br /><strong><span style="color:#003300;">Bienvenidos a la zona de "La Amistad"</span></strong><br /><br />En Costa Rica, los intereses de Conservation International son los 1.1 millones de hectáreas de la reserva de la Biosfera La Amistad (Friendship), la cual orilla Panamá y Costa Rica, y el área periférica del AMISCONDE alrededor de la reserva. Entre los socios de Conservation International en el proyecto AMISCONDE, están incluidos Monsanto, McDonalds, Keystone Foods, Nestlé y Coca-Cola. Monsanto estuvo involucrado en un proyecto de conservación de cultivos destinado a disuadir a los agricultores de las laderas vecinas de ocupar La Amistad. Erika Harms, gerente de marketing de Monsanto en Costa Rica, describió el emprendimiento de la compañía de la siguiente manera: "Ayudar a la gente a entender cómo relacionarse de un modo diferente con su medio ambiente es la respuesta para la protección del parque. Parte de esta respuesta es un uso más efectivo de los cultivos de conservación en lo cual Roundup juega un papel".<br />En Guyana, los pueblos indígenas han acusado a Conservation International de una falta total de respeto al firmar, en noviembre del año 2002, un memorándum de entendimiento con el gobierno guyanés para establecer un área protegida en el sur del país, lo cual ha generado un impacto sobre los pueblos Wapishana y Wai Wai. La Asociación de Pueblos Amerindios emitió una declaración que expuso en líneas generales cierto número de inquietudes, que incluyen las falencias de Conservation International por no consultar con los pueblos indígenas, y la preocupación por las demandas no resueltas para designar como tierras tradicionales a las que ahora son parte de la nueva área protegida, que fueron minadas por este nuevo estado legal impuesto sobre las comunidades.<br />Conservation International está usando sus considerables recursos financieros, sus influencias políticas y edulcorado discurso ambientalista para poder tranquilamente acceder, administrar y comprar áreas ricas en biodiversidad a lo largo del mundo y ponerlas a disposición de las corporaciones transnacionales. El Centre for Applied Biodiversity Science (CABS) de Conservation International "ofrece al mismo tiempo a los principales expertos en ciencia y tecnología para recolectar e interpretar datos sobre biodiversidad, desarrolla planes estratégicos de conservación, y forja organizaciones en todos aquellos sectores que promueven objetivos de conservación". CABS ejecuta durante 3-4 semanas Programas de Evaluación Rápida (RAPs) para "proveer rápidamente la información biológica necesaria para catalizar la conservación de habitats en peligro crítico a lo largo del mundo". Conservation International ha estado acumulando a través de éstos y otros programas las bases de datos sobre la biodiversidad para diferentes regiones. El eslogan de RAPs es "Tantas especies… tan poco tiempo". No hay duda de que este sentimiento es compartido por las corporaciones farmacéuticas y agroquímicas, las cuales gozan del apoyo de Conservation International.<br /><br /><strong><span style="color:#003300;">Los lugares más calientes para la destrucción de la biodiversidad<br /></span></strong><br />Mientras tanto, dada la significativa vinculación de las corporaciones de minería, petróleo y gas con el programa de Conservation International está agravando la percepción de que muchos de sus "lugares calientes de biodiversidad", y las operaciones proyectadas, están sobre o son adyacentes, a los principales sitios de exploración y extracción de petróleo, gas y mineral Chiapas, Palawan (Filipinas), Colombia, Papúa Occidental, Aceh (Indonesia) y Papúa-Nueva Guinea, por ejemplo.<br />En setiembre del año 2002, Río Tinto, el gigante anglo-australiano de la minería, lanzó una sociedad con <em><strong>Conservation International</strong></em> en Pic De Fon al sudeste de Guinea, dando apoyo para un RAP de la rica biodiversidad en un área selvática en la que Río Tinto estaba explorando (la compañía tiene operaciones mineras de diamantes y de hierro en Guinea). El consejero de política ambiental de Río Tinto, Tom Burke, está ubicado en la junta asesora del Center for Environmental Leadership in Bussines (CELB), de Conservation International, junto con ejecutivos de International Paper, Starbucks, y BP. Según Conservation International, la asociación en Guinea "se dirige a las necesidades de los negocios de Río Tinto mientras va llevando aún más allá las metas de conservación de Conservation Internacional (21). El CELB es una asociación entre Conservation International y la Compañía de Motores Ford, y su junta ejecutiva es presidida por Lord Browne de Madingley, el director ejecutivo del Grupo BP.<br />Otra iniciativa de Conservation International es la Iniciativa sobre Energía y Biodiversidad (EBI). Convocados por el CELB, entre los participantes se incluyen BP, Chevron Texaco, Conservation International, Fauna & Flora International, Shell, Smithsonian Institution, Statoil, The Nature Conservancy, and The World Conservation Union (IUCN). En agosto del año 2003, el EBI realizó un informe colaborativo, titulado Energía y Biodiversidad (Energy and Biodiversity): Integración de la Conservación de la Biodiversidad dentro del Desarrollo de Petróleo y Gas.<br /><strong><em>Conservation International</em></strong> también goza de una estrecha relación con USAID, la cual promueve activamente la biotecnología y otros intereses corporativos de Estados Unidos alrededor del mundo en el marco de la asistencia para el desarrollo.<br /><strong><em>Conservation International</em></strong> es acrítica sobre el impacto de la injusticia económica sobre el medio ambiente y la biodiversidad. Propone soluciones de mercado para la destrucción medioambiental que se ha causado o ha sido exacerbada por el capitalismo de libre mercado. Presenta la visión de que la mejor forma para conservar la biodiversidad es privatizarla. El periodista y escritor de los Estados Unidos Bill Weinberg define así esta cosmovisión sobre los bosques tropicales: "convertirlos en colonias genéticas administradas por compañías". Mientras Conservation International difunde frecuentemente que "la tala y la quema" y la sobrepoblación amenazan a la biodiversidad, colabora de buena gana, y falla en condenarlas, con algunas de las corporaciones ecológicamente más destructivas del mundo e instituciones que devastan el planeta.<br /><br /><strong><span style="color:#003300;">El canje de "deuda-por-naturaleza" hiere a los pueblos locales</span></strong><br /><br /><strong><em>Conservation International</em></strong> es defensora y beneficiaria del controvertido canje "deuda-por-naturaleza", por medio del cual se compromete a preservar y `administrar sustentablemente' tierras ecológicamente significativas que han sido negociadas para descontar una pequeña parte de la deuda de un gobierno. Guerin-McManus, de Conservation International, describe esto como el greening: "enverdecimiento de las finanzas internacionales". Pero muchos ven a estos convenios como una ingeniosa manera de facilitar el acceso a los bioprospectores de la industria, y de hacer más fácil la extracción de aún más recursos del Sur en particular, de pueblos indígenas. Y ellos fallan al no desafiar las injusticias sociales y medioambientales creadas o empeoradas por un modelo de `desarrollo' que agobia a la mayoría de los pueblos del mundo con insoportables deudas.<br />En su primer año, 1987, <strong><em>Conservation International</em></strong> compró una pequeña porción de la deuda de Bolivia a cambio del consentimiento del gobierno boliviano para apoyar la expansión de la Reserva Biológica Beni, la cual contiene algunas de las más grandes reservas mundiales de caoba y cedro tropicales. Los críticos acusaron que sus pericias actualmente se extendieron al "uso múltiple y conservación" de las áreas periféricas alrededor de la reserva. Conservation International ofreció entrenamiento y asistencia técnica sobre el `uso sustentable' de los bosques. Los pueblos indígenas Chimane y Moxeno no fueron consultados, y sus tierras fueron divididas por ‘expertos’ en desarrollo sustentable y les fue negada la posibilidad de manejar sus tierras comunalmente. Junto con el World Wide Fund for Nature, Conservation International está involucrada actualmente en otro convenio de canje de "deuda-por-naturaleza" con el gobierno de Madagascar, tan rico en biodiversidad.<br /><strong><em>Conservation International</em></strong> trabaja con el Banco Mundial en la <em>Critical Ecosystem Partnership Fund (Fundación de la Asociación de Ecosistemas en estado Crítico)</em> creado en el año 2000. El Presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, preside el consejo de donantes para esta iniciativa, lo cual añade una poco convincente pincelada de verde a una institución que continúa financiando proyectos de infraestructura destructivos para el medio ambiente y promueve un modelo neoliberal de desarrollo económico que ve a las personas y al ambiente como meros artículos (commodities) nada más.<br /><strong><em>Conservation International</em></strong> también apoya al proyecto <em>Corredor Biológico Centroamericano</em> respaldado por el Banco Mundial y el Corredor de Coral Mesoamericano, el cual es considerado por sus oponentes como una versión barnizada de verde del ya propuesto Plan Puebla Panamá, un proyecto de desarrollo industrial masivo. Este es otro esquema soñado por las corporaciones de biopiratería. Los inversores del Corredor Biológico el cual podría extenderse desde el Sur de México hasta Panamá planean construir bancos de genes y crear un inventario de composiciones químicas activas de cada sustancia obtenida naturalmente. Conservation International es también un miembro en la sociedad de Congo Basin Forest, con el Banco Mundial y el American Forest y la Paper Association (grupo del lobby de la industria maderera y papelera de Estados Unidos), lanzado por Collin Powell en la Conferencia Mundial sobre Desarrollo Sustentable en Johannesburgo el año pasado.<br />Los términos <em>greenwash</em> (lavado verde) y <em>corporate front group</em> (grupo de punta corporativo) parecen inadecuados para describir a <strong><em>Conservation International.</em></strong> Tal vez, como la crítica de Papúa-Nueva Guinea lo propone, Conservation International es "ni más y ni menos una organización `no gubernamental' como lo es General Electric o Microsoft". Quizás sea tiempo de considerar una campaña global para exponer los verdaderos colores del gigante `verde' y poner fin a sus operaciones.<br /><span style="font-size:78%;">Por Aziz Choudry*</span> </div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-44395339486384555822009-04-28T06:48:00.000-07:002009-04-28T06:49:20.768-07:005.4. La prohibición del DDT: El genocidio ecologistas<div align="justify">En 1962, <strong>Rachel Carson</strong> publicó un libro titulado <em>La Primavera Silenciosa,</em> considerado como el punto de arranque del movimiento ecologista. En este libro, escrito en forma de ciencia-ficción, Carson empleaba de forma errónea las conclusiones de un estudio científico para probar que el DDT estaba dañando a algunas especies de pájaros y que en el futuro el uso de éste y otros pesticidas acabarían dañando irreversiblemente el medio ambiente.<br />A pesar del poco rigor científico del libro, los activistas que surgieron por doquier para lograr la prohibición del pesticida lograron su objetivo. En Junio de 1972, el jefe de la EPA, Sr. William Ruckelshaus, anunció públicamente la prohibición del DDT indicando que <em>"la decisión tomada no tiene nada que ver con la ciencia. Se trata de una decisión política."</em> Se imponía así un tremendo precedente. Desde entonces, en materia ecológica, los hechos científicos carecen de importancia y lo único a tener en cuenta es el grosor de la campaña ecologista.<br />El DDT había casi eliminado hasta su prohibición el contagio de muchas enfermedades tropicales, especialmente la malaria, contagiadas por mosquitos. Incluso algunos estudios indican que podría ayudar a la prevención del cáncer. Pero la prohibición o restricción del mismo en la mayoría de los países occidentales ha reducido la producción a una sola fábrica, situada en la India, y ha logrado prohibir su uso en casi todo el planeta.<br />Pero eso aún no es bastante, como demuestra la persistente campaña de Greenpeace por cerrarla, objetivo que posiblemente logre en el 2005. Es más, los ecologistas, representados por la WWF, Greenpeace y otras 250 organizaciones, intentaron en reuniones internacionales en los años 2000 y 2001 que se prohibiera a escala mundial el uso del DDT.<br />En 1948, antes del uso del DDT, se registraban anualmente 2.8 millones de casos de malaria. Para 1963 solamente se registraron 17. Estos bajos niveles de infestación se continuaron registrando hasta fines de los 60, cuando los ataques ecologistas contra el DDT en los Estados Unidos convencieron a las autoridades de suspender los rociados. En 1968 los casos de malaria subieron a 1 millón. En 1969 los casos ya estaban en 2.5 millones, de regreso a los niveles pre-DDT. Y esa cifra se ha mantenido hasta el día de hoy.<br />El 21 de Junio de 1992 se reunió en Washington, D.C., un grupo de científicos para analizar los efectos que la prohibición del DDT había tenido sobre la Humanidad, y en sus conclusiones calificaron a la prohibición con una sola palabra: genocidio. Este evento marcaba el vigésimo aniversario de la prohibición del insecticida que había salvado más vidas humanas que cualquier otro compuesto fabricado por el hombre, incluida la penicilina.<br />Este es el efecto de la más criminal, hasta ahora, de las campañas ecologistas. Una campaña que sólo puede explicarse si sus promotores consideran más importante la vida de unos pájaros que la de millones de personas.<br /><span style="font-size:78%;">© 1996-2006 Daniel Rodríguez Herrera</span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7212550890477296949.post-91549917145156272312009-04-28T06:47:00.000-07:002009-04-28T06:48:06.857-07:005.5. El reloj de la malaria<div align="justify"><strong><em><span style="color:#003300;">Un legado de muerte de los eco-imperialistas, por Steve MilloyPrincipio del formulario</span></em></strong><br /><br />En abril de 1972, después de siete meses de audiencias, el juez administrativo nombrado por la EPA, Edmund Sweeney, concluyó que "el DDT no es un riesgo cancerígeno para el hombre... el uso del DDT bajo las regulaciones involucradas aquí no tienen un efecto deletéreo para los peces de agua dulce, organismos estuarianos, aves silvestres u otro tipo de vida salvaje.”<a name="_ftnref1"></a><a title="" href="http://redliberal.com/malaria.php#_ftn1#_ftn1">[1]</a><br />Dos meses después, el administrador de la EPA (y miembro y captador de fondos del Environmental Defense Fund) William Ruckelshaus –que jamás asistió a ninguna de las audiencias durante los siete meses que duró el juicio al DDT y que tampoco leyó jamás las transcripciones de las audiencias – desechó la decisión del juez Sweeney. Ruckelshaus declaró que el DDT era un "carcinógeno potencial para el hombre" y lo prohibió para prácticamente todos los usos.<a name="_ftnref2"></a><a title="" href="http://redliberal.com/malaria.php#_ftn2#_ftn2">[2]</a><br />Desde que Ruckelshaus arbitraria y caprichosamente prohibió el DDT, un número estimado de 14.000.000.000 casos de malaria han causado un inmenso sufrimiento y pobreza en el Tercer Mundo.<a name="_ftnref3"></a><a title="" href="http://redliberal.com/malaria.php#_ftn3#_ftn3">[3]</a><br />De estos casos, en su mayor parte evitables, 92.000.000 personas han muerto.<a name="_ftnref4"></a><a title="" href="http://redliberal.com/malaria.php#_ftn4#_ftn4">[4]</a><br />De acuerdo con la Organización Mundial de Salud, 9 de cada 10, unas víctimas del exceso verde, son mujeres embarazadas o niños con edades por debajo de cinco años. Estas víctimas de niños aún no nacidos y de edades menores de cinco años son difícilmente reconciliables con el repetido slogan ecologista de "Por los niños". En realidad, un infanticidio de esta escala no tiene paralelos en la historia de la humanidad.<a name="_ftnref5"></a><a title="" href="http://redliberal.com/malaria.php#_ftn5#_ftn5">[5]</a><br />¿Cómo es posible que esa Gaia pintada como una figura maternal demande un sacrificio anual de aproximadamente 2.430.000 niños, madres embarazadas y los niños aún en su vientre? Esto no es ecología. No es conservación. Es genocidio.<br />Seamos inequívocos, echar DDT dentro de las casas no presenta ningún riesgo para el hombre o el medio ambiente. La "resistencia" no es un problema porque ésta principalmente toma la forma de provocar un fuerte comportamiento de evasión de los lugares donde se rocía con DDT en los mosquitos, que al fin y al cabo es lo que se pretende. DDT no presenta problemas de patentes que enfaden a los antiglobalización y, por último, el DDT es un método asequible y efectivo para mejorar la salud de las naciones en vías de desarrollo.<br />Resumiendo, el uso del DDT contra la malaria permite a una población más sanar trabajar, generar riqueza y salir fuera de ese agujero de pobreza donde los "verdes concienciados" aparentemente desean atraparlos. La prohibición del DDT no favorece al medio ambiente: es inhumana. Peor aún, ataca a las sociedades empobrecidas que son las menos capaces de protegerse a sí mismas.<br /><br /><a name="_ftn1"></a><a title="" href="http://redliberal.com/malaria.php#_ftnref1#_ftnref1"><span style="font-size:78%;">[1]</span></a><span style="font-size:78%;"> Sweeney, EM. 1972. "Recomendaciones del Examinador de las Audiencias de la EPA, y hallazgos concernientes a las audiencias sobre el DDT", Abril 25, 1972 (40 CFR 164.32, 113 paginas). Resumido en Barrons (Mayo 1, 1972) y Oregonian (Abril 26, 1972)<br /></span><a name="_ftn2"></a><a title="" href="http://redliberal.com/malaria.php#_ftnref2#_ftnref2"><span style="font-size:78%;">[2]</span></a><span style="font-size:78%;"> Ackerly RL. DDT: a re-evaluation, part II. Chemical Times and Trends. (Octubre 1981)<br /></span><a name="_ftn3"></a><a title="" href="http://redliberal.com/malaria.php#_ftnref3#_ftnref3"><span style="font-size:78%;">[3]</span></a><span style="font-size:78%;"> La OMC calcula que existen entre 300 y 500 millones de casos de malaria al año. El reloj usa la media y se pone en marcha el 1 de julio de 1972<br /></span><a name="_ftn4"></a><a title="" href="http://redliberal.com/malaria.php#_ftnref4#_ftnref4"><span style="font-size:78%;">[4]</span></a><span style="font-size:78%;"> Basado en una estimación de 2'7 millones de personas muertas al años de malaria. "The Intolerable Burden of Malaria: A New Look at the Numbers," – suplemento de The American Journal of Tropical Medicine and Hygiene. El suplemento fue publicado por la Multilateral Initiative on Malaria (MIM) con apoyo de organizaciones como NIH, Centers for Disease Control and Prevention, GlaxoSmithKline, Rockefeller Foundation, United Kingdom Medical Research Council, United Nations Foundation, United States Agency for International Development (USAID), Wellcome Trust y la Organización Mundial de la Salud.<br /></span><a name="_ftn5"></a><a title="" href="http://redliberal.com/malaria.php#_ftnref5#_ftnref5"><span style="font-size:78%;">[5]</span></a><span style="font-size:78%;"> Hay que precisar que algunos de estos casos hubieran tenido lugar aún con un uso sin restricciones del DDT. También que, pese a su enorme influencia, la prohibición de los Estados Unidos no acabó con el uso mundial de DDT y que la mortalidad por malaria se fue incrementando progresivamente hasta alcanzar la cifra de 2.700.000 muertes al año. No obstante, seguro como estoy de que una sola muerte sacrificada en el altar de la misantropía ecologista es una muerte de más, he preferido hacer una extrapolación lineal de los números desde el primer día de esta criminal prohibición.</span></div>Unknownnoreply@blogger.com0